“Para poder resistir y, más aún, para crecer, como personas y como sacerdotes, es fundamental ante todo la comunión íntima con Cristo” - Benedicto XVI. Mónaco se levantó limpiando sus rodillas. Enseñaba a Tempesty a rezar todas las noches y la niña lo hacía bien. Él le sonrió acariciando sus mejillas. -Hora de dormir- le avisó y la niña hizo un puchero lista para negarse pero sus mejillas se estiraron al bostezar. Estaba rendida de cansancio, todas las noches eran similares desde que Marie se encarga de jugar con ella a diario hasta cansarla por completo y hacerla dormir una noche entera recargando sus baterías internas para la siguiente mañana cargada de diversión. La dejó en su cama y no tardó más de dos canciones de cuna en hacerla dormir. Estirandose caminó hacia la sala, descalzo y