Otra Historia de Amor

Capítulo 7

Terminó el descanso y era hora de volver a nuestros respectivos cursos. A Oliver le tocaba Arte y a mí Química, asique lo acompañé hasta su piso, y por suerte esta vez no tenía que correr tanto porque mi salón estaba un piso más arriba.

Cuando llegamos a la puerta del aula de Arte nos encontramos con Ronnie y una chica de pelo n***o nueva. Oliver se quedó parado, no me dijo nada y yo no entendía qué pasaba. Tal vez él pensaba que me había equivocado de piso o que no era su clase, la verdad no lo sé, solo pude ver su mirada que, mientras jugaba con ese hilo celeste que llamaba pulsera, estudiaba a la chica que acompañaba al desaliñado Ronnie. Como él no me cae mal, a diferencia de su muy querida amiga, y viendo que la chica que lo acompañaba también iba a entrar en la misma clase que Oliver, me acerqué y lo saludé, a lo que él respondió con su calma de siempre. Realmente es difícil saber si le agrado o no, porque nunca me ha demostrado ni una cosa ni la otra.

Oliver estaba parado al lado mío, por lo que le presento a Ronnie, a lo que él nos presenta a su acompañante que, nos dijo, se llama Siriana. Miro a mi primo y veo que la estudia de una manera extraña que nos hace sentir un poco incómodos a todos, asique lo golpeó suavemente con el codo, haciendo que reaccione y salude a las dos personas paradas delante nuestro.

-¿Tienen clases de Arte ahora? - pregunta Oliver.

-En realidad ella, yo creo que tengo... -Ronnie responde mientras busca en un papel todo arrugado que, creo, es su horario- Historia Antigua... Rayos voy tarde - dice y se aleja caminando sin ningún apuro.

Los tres que quedamos en la puerta del aula nos miramos y reímos un poco, saludo a mi primo, a la chica que está a su lado y me voy a la escalera para llegar a mi clase de Química.

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Oliver y Siriana se quedan unos instantes parados en la puerta y luego de una señal de él haciendo con su brazo un gesto que indica que la deja pasar a ella primero al salón, ambos ingresan y se sientan juntos. Como eran nuevos y no conocían a nadie no les pareció un mal plan.

Acomodan sus cosas en una mesa enorme de madera y se sientan en unos taburetes altos. Cada mesa estaba pensada para que sea ocupada por dos personas, y la madera estaba manchada con pinturas de muchos colores, testigos de trabajos de otros estudiantes antes que ellos.

-Perdón que me quedé mirando, pero me pareció que te había visto antes y luego recordé que fuiste la chica de esta mañana que estaba sentada en el piso frente a los casilleros de la planta baja - rompió el silencio Oliver.

-Sentada...sí...-dijo ella pensando que en realidad no quería estar así, sino que fué una situación de fuerza mayor

-También había otra chica rubia contigo... Ella... ¿te estaba molestando?- prosiguió Oliver.

Siriana lo miro con cara entre duda y sorpresa antes de responder.

-No, ella fue la única que me quiso ayudar esta mañana- miraba la mesa mientras hablaba. - No tuve un buen comienzo en la escuela, pero gracias a su ayuda el día se puso un poco más interesante. A Ronnie, el chico que me acompañó, lo conocí porque es su amigo -respondió ella sin demasiado detalle.

- ¿Y ella te conocía de antes? Digo, la chica rubia -volvió a preguntar el muchacho.

-No, soy nueva en la ciudad también asique en realidad no conozco a nadie. La verdad es que la conocí esta mañana cuando me defendió de una chica que estaba enojada porque me dieron su casillero, o eso fué lo que me dijo - Siriana respondió tranquila, pero dentro se preguntaba por qué este chico le preguntaba tanto por Lena, ¿acaso le gustaba?, podía ser, ya que era una chica realmente linda.

-Perdón tanta pregunta, - respondió Oliver adivinando el pensamiento de la morocha -. Es solo curiosidad, no te hagas ideas raras - le dijo mientras le tocaba con su dedo índice la cabeza.

Continuaron la clase hablando mientras trabajaban en sus proyectos, eso era lo lindo de la clase de Arte, te permite estar más relajado, por lo que pasaron la hora de clase muy a gusto en compañía del otro. Al terminar la clase Oliver tomó a Siriana por el brazo.

-Realmente mi primo parece no llevarse bien con tu amiga, por lo que tal vez nos veamos solo en clase, pero realmente es divertido hablar contigo - le regaló una amplia sonrisa.

Este último comentario sonrojó a la morocha, quien le devolvió una sonrisa y se fue rápidamente al ver que en la puerta estaba Ronnie esperándola para acompañarla de nuevo al patio a encontrarse con el resto.

-¿Fue una buena clase? - le preguntó a la morocha

-Sí-respondió ella, mientras recordaba al chico de cabello gris y formas de socializar extrañas.