Cuenca- Ecuador Una hora después Iván ingresó corriendo al área de emergencia del Hospital Regional de la ciudad, pidió información de su esposa, en recepción le indicaron que tenía que esperar hasta llamar al médico a cargo de la paciente. Iván caminaba de un lado a otro, se agarraba la cabeza, había momentos en los que se sentaba, y luego se ponía de pie, desesperado. —¡Cálmate! —exclamó Gustavo. —¿Por qué nadie dice nada? —cuestionó enojado. —Es un hospital público —comentó su amigo. En eso salió un médico del área de emergencia. —¿Familiares de la señora Paloma Borrero? Iván se acercó de inmediato. —Soy su marido —indicó. —Su esposa está estable — comentó— debe guardar absoluto reposo, caso contrario puede perder el bebé. Iván sacudió su cabeza, pensó que escuchó mal, mient