«—¡No es posible! —exclamó en voz alta despertando a Diego, quien abrió los ojos y se asombró al ver a Paloma, llorando con la fotografía de su familia en las manos» **** El doctor Serrano elevó ambas cejas, parpadeó sorprendido, al ver a la joven, llorando y temblando sosteniendo la fotografía. —¿Qué tienes Paloma? —preguntó— por favor cálmate— La invitó a sentarse junto a él. —No le digas a Iván, que estoy aquí, te lo suplico — sollozó la joven, sin moverse de su lugar. Diego se puso de pie —Discúlpame Paloma, yo no recuerdo conocer a alguien que se llame Iván, o al menos eso creo yo— respondió, bastante confundido. —¿No entiendo qué tiene que ver ese hombre con la foto de mi familia? Paloma trató de calmarse para intentar hablar, pero las lágrimas y el miedo que Iván le provoc