La madre de Paloma, de la impresión, hizo caer un vaso al piso, desatando la furia de su esposo, quien giró su rostro y fulminó con la mirada a la señora, apretando su mandíbula con fuerza. —Si te vas con este tipo, te olvidas de tu familia —advirtió observando a su hija con la mirada ensombrecida. Paloma, no dejaba de llorar, no comprendía la actitud autoritaria, celosa y machista de su padre, con el corazón adolorido se dirigió a su madre, buscando en ella apoyo. —¿Mamá, tú no vas a decir nada? La señora observó con tristeza a su hija, pero sabía que no podía contradecir a su esposo. —Yo... estoy de acuerdo con tu padre —murmuró, inclinando la mirada al piso. Paloma, en ese momento sintió que la única persona que en verdad la amaba, la quería proteger y cuidar era Iván, sus padre