Iván despidió a la actriz, canceló por sus servicios y luego la envió en un taxi hasta su casa. Mientras subía lentamente por las escaleras y colocaba un pie en cada una de ellas, su corazón se iba empequeñeciendo al escuchar los sollozos de Paloma; en vez de alegrarse por su sufrimiento sintió mucho dolor en su corazón, el arrepentimiento golpeó su alma, percibía su pecho quemar de tristeza, un nudo se le formó en la boca del estómago cuando colocó su cabeza en la fría madera de la puerta de la alcoba donde su esposa no paraba de llorar. —Lo lamento, pero la muerte de mi hermano, no puede quedar impugne, así me destroce el alma debes pagar por lo que hiciste —murmuró en voz baja con profunda melancolía; mientras lágrimas rodaban por sus mejillas recordó el instante que escuchó aquel dis