Cap 2
Mi boda con Derek
Mi mejor amiga está más emocionada que yo, y eso que la que está a punto de casarse no es ella. Estoy frente al espejo, observándome con una mezcla de nervios y emoción. Adoro mi vestido de novia, un diseño sencillo pero elegante que refleja mi personalidad; es de encaje delicado, con una suave caída que acaricia el suelo, y un escote en forma de corazón que resalta mis clavículas. Mi cabello está recogido en un moño bajo, adornado con pequeñas flores blancas que combinan perfectamente con el velo que cae suavemente sobre mis hombros. Mi maquillaje es natural, resaltando mis ojos y dándome un aire de dulzura que contrasta con los sentimientos encontrados que me invaden.
La habitación donde me preparo es pequeña pero acogedora, decorada con flores frescas que llenan el aire con su fragancia. A través de la ventana, puedo ver el jardín donde se celebrará la boda, decorado con luces tenues que cuelgan de los árboles, creando un ambiente mágico y romántico. Es una boda sencilla, solo con nuestros amigos más cercanos y la familia de Derek. Ellos tratan de poner buena cara, pero en el fondo sé que no están de acuerdo con esta unión. Esperaban más para su único hijo que la repostera del pueblo, alguien que consideraran a su altura. Sin embargo, yo no necesito más. Solo quiero ser feliz con el hombre que ha estado a mi lado desde que llegué aquí hace seis años.
—¡Te ves preciosa, Sam! Cuando Derek te vea, se sentirá el hombre más afortunado del mundo por tenerte como esposa. —Emily se abanica la cara con las manos, intentando no llorar. Su cabello rubio cae en suaves ondas sobre sus hombros, brillando bajo la luz natural que entra por la ventana. Sus ojos azules, generalmente llenos de energía y alegría, están ahora humedecidos por la emoción. Es mi madrina de bodas y ha sido mi roca desde que Derek me propuso matrimonio. Siempre está a mi lado, apoyándome y asegurándose de que cada detalle de este día sea perfecto. —Ya quiero verte con un enorme vientre esperando a tu primer bebé para que yo enloquezca y compre miles de cosas que seguramente no va a necesitar.
—Eso, si mi suegra no me mata de aquí al altar.
Emily suelta un largo suspiro y baja los brazos, harta de escuchar lo mismo de siempre. Sabe perfectamente que los padres de Derek no me quieren y lo han dejado claro en múltiples ocasiones. Desde el principio, esperaban que su único hijo se casara con una mujer adinerada, de una familia respetada, alguien que pudiera engrandecer aún más el nombre de los Johnson. Y aquí estoy yo, una simple repostera sin familia, dueña de una pequeña pastelería que apenas es reconocida fuera de nuestro pueblo. Pero no me importa lo que ellos piensen, porque estoy enamorada de Derek. Es por él que soporto su desprecio, porque su amor ha sido mi ancla desde que llegué a este lugar hace seis años. Es por él que sigo aquí, a pesar de lo mucho que me duele no ser aceptada. A veces me pregunto si algún día cambiarán de opinión, pero en el fondo sé que lo único que desean es que desaparezca de sus vidas. Por eso, evito este lugar siempre que puedo.
—Vas a casarte con su hijo, no con ellos. Vive el “felices para siempre” y olvídate de lo demás. No sé por qué te callas cosas tan importantes —dice, con un toque de reproche en la voz. Ella es la única que conoce la verdad sobre mi origen y la herencia que mantengo en secreto. —Apuesto que eso cerraría más de una boca.
—Ya soy dueña de una gran fortuna, casarme era lo único que quería y…
Pienso en la herencia de mi padre, en la fortuna que nunca mencioné. He llevado una vida sencilla, sin alardes, esperando el momento adecuado para confesarle todo a Derek, tal vez después de la boda.
—¿No entrarás en razón, verdad? —le pregunto, con un suspiro resignado. Ni de broma. Los padres de Derek son el epítome de la élite, personas que se consideran superiores a todo el mundo. Ellos creen que el dinero y el estatus social son las únicas cosas que realmente importan. Si hubiera revelado que tengo una fortuna considerable, ellos probablemente me habrían considerado "lo mejor", aunque solo por interés. No quise hacerlo antes, porque quería conocer su verdadera actitud, sin el filtro del dinero que tanto valoran.
El desprecio hacia mí es obvio en cada uno de sus gestos y palabras. Desde el primer día, han demostrado que no me aceptan porque no encajo en su imagen de perfección social. Para ellos, yo soy solo una repostera del pueblo, alguien que no merece estar en su círculo exclusivo. Derek, a pesar de compartir algunas de las actitudes de sus padres, ha sido diferente. Aunque también fue influenciado por sus creencias, me ha aceptado tal como soy, sin importar el estatus que tengo o no. Su amor ha sido genuino, y es lo que me ha mantenido a su lado a pesar de todo. Es una de las razones por las que sigo aquí, a pesar de la hostilidad y el rechazo que enfrentamos.
Sacudo la cabeza, negando con suavidad. Nuestra conversación se interrumpe cuando llaman a la puerta, y Eliot entra con una gran sonrisa al verme a mí y a su novia. Es el mejor amigo de Derek, siempre amable conmigo desde el día que nos conocimos.
—¡Mis chicas! —exclama con una amplia sonrisa, mientras besa a Emily en los labios. —Se ven muy hermosas.
Eliot, el mejor amigo de Derek, es la personificación de la alegría y el buen humor. Alto y corpulento, su presencia es inconfundible. Lleva un elegante traje de padrino que destaca por su perfección. Un esmoquin n***o con chaleco a juego, una camisa blanca impecable y una corbata negra que contrasta perfectamente con el resto de su atuendo. Sus preciosos ojos azules brillan con entusiasmo, y el cabello n***o perfectamente peinado completa su imagen sofisticada. No hay duda de que su apariencia añade un toque especial a la ocasión y mi mejor amiga esta tan enamorada de el... son la pareja perfecta.