Eva acaba de salir llevándose las tazas anteriores, y miro la hora en mi laptop. Llevamos una hora aquí y aún no hemos hablado de negocios. Klaus, aparentemente decidido a conocerme más a fondo, ahora quiere que hable de mi vida personal como si nos conociéramos de toda la vida. —Bueno, ya tengo mi te y tú, tu café. Klaus asiente, aún en esa posición relajada, con un gesto que indica que está dispuesto a escuchar. —¿Qué quieres saber? —Un resumen de tu vida de casada estaría bien. — Hace una señal con la mano, mostrando una mezcla de curiosidad y seriedad. Una sonrisa nasal se me escapa involuntariamente. La historia será breve, no hay mucho que contar. —Bien, huí de casa a los dieciocho porque vivir con mi padre era una pesadilla y me establecí en Texas. Con mis ahorros, renté un pe