Shock Mis manos tiemblan debajo de la mesa, y es una suerte que el hombre frente a mí no pueda verlo. Es un demonio seductor que me tiene hechizada en el azul de sus ojos, pero me obligó a reaccionar. —Quiero saber todo lo que sabes y que hagas una investigación profunda sobre todos los que me rodean. —Esta vez bajo varios tonos mi voz para que nadie nos escuche, pero Connor simplemente toma mi mano como si nos conociéramos de toda la vida y sonríe nuevamente. —Perfecto, preciosa, ahora si no es mucha molestia, quiero que te dejes llevar y me hagas el trabajo fácil para sacarte de aquí. —No entiendo, ¿de qué hablas? —De que intentarán... Oh, rayos. Se pone de pie cuando un hombre grande, calvo y con abundante barba se fija en nuestra mesa, y es una suerte que aún esté a cierta distan