4.

971 Words
Estoy jodidamente en shock, el pareció reconocerme, me sonrió, una sonrisa muy sincera, me siento estúpida, mis padres solo hablan y Emma, ella se recarga en él, sonriente, nunca la había visto así, se veía muy feliz. Yo soy la que no hablo, lo cual es extraño en mí, siempre soy la que habla de más, me siento idiota, él solo ríe y besa a mi hermana, mis mejillas arden de la vergüenza —¿Love? Cariño, ¿estás bien?—mi madre tocó mi mano, creo que fue ella la única que se dio cuenta de mi aspecto —Sí, si claro, estoy bien, ¿puedo retirarme? Es que sentí un dolor en la cabeza—finjo una cara de molestia, vaya excusa tan tonta —¿En serio Lolo? Es mi segundo día aquí, ¿y te vas? Quiero que conozcas bien a Sebastián—todos me veían, ahora soy el centro de atención —No me llames así Emma—qué vergüenza, me siento como una niña —¿De cuándo acá te molesta?—basta Emma, no sigas —Siempre me ha molestado—alzó la voz, esto realmente es ridículo —Love, por favor no seas grosera con tu hermana—mi padre me miraba serio, trágame tierra —Bien, lo siento—solo bajé la mirada Después de aquella cena, mamá pidió que nos reuniéramos en la sala a platicar, no podía evitar mirar a él, sin duda era el hombre más hermoso que haya visto en vida, he visto muchos chicos lindos, pero en serio él es diferente, nunca había quedado tan impresionada con un chico, él es todo distinto, no puedo evitar dejar de verlo —Bien, para celebrar la llegada de Emma y Sebastián, traeré una botella de vino, ya vuelvo—mamá se retiró, vaya, mamá, nunca es de ofrecer vino, sí que le agrada ver al novio de Emma —Hay algo que quiero entregarte hija, ojalá que te guste, pero, necesito que vengas—mi padre miraba a Emma y la llevo con él, maldición, mis manos sudaban, estaba frente a Sebastián, él solo miraba su teléfono y yo no apartaba la mirada —A sí que te llamas Sebastián, eh—dije de repente, vaya tontería —Sí, así es, vaya coincidencias, ¿no?—Sebastián sonreía angelical —Si claro, entonces, ¿tú vives en Suecia? —Así es, soy de Suecia, a Emma la conocí en la escuela y desde que la vi, bueno, me enamore—sonreí falsamente, qué estúpido escuchar eso —Emma es muy noble, muy linda —Vaya que lo es, pero tú también eres linda Love—me miro de una forma que no sabría explicar, carajo sentía que me mojaba —Gracias Sebastián—yo lo miraba de arriba abajo, trataba de disimular —No tienes nada que agradecer, hasta te vez más linda con tus mejillas rojas—joder, ¿tanto se nota? Apreté mis piernas, este hombre me pone mal —Si bueno, eso es porque nunca había visto a un chico tan lindo—él sonreía algo incómodo —Que tierna Love, gracias—el fijo su mirada a su teléfono, maldita sea quiero que me vea, solamente me vea —Listo, aquí está la botella y unas copas, ¿dónde está Emma y Jack?—preguntaba mamá, interrumpiendo el momento —Solo se fueron a la habitación de papá Después de ese momento de la celebración, mis padres se fueron a descansar, ellos sabían que Sebastián se quedaría a dormir en la habitación de huéspedes. Yo me fui a mi habitación, me quite la ropa, quedé solamente en ropa interior, note que mis bragas estaban húmedas, maldita sea con solo ver a ese chico me hace mojar, tuve que quitármelas, no podía seguir así, busque en mi ropa interior y me puse unas bragas limpias Ya estaba dormida, pero el apetito se hizo presente, esto me pasa por no comer bien durante la cena, tenía puesta una camisa larga, mis senos se transparentaban en ella, por debajo no llevaba más que mis bragas, era algo diminuta, baje a la cocina, abrí el refrigerador y saque un bote de helado, me fui a la mesa y me senté, pensaba en Sebastián, en sus labios, sus largas manos —¿Love?—interrumpieron mis eróticos pensamientos —Hola Sebastián, ¿tienes problemas para dormir?—él estaba apenado, pues solo usaba un short, su cuerpo era delgado, pero hermoso —No, yo solamente vine por un vaso de jugo—él sonreía algo nervioso —A muy bien, siéntate ahorita, te doy jugo— bajé de la mesa, puse a un lado de mí el helado, me puse de espaldas a él, me agachaba a buscar el jugo, escuché que hizo un sonido con la garganta —Eh Love, si gustas yo lo busco—se puso de pie, iba a caminar hacia mí, me levanté y gire —¿Por qué? Ya tengo el jugo, déjame atenderte como se debe—abrace el bote de jugo, estaba frío y escurría, mojaba mi playera —Gracias, eres muy amable—serví el jugo en un vaso, le entregué el jugo, era evidente que mis senos se notaban aún más por la humedad del bote de jugo —Cuando gustes—lo mire demasiado coqueta, el bebía su jugo pero lo hacía incómodamente —Bien, yo debo irme, que descanses—me entregó el vaso, al tomarlo hice contacto con su mano, lo miraba fijamente, en serio era una locura, pero quería besarlo —Que descanses—me acerqué a él para besar su mejilla de una forma tan lenta y apasionada  —¿Love?—me separé de él, escuché a pocos metros a Emma mirarnos, maldita sea
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