Los besos seguían, con aumento él me besaba, sus manos apretaban mis brazos, él dejaba de sentirse rígido, su cuerpo se iba relajando conforme más nos besábamos, podía sentir que él quería bajar sus manos a mi trasero, pero lo duda mucho, mis manos descendían hasta abajo, cerca de su erección que podía sentir debajo de mí, quiero más, no puedo parar
—No, no puedo continuar, esto no está nada bien Love—el rápido me apartó de él de una forma tan brusca, tal vez no fue su intención, se puso de pie
—Será un secreto Sebastián, nadie se va a enterar—caminaba a pasos lentos hasta él, mi respiración estaba agitada
—No, yo quiero a Emma, ella no se merece esto, tú eres su hermanita y.......
—No me trates como una niña, ¿sí? Soy tan mujer como Emma—dije un tanto sería
—Lo siento, esto jamás se va a repetir—él salió de mi habitación
Me recargué en el lavamanos, mi respiración estaba aún agitada, sentía que algo escurría entre mis piernas, estaba demasiado mojada, si eso provocó por un beso, ¿que será cuando lo tenga dentro de mí? Maldición, esto es jodido, él es novio de Emma, no puedo evitar pensar en él. Después de ese momento tan ardiente, tuve que darme una ducha con agua fría, no puedo seguir así. Mis padres habían optado por ir a una de nuestras cabañas favoritas, están situadas en medio del bosque, cerca hay un lago enorme, todo esto para que Sebastián conociera nuestra ciudad, estoy tan dispuesta a llevar algo coqueto, sé que él no se resistirá al verme
—Love, ¿vendrás al lago o no?—gritaba Emma afuera del baño
—Ya voy—me miraba al espejo, sin duda el bikini que estoy usando es el indicado
—Vaya Lolo, eso es sexy, ¿dónde tenías todo eso escondido?—ella me miraba y sonreía
—Tengo mis secretos, anda, vamos—ambas salimos hacia donde estaban los demás
—Hija, eso es....... bueno no sé, creo que es muy corto—decía mamá, obtuve la mirada de mi padre y el de Sebastián por supuesto
—Déjala, mamá, luce linda o ¿tú que opinas Sebastián?—Emma miraba a Sebastián
—Ehh si, si claro que sí, luce bien—sonreía Sebastián algo incómodo, discretamente le di una sonrisa coqueta
Emma, Sebastián y yo estábamos en el lago, ellos se dedicaban a su romance, maldita sea, no tolero ver eso, finjo que no pasa nada, pero la verdad no puedo aguantar verlos juntos, me salgo del lago, me siento junto a mis padres, miro atenta como Sebastián se complace al tocar a mi hermana, como sus labios van a sus labios, mejilla y frente, sus manos a todo su cuerpo, mierda quiero sacarlo de la cabeza pero es difícil. Después de esa tarde asoleada, nos fuimos a las cabañas, únicamente había tres recámaras, Sebastián según por respeto a mis papás pidió dormir solo y que Emma durmiera conmigo, genial eso me alienta. Ya estamos acostadas, Emma duerme, yo no puedo, estoy tan inquieta, salgo de la habitación por un vaso de agua y Sebastián estaba ahí
—Oh Love, yo solo vine por agua—dijo de repente, estaba algo distraído
—Excelente yo igual—me acerqué a donde estaba él para agarrar agua
—Bueno, adiós—él pasó, por un lado, de mí y lo tomé de la mano
—¿Así será esto? ¿Evitarme?
—Love, no puedo mirarte de una manera normal después de aquella ocasión, simplemente no puedo—me miraba con esos hermosos ojos
—¿Cómo me miras entonces?—hacía que sus manos estuvieran encima de mí
—No puedo decírtelo Love, debo irme en serio—él mordió su labio, se veía frustrado
—Bill, me has dejado pensando mucho en ti, de una forma inexplicable, no puedo dejar de pensar en ti, solo pienso en como sería sentirte dentro de mí, como tocas mi cuerpo, sentir tus lab......—puso su mano en mi boca
—No sigas Love, detente
—Sé que tú lo quieres, sé que esto es prohibido, pero no puedo evitarlo, quiero sentirte—él me ve completamente quieto, su frustración ya no se ve
Él se lanza contra mis labios de una manera posesiva, con su mano me agarraba del cabello, con la otra se dirigía a mi cuello, mis manos también ansiaban explorar todo de él, tocaba su abdomen debajo de su playera, él bajaba sus labios a mi cuello. Él me cargo, enrede mis piernas en su cintura, mis manos rodeaban su cuello y los besos eran cada vez más apasionados, fuimos hasta la habitación donde estaba él, sin hacer mucho ruido
—Seb....—dije despacio en cuanto entramos al cuarto, él me bajo con cuidado y cerro la puerta
—Entonces, ¿quieres que te haga mía?—me tenía ahora parada frente a él, ese tono de voz que uso al decirme, eso era algo nuevo para mí
—Sí, sí quiero—decía un tanto impaciente
—¿En serio lo quieres?—él me ve fijo, de seguro piensa que solo es broma
—Si Sebastián, quiero ser tuya—dije en un susurro, no puedo creer que esto vaya a pasar
—Eres encantadora Love.....—lo dijo antes de besarme de nuevo en los labios