Capítulo 9

1366 Words
—Amigos de la universidad, me lo aconsejaron cuando me vieron muy mal, yo sé que es malo, pero necesitaba algo para calmar todo —se explica recordando su primera vez que fumó. —¿Tus padres lo saben? —Ella lo mira a los ojos y él asiente. —Les molesta, pero no les hago caso, sé que es muy malcriado de mi parte, pero lo he intentado, hasta volver a cantar Holly y nada me hace volver a como estábamos juntos, con esto no quiero que vuelvas conmigo por lastima, simplemente que de verdad… —Se interrumpe a sí mismo—. Mierda, olvídalo. —La quita de encima. Se levanta y toma la caja de cigarros, camina dirigiéndose a su balcón para no molestarla con el olor. Holly se levanta y lo sigue, se sentía tan culpable, pero a la vez sabía que no era su culpa, ella se había prometido no sentir culpa por las emociones de los dos, fue Ascher quien decidió está vida. —¿Me das uno? —Ella le pide un poco de lo que estaba fumando y lo deja atónito. —No permitiré de que fumes. —Se niega. —¿Y tú moral donde queda? Tu si puedes fumar, ¿pero yo no? —Le arrebata el cigarro. Ella lo acerca a su boca, pero el olor le da náuseas, así que lo bota, Ascher se ríe creyendo que realmente lo haría. —No pudiste ser justa con eso —bromea. —No entiendo cómo soportas ese olor. —Hace una mueca de disgusto. —La costumbre. —Se encoge de hombros y saca otro cigarrillo de la caja. —¡Ascher! —le reclama y él suspira. —De acuerdo, no prometo que lo dejaré, pero prometo que mientras esté contigo no lo haré. —Guarda el cigarrillo y luego guarda la caja en su bolsillo. —No estoy conforme, pero es un gran paso. —Rodea sus brazos alrededor de su cuello. —¿Sabes que no tiene sentido? —La toma por la cintura y se mueven de un lado a otro como en un vals. —¿Qué cosa? —Ladea su cabeza. —Que no te guste el olor del cigarro, pero me besaste con ese sabor —se burla y ella lo mira mal. —Es un buen punto, pero prefiero mil veces tus labios que un cigarro, no me importó nada con tal de solo besarlos otra vez. —Lleva una de sus manos a mejilla y acaricia los labios de Ascher con su pulgar. —¡Dios Holly! Te amo. —La besa. Ascher la carga y ella enrolla sus piernas en la cintura de él, se adentra a la habitación y la reposa en la cama. Deja su boca y va a su cuello, inhala su piel y luego aferra sus dientes en ella con tanta pasión, chupaba y mordía su piel. Poco a poco se fueron deshaciendo de su ropa, Ascher no traía mucha, pero Holly si. Finalmente estaban desnudos y se comenzaron a devorar el uno por el otro. —Te han crecido los senos. —Ascher se aleja un poco para observarlos y Holly los cubre por si estos botan leche—. No entiendo porque siempre te cubres cuando te quiero hacer un cumplido. —Creo que esto no está bien. —Lo separa y comienza ponerse la ropa. —¿Qué sucede? —Se sienta en la cama muy confundido. —No quiero hacer esto Ascher —dice muy seria. —Está bien, entonces hagamos otra cosa —sugiere y la leche de los pezones de Holly comienza a salir y ella se voltea rápidamente—. ¿Estás bien? —Se preocupa. —Sí, es que necesito ir al baño. —Se apresura cubriendo sus senos y se adentra en él. Solo había tenido tiempo de colocarse la braga y el pantalón, Ally tenía hambre y por eso la leche salía sola, Holly tenía que irse para atender a su bebé. Reposa las manos en el lavabo y suspira, sube la mirada y se ve en el espejo, ahora no sabía cómo salir de ahí sin que sus senos chorreen. —Princesa. —Toca la puerta—. ¿Necesitas algo? —Ofrece del otro lado. —¿Dónde están las toallas? Creo que me bañaré —dice Holly. —En el gabinete al lado del espejo —responde y Holly hace caso encontrándolas—. ¿Tienes hambre? Haré algo de cenar. —Si, tranquilo —dice abriendo la ducha. Realmente era buena idea, pues así Holly tiene tiempo para solucionar lo de la leche, su solución era esperar que dejara de botar, tampoco la iba a cortar, no era experta y no quería hacerse daño a ella ni a su bebé. —¡Aaah! —Holly se queja de sus senos. La leche se le estaba acumulando y le dolía demasiado, tenía que amamantar o sacarse la leche, pero no sabía cómo, estaba en una situación difícil. —Señorita, ¿se encuentra bien? —pregunta una voz femenina del otro lado. —¿Tamara? —trata de preguntar con dolor. —Si señorita, él señor Ascher le está preparando algo de comer, pero me envió para traerte ropa —se explica, Holly abre la puerta y deja que la vea. —Necesito tu ayuda, pero mi vida depende de ello, así que no le puedes decir a Ascher, ¿ok? —Holly estaba desesperada. —¿Qué sucede? —Se preocupa. Holly descubre sus senos y permite que Tamara le vea los senos, se veían algo llenos y explotados. —Señorita Holly, usted… —deduce y Holly asiente—. No te preocupes, no diré nada, yo la entiendo, sé por lo que está pasando y no es lo correcto, pero a veces hacemos cosas para proteger a los que amamos. —Gracias. —Se alivia al saber que puede contar con ella. —¿Cómo se llama? ¿Cuántos meses tiene? —Sonríe. No era tan difícil para Tamara saber que era hija de Ascher, o sea, era obvio, no era casualidad de que Holly desapareciera y luego apareciera con un bebé. —Se llama Ally y tiene cuatro meses —responde con tranquilidad. —Debe ser hermosa. —Deja la ropa en el lavabo y ayuda a Holly a sentarse en el retrete. —Es idéntica a Ascher. —Posa una sonrisa. —Me encantaría conocerla algún día. —Suspira—. Es una pena que el joven Basquin no tenga oportunidad de al menos criarla, ¿no cree? —Intenta aconsejarla. —¿Y Elizabeth lo aceptaría? O sea, me refiero, ¿le haría daño a mi bebé por ser mi hija? No creo que esa señora tenga corazón como para tenerle piedad a una pequeña —dice Holly. —Tienes razón, mejor escóndase —le sugiere conociendo muy a las personas de esa clase—. Mejor la ayudo con esto, seré como su hada madrina en la noche de Cenicienta, no deje que nadie entre hasta que yo vuelva —le advierte y Holly asiente. Tamara sale de la habitación y Holly cierra la puerta con seguro, ella esperaba que todo saliera a la perfección. *** —Hola, ¿Todo está bien? ¿Le quedó la ropa? —pregunta Ascher cuando ve a Tamara pasar por la cocina para ir a la habitación de ella. —No aún no, hay un ligero inconveniente de mujer —responde y antes de que Ascher se interese en el tema—. Ella está bien, pero esto es asunto privado y no creo que sea necesario que lo escuches. —De acuerdo. —No protesta porque conoce los límites que no debe pasar. Tamara agradece de que Ascher es un chico que respeta cuando es necesario hacerlo. Tamara entró a su habitación y buscó entre sus cosas un objeto que jamás creyó que volvería a usar, lo metió en su bolso y luego salió de ahí, camino por la cocina, Ascher ignoro su presencia para su suerte y luego se fue a la habitación del joven Basquin.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD