Tenía razón, ese pobre chico se merecía más que solo una noche después de todo el año que le hizo pasar Holly.
—No he tenido sexo desde que tu y yo… —recuerda y él le sonríe.
—No te preocupes, yo tampoco he tenido sexo, se ha presentado la oportunidad, pero es que me di cuenta que estoy tan enamorado de ti que prefiero morir sabiendo que fuiste la última persona con quién tuve relaciones, además, me mantengo tan ocupado que tampoco me importa, a menos que sea contigo. —Siempre Ascher tan sincero y cursi.
—No puedes hacer eso, debes seguir con tu vida en tal caso de que no regrese jamás. —Se siente mal.
—¿Y si regresas pronto de lo esperado? No lo sabemos Holly, así que por favor no me juzgues de mis decisiones, no quiero estar con nadie más. —Él pensaba en positivo, es lo que ella dejó en él.
—Ascher, amar también es dejar ir y permitirte ser feliz con otra persona —le aconseja.
—La única forma de tomar esa especie de consejo en cuenta, es que tú me dejes de amar y por lo visto, aún nos amamos. —Acaricia su cabello con ternura.
—No Ascher, el punto es que te amo lo suficiente como para evitar lastimarte y por eso prefiero dejarte ir para que seas feliz con otra persona —insiste negando con su cabeza.
—Si quisieras evitar lastimarme, te quedarías conmigo Holly, como te dije, el amor lo puede todo. —Besa su frente.
—Aun sigues terco. —Se le dilatan los ojos.
—Y aún sigues perfecta. —Vuelve a besarla—. Eres la mejor chica de este mundo —susurra—. Y por necesitas ser recompensada, tendremos sexo solo si tú quieres, yo obviamente quiero, pero quiero que pases una noche agradable, si es que será la última antes de que desaparezcan. —Se quita encima de ella y la ayuda a sentarse.
De camino a la mansión de Ascher, se quedaron en silencio, el ambiente estaba algo bastante tenso. Ascher se sentía bien por tenerla, pero le dolía demasiado pensar que solo será por esa vez, necesitaba más tiempo para estar con ella y eso le molesta, le molesta no tener más tiempo y le molesta no entenderla pero aceptar su decisión.
Llegan a la mansión y Fredycson les abre la puerta, sale Ascher primero y luego le ofrece su mano para bajar a Holly, ella acepta y sale de la limosina con algo de miedo al recordar su casa.
—Tranquila, mis padres no llegan hasta el lunes, no soy tan loco como para traerte a la boca del lobo con el lobo adentro —le asegura y ella toma confianza.
—Se siente extraño —dice muy incómoda mientras suben los escalones para entrar por la puerta principal.
—¿En serio? Porque yo me siento de maravilla. —Hace una sonrisa forzosa.
—No pareciera. —Lo ve insegura y Fredycson les abre la puerta.
—Es que esto de que me des esta noche no me parece bien, es como volver y destruirme más para no levantarme —comenta su inquietud.
—Si quieres me voy. —Señala la puerta de atrás con su pulgar.
—No Holly, quiero que te quedes conmigo por el resto de nuestras vidas. —La toma por los hombros y la mira fijamente—. A veces siento que estoy enamorado solo, ¿acaso aún me ves como Tim? —Se deprime y Holly alza su mentón.
—Yo te veo como Ascher, el caballeroso, educado y correcto Ascher, eres un chico maravilloso y seguro encontrarás a alguien mejor que yo. —Desplaza su mano por la mejilla y la acaricia.
—Tu eres lo mejor Holly. —Le súplica con la mirada—. No quiero esta noche así como así, no eres una cualquiera, yo planeo hasta casarme contigo princesa. —Unen sus frentes y ella cierra sus ojos con fuerza.
—No puedo —dice en un entristecido suspiro.
—Ya deja de temer, está no es la valiente Holly que había acabado con el mismo Tim. —Se separa de ella y se dirige a su habitación.
«Nos estamos enfrentando a algo más grande que Tim», piensa Holly.
Holly lo sigue, pero no sigue con la discusión. Ascher entendía, pero a la vez no, todo era tan sencillo así como cuando ella destruyó a Tim, pero bueno, estaban hablando de su madre y es una elección bastante difícil.
Al llegar a la habitación de Ascher, él se dirige al baño para cambiarse, mientras que Holly se da un vuelta recordando el día que enfermó, él la cuidó como nunca.
—¿Qué quieres hacer? ¿Vemos una película? Te invitaría a hablar contigo, pero supongo que esa información también es clasificada para no tener una pista y buscarte —dice algo seco detrás de ella.
—Lo siento. —Se sienta en la cama y cubre sus ojos.
No fue buena idea venir después de todo, no podían olvidarse que después ella se iría, no podía disfrutar de ese momento.
—Perdóname tu a mi. —Se sienta a su lado y la abraza—. Es que de solo pensar que otra vez estarás lejos de mi me aterra Holly, mis emociones negativas están en guerra con las positivas.
Ascher estaba sin camisa y con un pantalón para dormir, tal vez también quisiera solo dormir abrazado junto a ella como siempre le ha gustado.
—Hablaré con mi mamá, te prometo que ella no te hará daño, entre mi papá y yo la convenceremos de que te acepte y no haga un plan para destruirte —planea con desesperación.
—¿Y si eso no sucede? —Ella no estaba convencida.
—Nos iremos lejos, si no te acepta, entonces ya no seré su hijo. —Holly se horroriza ante esa información y se aleja de él.
—De ninguna manera le harás eso a tu madre, no puedes escogerme a mi primero que a ella, ella te dio la vida. —Se molesta.
—Pero también me la está quitando alejándome de ti Holly. —Él también se pone molesto—. Además, ¿Qué me puedes decir tu? Dejaste a Martha sola después de todo lo que te hizo y, ¿yo soy malo por alejarme de mi madre por lo que nos está haciendo? Es injusto.
—No es lo mismo Ascher, Martha me ha mentido mucho y nos lastimo demasiado, cuando creí que ya lo había superado, ella viene con más mentiras —se defiende.
—Si claro —responde en tono sarcástico.
—¿Vamos a estar toda la noche en esto? Porque como te digo, prefiero irme. —Se voltea para irse.
—De acuerdo, deja de seguir amenazando y vete de una vez. —Alza un poco la voz molesto.
Ascher se levanta y camina hasta la gaveta de su mesita de noche y saca una caja de cigarros, ella lo ve y se lo arrebata.
—Deja de fumar, tu no eres así. —Resopla su nariz.
—¿Pero siempre eres capaz de dejarme? Ya van dos veces Holly, con esta sería la tercera vez, soy un masoquista de mierda. —Saca otra caja.
—¿Por qué haces esto Ascher? ¿Cómo cuantas cajas tienes? —Holly no deja de sentir culpa.
—Ya decídete si te vas o te quedas. —Señala la puerta.
—Me quedaré si dejas los cigarros. —Intenta quitarles otros y Ascher retrocede.
—¿Qué te hace creer que te haré caso? —Sus piernas golpean con la orilla de la cama.
—Porque me amas tanto como yo a ti. —Deja los cigarros en la mesita de noche y tumba a Ascher en la cama para montarse sobre él como una gatita traviesa.
—Siempre te encanta manipularme, todo se hace como tú digas, ese trato no me sirve de nada, porque seguro solo me estás ofreciendo quedarte por esta noche. —Holly le aparta los cigarros, le sube el mentón y se aferra a su cuello.
—Te prometo que volveré, pero te querré sano y si para cuando vuelva, ya estamos con alguien más, seremos amigos. —Besa su cuello mientras comienza mover sus caderas para frotar sus sexos.
—Deja de seducirme para aceptar eso, los dos sabemos que solo me lo dices para quitarme la ansiedad. —Respira hondo, pero no tiene la fuerza necesaria para quitársela de encima, le gustaba lo que ella estaba haciendo.
—¿Cómo es que comenzaste a fumar? —Muerde ligeramente su piel y Ascher queda maravillado, ese lado juguetón le volvía loco.