Antonella Revuelvo mis maletas en busca del vestido perfecto para la noche especial que me aguarda. Edahi me ha dicho que nos iremos de rumba a un exclusivo club de Roma a donde suele ir con sus amigos aviadores. Hoy ha sido un día estupendo para ambos. Nos la pasamos todo el día en la cama, turnándonos entre ver películas y besarnos. No volvimos a meternos mano. Ambos conocemos nuestros limites, y respeto mucho el hecho de que Edahi quiera esperarse para...para que follemos. Rebusco entre mis maletas —no he desempacado casi nada de mis pertenencias, ya que no me estaré con Gianluigi por mucho tiempo—, pero no encuentro ningún vestido que me sirva, ya que todos los vestidos de fiesta y de putería los dejé en Colombia, ya que no cupieron en mis maletas. El zumbido familiar de mi cel