Edahi Despierto envuelto en la suavidad de las sábanas, con el calor de Antonella a mi lado. La luz matutina se filtra por las cortinas, pintando destellos dorados en su cabello despeinado. Inhalo profundamente, dejándome llevar por el dulce perfume que emana de su piel, una fragancia embriagante que parece impregnar la habitación. Después de una intensa noche en donde nos dimos dedo hasta más no poder, caímos profundamente dormidos. Yo tuve que dormir en calzoncillos, ya que los pijamas de Gianluigi no me quedan porque soy mucho más alto y fortachón que él, y Antonella durmió con el sensual camisón con el que me estaba esperando anoche. Estoy experimentando por primera vez lo que es amanecer junto a una mujer, y puedo confirmar que...que es lo mejor del mundo. Mis labios se posan