Antonella
Admito que disfruto enormemente de ser el centro de atención. En este evento real, todas las miradas convergen en mí, y ¿cómo no? Soy consciente de que tengo una belleza que el mundo de la monarquía rara vez ha presenciado.
Aunque mi vestimenta es elegante y recatada, no hay duda de que cada detalle ha sido cuidadosamente seleccionado para realzar mi figura y destacar mi belleza.
Mientras camino por el salón, puedo sentir las miradas de admiración que se posan sobre mí. Los murmullos de asombro y el suave crujir de los vestidos elegantes se mezclan en el aire, creando una sinfonía de ensueño. Me siento poderosa, segura y, sí, me gusta sentirme el centro de atención.
No puedo evitar sonreír ante las miradas que están sobre mí. Es un recordatorio de la influencia y el poder
