Me está mirando directamente, sin lugar a dudas. Tiene los ojos entrecerrados y no parece complacido.
¿Podrían ser celos? Aparto la mirada, sonriendo para mí misma mientras cierro los ojos y continúo moviéndome al ritmo de la música. Girándome para enfrentar a Dylan, deslizo mis manos por sus hombros y envuelvo mis brazos alrededor de su cuello, apretando mi cuerpo contra el suyo mientras bailo.
Debería sentirme un poco culpable, guiándolo de esta manera, pero cualquier pizca de culpa que tenga es reemplazada por satisfacción cuando le echo otra mirada a Gray y descubro que todavía está mirando.
Dulce victoria.
Si quiere evitarme, que lo haga. Es hora de un cambio en el juego, ahora lo dirijo yo y no voy a demostrarle lo mucho que me afecto su actuación, quiero que vea que yo me puedo divertir con otro y que el sexo masculino no está ciego, la oportunidad que puede tener otro la puede arrebatar.
Aunque estoy muy clara que él único que me interesa y me descontrola las hormonas es Gray. Pero eso no lo tiene que saber ¿Verdad?
Empoderamiento femenino y dulce venganza.
Después de un rato, el DJ cambia a una canción más lenta y todos nos dirigimos hacia la barra. Todos estamos un poco sudados y sin aliento, pero estoy en lo más alto de mi triunfo sobre Gray.
Dylan comienza a gritar pedidos de bebidas al camarero.
-¿Qué quieres?- pregunta, volviéndose hacia mí, pero yo solo niego con la cabeza.
-Voy a tomar un poco de aire- digo, abanicándome con una mano.
-Está bien. ¿Qué quieres cuando regreses?- sonríe, y ese sentimiento de culpa que tenía por usarlo en mi juego abarrota mi sistema y hace que quiera compensar mi comportamiento irracional.
-No lo se, ¡sorpréndeme! Confío en tu buen gusto- Digo, dándole una palmada en el hombro y dándome la vuelta.
Me dirijo a la puerta, la empujo para abrirla y aspiro profundamente el aire fresco de la noche. Todavía estoy un poco sudorosa y el aire se siente tan bien en mi piel.
Me alejo unos pasos y me apoyo contra la pared exterior. No me toma mucho tiempo refrescarme y recuperar el aliento, y estoy pensando en regresar al interior cuando la puerta se abre y alguien sale.
Es un tipo que no reconozco, pero parece tener poco más de treinta años. La mayoría de los lobos se mantienen en forma debido a lo activos que somos, pero este tipo se ve descuidado y apesta a alcohol. Después de salir tambaleándose, mira a su alrededor y su rostro se divide en una gran sonrisa cuando me ve apoyada contra el edificio.
-¿Que tenemos aquí? Nena, si estás sola yo puedo ser muy buena compañía- dice arrastrando las palabras, dando un paso hacia mí
Está coqueteando, que asco
-No te importa y no estoy sola para tu información. Mis amigos están cerca- murmuro, cruzando los brazos sobre mi pecho y mirando hacia otro lado. Con suerte, este tipo captará la indirecta.
No lo hace. En cambio, da otro paso hacia mí y me abruma su olor a alcohol rancio.
-No veo a nadie por aquí, yo te puedo dar mucha diversión esta noche y te olvidaras de tus supuestos amigos esperándote- dice, acortando la distancia entre nosotros.
Me vuelvo hacia él, entrecerrando los ojos. Estoy a punto de levantar el puño para golpearlo cuando la puerta del bar se abre de golpe y choca ruidosamente con la pared exterior. Gray sale y esta iracundo.
Dios mío, ese hombre es sensual en un estado normal pero iracundo.... es un jodido dios del sexo. Mi loba ya se ha agitado y si pudiera, estaría sujetando mis bragas para que no caigan al piso.
¿Como es posible que una situación incómoda de repente se ponga tan caliente de un momento a otro? Solo tengo una respuesta y es Gray.
-¿Este tipo te está molestando?- gruñe, mirando amenazadoramente al tipo de barriga cervecera.
El da un paso atrás, levanta las manos y muestra su cuello en sumisión.
-¡No, Alfa!- se ahoga, los ojos muy abiertos.
-¿Por qué no te vas a casa, Trent?- Por el tono de su voz, no es una sugerencia y esa mirada asesina dice todo lo contrario.
-Sí, Alfa- balbucea, dando unos pasos temblorosos hacia atrás.
Gray asiente y el chico se retira rápidamente, alejándose del bar en dirección a la ciudad. Una vez que pierde la vista, Gray se vuelve hacia mí, se frota la nuca y niega con la cabeza.
-Ese tipo es una amenaza- murmura.
-Sí, pero puedo cuidar de mí misma. Estaba a punto de encargarme de él antes que aparecieras- espeté, molesta por este pequeño acto de caballero que está tratando de lograr
Gray sonríe, dejando caer su mano de su cuello y dándome una mirada.
-Sí, estoy seguro de que lo hiciste- respira- Aunque un simple agradecimiento sería suficiente- Cruza los brazos y levanta la barbilla, luciendo tan arrogante como siempre.
Su arrogancia es tan irritante, quiero golpearlo hasta borrar esa expresión.
-Hmp no quieres golpearlo... Queremos transformar esa expresión en una de placer extremo y que ese dominio que posee en su ser se vuelva añicos en nuestras manos.
Arrugo mi nariz, frunciendo el ceño.
-¿Gracias por qué? ¿Acosarme?
La mandíbula de Gray se contrae y las motas de oro comienzan a arremolinarse en sus ojos.
-Bien hecho Thea, lo tenemos. Prepárate para lo bueno.
Da un paso hacia mí, luego otro. Mi respiración se entrecorta cuando se coloca justo frente a mí, mirándome fijamente.
-Siempre tan desafiante- dice, su voz aterciopelada y baja. Extiende la mano, pasando el dorso de sus dedos suavemente por el costado de mi brazo. Juro que siento chispas en mi piel donde me toca- Pensé que ibas a intentar ser una buena chica
Sus palabras envían una oleada de calor directo a mi centro. Muerdo mi labio, mirándolo a través de mis pestañas.
-Ser buena está sobrevalorado- digo, mi voz apenas es audible. Su mirada se siente como si me estuviera quemando y miro hacia abajo.
-Oh Thea, déjame tomar el control, le demostraremos las buenas chicas que podemos ser...
Gray recorre con las yemas de los dedos mi brazo, hasta la parte superior de mi hombro. Toma mi barbilla entre su pulgar e índice, inclinando mi cabeza hacia arriba para mirarlo de nuevo.
-¿Qué quieres, Thea?- pregunta con voz ronca.
Su pregunta me pilló con la guardia baja y me puso completamente nerviosa por la forma en que me toca. Muerdo mi labio de nuevo y casi inconscientemente inclino mi cuerpo lejos de la pared hacia el suyo, estirando mis caderas en su dirección. Mostrándole lo que quiero.
Antes de que sepa lo que está pasando, me agarra por la cintura y me hace girar, sujetándome entre él y la pared y presionando su cuerpo contra el mío desde atrás. Golpea una de sus palmas contra la pared para estabilizarse y pasa la otra por mi costado suavemente, estirando su cabeza hacia adelante junto a mi oreja.
-¿Es esto lo que quieres?
-Oh claro que si campeón, pero no es suficiente, queremos más
Presiono hacia atrás contra él, lanzando mi cabeza hacia atrás en su pecho mientras las chispas que deja su toque encienden mi piel, mostrándome de acuerdo con mi loba en este momento, pero no le presto mucha atención porque mis sentidos están invadidos por la presencia de este endemoniado alfa.
-Sí- susurro, cerrando los ojos y entregándome a la sensación.
-¿Sí?- pregunta, su respiración se vuelve irregular. Desliza su mano alrededor de mi vientre, baja a mi cadera, luego a mi muslo. Cuando las yemas de sus dedos entran en contacto con la piel desnuda de mi muslo, los fuegos artificiales explotan.
Su mano está a centímetros de mi coño y estoy prácticamente retorciéndome de necesidad. Es como si pudiera leer mi mente, porque desliza su mano lentamente, debajo de la parte delantera de mi vestido, ahuecando mi sexo a través de mi ropa interior de encaje.
-¿Es esto lo que quieres?- murmura.
Mierda. Sí
-Toma lo que quieras Alfa, soy tuya
Y no podría estar mas de acuerdo con mi loba, si esto avanza más dejare de controlarme y liberare mi instinto sin pensar en nada más.
Lo siento Kate, sé que tengo un objetivo, sé que esto no está del todo bien, pero no puedo soportar esta explosión de sensaciones que recorren mi cuerpo cuando Gray esta sobre mí. Todo se reduce a él, y aunque este mal se siente demasiado bien...