Mis puños se cierran de manera casi automática mientras que la escucho dar su discurso desde el escenario que está preparado para esta ocasión. La gente la observa con admiración mientras enumera los logros de la fundación y agradece a quienes han donado tiempo y dinero. Yo solo me enfado por dentro por haber sido parte del juego con su ex y me aseguro de que no haya un sujeto sospechoso en este salón. —¿Cómo has hecho para que una mujer así se fije en ti?— Escucho una voz masculina detrás de mí y al voltear a ver, lo veo a él. «¿Tanto le dolió lo que le dijo Vega?» Me pregunto por dentro. —¿Por qué no podría fijarse en mí?— Inquiero sin quitar mi atención de ella mientras que anuncia la subasta que se llevara a cabo. —Mírate, eres un hombre común y corriente. No te conozco, así que