__¡Que no es mi madre! —Exprese alzando la voz, y lo que conseguí fue que mi padre me golpeara, ni siquiera la vi venir, solo sentí el golpe caer sobre mi rostro. Inmediatamente mis ojos fueron invadidos por lágrimas, las cuales despeje al segundo siguiente que rugí. —Te odio, te odio por nunca creer en mi. —Dicho eso corrí por las gradas y aparte a la estúpida de Cristal que reía en silencio de mi desdicha.
Cerré la puerta tras de mí y encendí la música, como lo hacia cada vez que ese hombre llamado Sandro Intriago, no creía en mi, pero hoy, hoy el dolor era más fuerte, porque por primera vez en la vida, se había atrevido a golpearme, sollozando sobre la almohada, ahogué el grito en la misma.
RELATA SANTIAGO:
Han pasado dos largos años desde que me nombraron CEO de la empresas Rúales, desde entonces no he tenido tiempo para mi, me concentré de lleno aprender el manejo de los negocios, y ahora soy un audaz en ellos. Eh aprendido a ser un líder y hacer escuchar mi voz sin agredir a nadie, en estos dos años me he ganado el respetado y admiración de todo el país .
Se preguntarán si me casé, pues no, aún no llega la mujer indicada para mi, soy un hombre de veinticuatro años dedicado al trabajo y de vez en cuando descargo el placer en mi ex. Estoy concentrado en el computador y el toquecito de la puerta me desconcentra.
__Adelante. Pronuncio.
La puerta se abre para dejar ver a esa hermosa y sexi mujer, la cual no veía hace algunos meses. Camina muy sensual con su vestido blanco que llaga a mitad de muslo, coloca la cartera en el escritorio y rodea el antes nombrado hasta llegar tras de mí y procede acariciar mi cuello.
__Buenos días guapo, ¿por qué no haz ido a verme?, inquiere al rodar las suaves manos por mis pectorales eh introducir su lengua en mi oído, aquello produce que los bellos de mi piel se levanten.
__He pasado muy ocupado. Informó y retiró sus manos, para proceder a levantarme. Asiento mi trasero en el escritorio para quedar frente a ella, luego se acerca tomando mis manos y pasándola por los costados hasta llegar a su espalda.
__Santi, ¿por qué no eres cariñoso como antes? ya es poco lo que te veo, te extraño. Verbaliza entre susurros al morder mi labio inferior.
__¿Por que tendría que ser como antes? Espeto. __Si tu y yo terminamos hace dos años.
__No hemos terminado, recuerda que me buscaste al poco tiempo. Sonrió al escucharla decir tales cosas.
__Disculpa?, pero eres tú la que no ha dejado de presentarse innumerables veces en esta oficina.
__Que más da quien busco a quien, pero no puedes negar que disfrutas de mi presencia.
__No voy a negarlo, me encanta que me visites.
__Te amo Santi. Anuncia al besarme, respondo a su beso pensando en sus palabras, últimamente lo repite en cada momento, baja besándome por todo el cuello y empieza abrir los botones de mi camisa, la miro fijamente a los ojos pero no encuentro esa luz que me indique que ella, es la mujer que complementará mi vida. Levanto mis manos y presiono las suyas con sutileza, sonríe y me mira.
__No más. Farfulló y se pone seria.
__¿No más de que?
__Se acabo. Veo sus ojos iluminarse y cuando esta por hablar escucho la puerta abrirse.
Me bajo del escritorio y giro a ver quien ingreso, el único que ingresa a mi oficina sin tocar la puerta es el abuelo. Llevaba dos semanas de viaje y al fin ha vuelto.
__Abuelo, ¿Cuando volviste? Inquiero al caminar hacia él, para saludarlo.
__Hoy. Refuta mirando hacia el escritorio. __¿Estas ocupado?
Regreso a ver a mi ex y Verbalizo.
__No, Ana ya se iba.
Traga grueso y limpia una solitaria lágrima que se desprendió de sus ojos, suspira y agarra su cartera, camina a pasos rápidos y se detiene cerca de mi.
__Te espero esta noche. Comunica y regresa a ver a mi abuelo, le regala una sonrisa de medio lado y luego se marcha, al cerrar la puerta camino de vuelta al escritorio y mi abuelo me sigue.
__¿Hasta cuando Santiago? Cuestiona con seriedad colocando su bastón a un lado. __¿Hasta cuando seguirás perdiendo el tiempo con esa mujer?
Retiro mis lentes de descanso y aposento los codos sobre el escritorio, suspiro antes de hablar.
__No tengo nada con ella abuelo, lo nuestro acabo hace dos años.
__Eso es lo que dices siempre y luego la veo salir de tu oficina, tampoco has hecho por buscar novia.
__El trabajo no me da tiempo para buscar mujeres, la experiencia que pase con Ana me ha dejado claro que forzar y acelerar las cosas no es bueno, me daré el tiempo necesario para que la mujer indicada llegue.
__Esta bien, respeto tu decisión siempre y cuando esa mujer no sea Anabel Muentes, esa joven no me gusta en lo absoluto para ti.
__Lo que no fue en su momento, no será, abuelo.
__Me alegra escuchar eso, pero recuerda que tu descendencia puede llegar a ser líder por largos años si llegas a tener un hijo antes que los demás.
__Bueno abuelo, si no llegara a tener un hijo antes que mis primos, el apellidos no se perdería, al menos con Cris seguiría siendo principal.
__Si, pero no quisiera que el liderato quedara en sus manos, su madre influye mucho en el y eso seria un peligro.
RELATA ERIKA:
Llore por varias horas extrañando a tiffi, mi canina quedó en casa cuando me fui al internado, pero ahora que volví ya no la encontré, en días tristes como este, ella era mi consuelo para seguir adelante, ahora no tengo a quien contarle mis penurias.
No se en que momento del día me quede dormida, pero me despierto con el sonido de la puerta.
__No quiero ver a nadie...... Bramó al tiempo que cubro mi cuerpo.
__Baja almorzar querida. Pronuncia y solo el hecho de escuchar esa voz enciende mi cólera.
__No quiero. Refutó.
__Erika te espero en el comedor. Acentuó mi padre.
Solté un suspiro y baje minutos después, camine hasta el comedor sin mirar a nadie, de reojo sentía la mirada de mi padre caer en mi.
Seguido tocaron el timbre y me propuse abrir.
__Siéntate iré yo. Proclama mi padre y se va.
__Disfruta el jugo..... Manifiesta Cristal. __Mamá dejo caer un tantito de saliva en tu vaso. Confiesa y siento como mi estomago se revuelve mientras ella ríen.
__No le hagas caso. Verbaliza la bruja Margaret. __Ya sabes que Cristal es bromista. Suspiro poniendo mis ojos en blanco, bajo la mirada al vaso y veo algo raro, algo que no se ve en una limonada.
Retiro el vaso y miro la comida, al menos hoy comeré lo que todos comen, eso es lo bueno de cuando mi padre esta aquí, la comida para mi mejora.
__¿Quien era querido?
Mi padre se acomoda en la silla y procede a subir las mangas de su camisa.
Mi padre tiene treinta y ocho años, tiene su cuerpo bien tonificado y podría decir que es un hombre muy atractivo, quedó viudo a los veintiséis años, era obvio que se volviera a enamorar, pues cualquier mujer lo querría tener en su vida, pero de tantas mujeres, tuvo que elegir a ella, a Margaret Merchán.
__Un tal Maximiliano. Refutó mirándome con enojo.
__Maximiliano ¿Está a fuera? Inquiero contenta.
__Estaba, ya lo mande sacando.
Suelto un suspiro y retiro el plato de comida.