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1097 Words
Me quedé anonadada mirándole, seguro piensa que soy retrasada o que tengo problemas para digerir las palabras. Axel - ¿Piensa darme mi comida, Señorita Martín? Irina - oh, ¡claro! Disculpe Señor Min. Le hice una reverencia, y puse su comida en el escritorio. El se recostó en su asiento, mientras sonreía. Al ver que no quitaba los papeles del medio, me tocó hacerlo a mi. Estar cerca de él me incomodaba. Dejé los papeles a un lado de su escritorio y puse los platos y su café delante de él. Cuando me giré hacia él, me di cuenta de que me estaba mirando el trasero. Pervertido. Me erguí enseguida y me aparté del escritorio. Irina - me estaba mirando el… Me interrumpió la puerta de su despacho abriéndose. Nae entraba por esta, junto a un chico de más o menos mi edad. Axel - gracias Kim, señorita Martín puede irse, después llamaré para que recoja los platos. Asentí, le hice una reverencia y salí del despacho junto al otro chico. Irina - será pervertido… — ¿El jefe? No me había dado cuenta de que lo había dicho dicho voz alta. El chico de cabello castaño me miraba atentamente. Irina - ahm no… — Soy Tae, asesor en bolsa. Veo que eres la señorita Martín, eso pone en tu placa de identidad. Cierto, tenía la capital con nombre en la camisa. El chico era una persona seria, se veía de lejos. Me parecía que no le agradaba mucho mi presencia y que no le gustó para nada lo que dije del jefe. Irina - si, soy Irina Martín. Soy nueva en el comedor. Tae - ya me parecía, otra camarera del montón. Ten cuidado con tus intenciones hacia el jefe. Si lo acosas, te echarán. Y muy merecidamente. Dicho eso se fue a paso firme. Dejándome más que cortada. Irina - ¿acosar, yo? Fue él, quien me miró el trasero y el que parece estar persiguiendo me. Volví al comedor, seguí repartiendo más meriendas juntos a Jihan. El me fue ayudando a aprenderme los pasillos y los despachos. En la noche todo fue aún más complicado, mucha más gente apareció a la hora de cenar. Estaba agotada, me dolían horriblemente los pies y no dejaba de ir de un lado a otro. Vi a Axel, pero estaba sentado con el tal Nam y otros dos hombres. Nae seguía siguiendo me, esa niña es muy activa, algo que no parece haber sacado de su padre. No le veo una persona muy activa. La niña me seguía los talones o incluso llevaba a darme la mano. A los trabajadores no les sorprendía, debía ser normal que la hija del jefe caminara por los pasillos a su antojo. Sabía que su padre la revisaba a cada rato, pero era incómodo. Nae - señorita Ahn, el señor Mon le pone los cuernos. Abrí mis ojos más de la cuenta, los dos parecían ser un matrimonio que trabaja en la misma empresa. No sabía cómo actuar. La mujer miró a su marido, este mostró las Palmas de sus manos en forma de paz, paz que no consiguió. Me alejé de la mesa cuando empezaron a discutir, me llevé conmigo a la niña. Me agaché a su altura y agarré sus manos. Irina - Nae no puedes ir diciendo esas cosas por todo el comedor… Nae - solo dije lo que escuche. Irina - pasas mucho tiempo en este sitio… La niña se encogió de hombros. Nae - ¿jugamos juntas? Irina - es que estoy trabajando, Nae… Nae - No mucha gente me hace caso y tu me agradas. No podía negarme, esos ojitos de pequeño gatito eran adorables. Irina - podemos jugar, pero primero debo terminar unas cositas rápidas Y así fue, terminé de recoger un par de mesas. Ya se iba haciendo tarde, eran pasadas las diez de la noche. Jugué con Nae bastante rato, HanSoo no me dijo nada. Llegó un momento en el que la niña terminó quedándose dormida en uno de los tantos sofás, mientras limpiaba las mesas. Perdí de vista a su padre hace bastante tiempo, Somi y Jihan ya se habían ido del trabajo, igual que los cocineros. Yun hablaba con HanSoo de temas para mañana. Bostece mientras terminaba de acomodar la última silla. — Ya es momento de ir a casa. Me giré sobresaltada, tenía a mis espaldas a Axel. Me aleje por inercia, al ver la poca distancia entre nosotros. El se acercó a su hija y la levantó en brazos. Lo observé por unos minutos, hasta que él volvió a mirarme. Axel - ya terminó su horario de trabajo, ¿Qué hace aquí aún? Irina - ya me iba, solo terminaba de ayudar a limpiar. Axel - sígueme. Sonó a orden. Obedecí le seguí después de haber cogido mis cosas en el vestuario, el me espero. O lo entendí, supuse que quería decirme algo. Caminamos hasta la salida, íbamos a la par. Un coche n***o estaba aparcado justo en la entrada. Se encargó de meter a Nae y de acomodarla en su asiento. Cerró la puerta del coche y se centró de lleno en mi. Axel - Quería agradecerte que estuvieras con Nae. Suele dar bastantes problemas… Hablé con HanSoo y le dije que te diera los domingo libres. Mañana no tienes que venir a trabajar, ni siquiera yo vengo los domingos y solo abrimos la cafetería. Irina - oh gracias, no fue nada lo de Nae. Axel - ten cuidado y nos vemos el lunes, señorita Martín. Se despidió de mí con un gesto de mano, para después subir en su coche y alejarse. Caminé hasta casa por las iluminadas calles de Seúl, hasta que llegue a las calles más oscuras, para llegar al hotel. Ya en casa, dejé mis cosas en la entrada y me dirige a mi habitación. Todo estaba oscuro, lo que me dejaba en claro que ya estaban durmiendo. Enzo dormía plácidamente en la cama, lo mire por unos minutos. Después me di una ducha rápida y me puse el pijama. Mañana me pasaría el día durmiendo, no tenía planeado salir de casa. De hecho, aprovecharía para empezar a buscar un apartamento pequeño para Enzo y para mí. Me acosté en la cama, después de haber comido un triste bollo. Tampoco tenía mucha hambre, pero debía meter algo de comida en mi cuerpo. Observé a Enzo dormir, se veía cansado. Había pasado todo el día con Nía de un lado para otro, entendía su cansancio. Apenas tardé en quedarme dormida, estaba igual de cansada.
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