6. Dame un beso aquí.

2040 Words
6. Dame un beso aquí. Jared. Después de poner hielo en mis pelotas, bajo las escaleras y salgo directo al patio, a la piscina en donde escucho a los chicos divirtiéndose. Jade está dentro del agua con Thomas, ella debió llamarlo para que viniera porque yo no lo hice. Muevo mis ojos buscando a mi pequeña marimacho y la encuentro acostada en una tumbona con Dereck al lado. Él esta mojado, lo que indica que se ha estado bañando. Ella no, está inmaculadamente seca y una enorme camiseta viste su cuerpo, escondiendo su teta marcada por mí. Sonrío, siendo consciente de que yo soy la única razón por la que no entra en el agua. Me encanta ser su tormento. Y como quiero más diversión, me acerco a ella. Me siento al lado de Dereck, en la tumbona al frente de la de Lizzy y dejo que mis ojos viajen por sus piernas desnudas. — Hey — él palmea mi hombro a modo de saludo, yo muevo mi cabeza en su dirección. — ¿Y esta qué? — Le pregunto por Lizzy, señalándola. — Esta tiene nombre — la escucho decir, concentrada en su teléfono. — ¿Por qué tiene esa camiseta puesta mientras todos estamos en la piscina? — Le pregunto a Dereck, no a ella —. ¿Desarrolló alguna alergia hacia el sol y no me enteré? No, ¡ya sé! ¿Por fin se descubrió que es un ser del inframundo, un escalofriante vampiro o un ser que vino directamente de la oscuridad a atormentarnos la vida? Lizzy suelta su teléfono y me mira fijamente. Ella sabe que sólo quiero provocarla. Dereck alza las cejas y la mira. Su expresión es algo por lo que pagaría para volver a ver. Él parece notar hasta ahora lo que ella lleva puesto y la mira horrorizado. — Oye, sí — asiente en su dirección —. ¿No tienes calor, enana? — Estoy bien — gruñe. — No, enserio — digo —. Si quieres te traigo de mi protector solar, mis manos están dispuestas a ser torturadas y aceptan aplicártelo. — Vete a la mierda. — Metete en la piscina — insisto —, vamos, vamos. Me pongo de pie y voy por ella. Lizzy se pone también de pie con un gracioso brinco y me amenaza con su teléfono como si de un cuchillo se tratase. — Das un paso hacia mí y te parto el teléfono en la cara. — Pero qué violencia — murmura Dereck. Yo sólo sonrío y no me dejo amedrentar por ella, en cambio miro a Dereck y le digo —: Yo la tomo de las manos y tú de los pies. Él, siempre dispuesto cuando de bromear se trata, sonríe con malicia y asiente. —¡Hijos de puta! — Lizzy grita y sale a correr, pero la detengo con mi pecho y arranco su celular de sus manos, lo lanzo a un cojín y agarro sus manos mientras Dereck agarra sus pies —. ¡Dereck, eres un imbécil! ¡SE SUPONE QUE ERES MI MEJOR AMIGO! — Como tu mejor amigo, es mi deber torturarte. Me río por sus palabras y señalando la piscina, nos movemos hacia ella mientras Lizzy grita vulgaridades como una desquiciada. De verdad, ella es perfecta para el papel de Lilith. Con esa boca espantaría hasta al mismísimo diablo. — A la una — Dereck grita entre risas —, a las dos — la mecemos una última vez — ¡y a las tres! ¡Pluf! El sonido de su cuerpo al caer al agua es maravilloso y su grito me suena a alabanzas. Sin perder el tiempo, quito mi camiseta de un solo movimiento por mi cabeza y salto detrás suyo. Bajo el agua, le agarro el pie y la arrastro más hondo. Lizzy me patea, pero tomo su cintura con mis manos y la pego a mi cuerpo. Su piel es tan suave y resbaladiza y la miro bajo el agua, su cabello rubio yendo en todas direcciones mientras me fulmina con la mirada, luchando por soltarse de mí. Es tan hermosa, tan malditamente hermosa. Rápido, tomo sus mejillas con mis manos y pego sus labios con los míos en un beso tan rápido que se podría cuestionar si fue real o no. Lizzy se suelta de mí y nada hacia la superficie. Voy detrás suyo, sacudo mi cabello cuando salgo y la miro. Ella busca desesperada la camiseta que en algún momento se fue de su cuerpo, dejándola a ella descubierta con su bikini y su teta mostrando los chupetones que mi boca le hizo. Cuando nuestros ojos encuentran su enorme camiseta en el otro extremo de la piscina, ambos nos miramos, luego emprendemos a toda velocidad hacia su prenda. Por supuesto, yo le gano, siendo bueno en todos los deportes, y levanto la camiseta en mi mano, evitando que ella la agarre. — ¿Buscas esto? — La toreo. — Entrégamela. — Dame un beso aquí — toco mis labios con mi dedo. Ella me mira horrorizada. — Estás loco. — Entonces sal y explícale a todos los chupetones que tienes en esa hermosa teta. — ¡Tu hermana está aquí, imbécil! — Está demasiado entretenida con ellos — los señalo; con ayuda de Thomas, Jade está intentando hundir a Dereck en el agua, ni siquiera nos está mirando —. Vamos, sólo un pico. — Un puño es lo que te voy a dar. — Un beso — estiro mis labios como un pato —. Vamos, bebé. — Bebé tu abuela, ¡deja de torturarme! — No — sonrío, tan feliz. — Jared, enserio estás pasando mis límites y un día, muy pronto, voy a matarte. Le muestro mis labios, señalándolos con mis dedos. — Beso. — ¡A la mierda contigo! Divertido, observo cómo torpemente nada a la orilla y empieza a salir de la piscina. Gimo por dentro cuando, al subir las escaleras de salida, me deja una imagen completa de su perfecto culo. Joder. Sobre su hombro, me mira mal y me enseña el dedo medio. Entonces la torturo más. — ¡Pequeña marimacho, ¿qué tienes en tu teta?! De inmediato, todos se giran hacia ella y Lizzy grita horrorizada, su mano viaja a su teta, pero es muy tarde, ya todos han visto los chupetones. — ¡¿Estás follando a alguien?! — Dereck grita con voz chillona, sorprendido y divertido. — ¡¿Por qué no me dijiste nada?! — Esa es Jade. Thomas, como el caballero que es, gira el rostro sonrojado para evitar mirarla y no le dice nada. Lizzy abre y cierra la boca, parece un pez en su muerte y yo no dejo de disfrutar la escena. Ella me mira con flamante rabia y sé que quiere venir a mí a cobrármelas todas. Entonces, de repente, sus ojos brillan con venganza. — ¿Conocen a Rowan, el guapo mariscal de campo que persigue a Jared para que se una al equipo? Oh no. Salgo de la piscina y voy hacia ella, advirtiéndole con mis ojos que no se atreva a continuar. — ¡¿Estás follando con él?! — Dereck vuelve a gritar horrorizado, pero también divertido. — Oh, sí — Lizzy asiente, una sonrisa en sus labios mientras siento cómo mi mandíbula se endurece de lo fuerte que la aprieto —. Él tiene una gran y poderosa poll… La lanzo a la piscina antes de que pueda terminar esa puta frase. Todos jadean, Lizzy grita y yo siento la sangre hervir en mis venas. — ¡¿Qué te pasa, imbécil?! — Lizzy grita, sacando la cabeza del agua. — Te veías acalorada, princesa — le gruño, fingiendo una sonrisa. Saca su mano de la piscina y me enseña el dedo medio. Yo la fulmino con la mirada, busco alrededor hasta que veo su teléfono y caminando directo hacia él, lo tomo en mis manos y empiezo a salir de allí. — ¡No me lo vuelvas a robar! — La escucho gritar detrás de mí, pero no le presto atención —. ¡Jared! ¡Imbécil! ¡Ven aquí! Antes de que pueda subir las escaleras hacia mi habitación, siento un pequeño bulto saltar en mi espalda, luego afilados dientes muerden mi hombro. — ¡Hijo de puta! — Me sacudo de ella, pero Lizzy, como la amazona de baja estatura que es, se aferra a mí con todas sus fuerzas, gritos de lucha salen de su boca y agarra mis orejas, jalándolas con fuerza —. ¡Quítenmela, quítenmela, quítenmela! A trompicones, salgo hacia la piscina y sigo sacudiéndome, pero Lizzy se me pega como pegamento, sin dejarme en paz. — ¡Te dije que te iba a matar! — ¡Estás mal, esposa de satanás! — ¡Tú eres quien pertenece al infierno, pequeño demonio! — ¡Versión barata de Lilith! — ¡Cerdo de p**o pequeño! — ¡Mocosa de teta hermo…! — Muerde de nuevo mi hombro, evitando que termine mi frase —. ¡Ay, ay, ay, hijo de puta! ¡Quítenmela! Los chicos vienen corriendo hacia nosotros, Dereck va directo hacia Lizzy y empieza a sacármela de encima, pero ella se aferra a mi cuello hasta que siento que me corta la respiración. — ¡Lizzy, lo estás ahorcando! — ¡Dije que lo iba a matar! — ¡Llamen a la policía! — ¡Un manicomio es lo que necesitan! ¡Joder! Jade está jaloneando mi brazo, Lizzy está encima de mí, Dereck intenta quitármela de encima y Thomas está cuidando a Jade, como si temiera que fuera a tropezar. A la mierda con todos, ¡ella sigue mordiéndome! Con todas mis fuerzas, me muevo hacia la piscina y me lanzo, asegurándome de llevarme a todos estos hijos de puta conmigo. Bajo el agua, busco a mi presa. Como siempre, la más torpe es ella y es la única que está luchando por salir a la superficie. Vuelvo a jalarla del pie, hundiéndola más, pero esta vez le permito girarse para empezar a huir de mí. Voy detrás suyo y en un rápido movimiento, tomo sus caderas y muerdo un cachete de su culo. Ella me empuja y sale hacia la superficie. Fuera del agua, me mira mal. Yo salgo de la piscina y ella se queda allí, sabe que si sale todos van a ver el mordisco en su culo. — Dame algo para taparme — me gruñe. — Mira mi hombro — lo señalo —, estoy seguro de que hay sangre. Me rueda los ojos. — Exagerado. — ¡Ustedes están locos! — Jade grita fuera de la piscina. — ¡Thomas me golpeó en el estómago cuando caímos! — Dereck gime adolorido. — ¡Tú ibas a caer sobre Jade! Los ignoro, en cambio voy hacia mi camiseta, sigue seca en el piso de cuando me la quité para tirarme por primera vez en la piscina. Se la enseño a Lizzy. — ¿Aceptas? Me rueda los ojos, pero acepta a regañadientes. Le tengo la camiseta lista cuando sale de la piscina y ella se la pasa con rapidez por el cuerpo, cubriéndose. En un brusco, pero predecible movimiento, me empuja y me lanza a la piscina. Salgo rápido a la superficie, riendo mientras ella discute con los chicos. Y es que no hay mejor vista que verla a ella con mi ropa, cubierta de mi olor como si fuera mía. Pasando desapercibido, voy por su teléfono, lo tomo del piso y capturo una foto suya, vistiendo mi ropa. Me la envío y la pongo de fondo de pantalla en su teléfono, así como lo haré con el mío en unos instantes. Me acero a ella mientras sigue discutiendo con los chicos y le estiro su teléfono en mano. Ella me mira con desconfianza. — Paz — miento. — Algún día te devolveré al infierno. Sólo le sonrío con dulzura, dejo el teléfono en su mano y me giro para alejarme de allí. Cuando estoy a punto de entrar en la casa, escucho su grito —: ¡Hijo de puta! Oh, sí, ya vio su fondo de pantalla. Jaque mate, bebé.
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