Austin.
Por primera vez en mi vida, me siento aterrorizado. Jamás he fingido sobre nada, ni con mi familia, mucho menos mis amigos. Soy fiel creyente que la verdad te hará libre, pero ahora estoy tan metido en esta mierda que es imposible salirme a no ser que sigamos adelante, por eso no lo pensé dos veces al traer a Blake a vivir conmigo.
Casi podrían llamarme hipocondríaco. Me fascina tener mi espacio personal limpio, todo ordenado, nada fuera de lugar y por si fuera poco, detesto las manchas. Mi casa es mi santuario, es la única razón por la que me encanta permanecer en mi espacio porque siento que es el lugar que más controlo.
O controlaba.
Ver a Blake poner sus cosas o regarlas más que nada, por toda la casa, me está volviendo loco. Sus artículos de higiene en mi stand del bañ
