Erin Sophia mira al hombre que está delante de ella con una flamante sonrisa en su atractivo rostro. Una sonrisa que ella sabe que está cargada de hipocresía. Tiene los ojos negros y grandes los que están bordeados con cortas pestañas. como los sobresalientes. Es tan alto como ella y se nota fuerte y atractivo que a cualquier chica le gustará, pero no a ella.
—Lo siento— dijo la asistente al ver al hombre dentro de la oficina de su jefa y amiga.
Erin sostuvo la mirada de aquel hombre que simplemente se sonreía al ver que había logrado su objetivo.
Ingresara al recinto sagrado de la abogada que lo fulminaba con la mirada.
—Tranquila, Mayerli — ahora ella le dedicó una mirada y le sonrió— el señor ya se va. Por favor te trae los expedientes de los tres casos que tenemos para la próxima s
