Después de un mes, ya había conseguido tener una marca registrada. ¿Cómo?
Había sido sencillo luego de hacer algunas llamas y mencionar el apellido Sallow en la oficina de registro de marcas. Odiaba el tener que usar a Arthur para hacerme de algo propio, pero de lo contrario, sabia que los demás me ignorarían y no podría vengarme de él.
Mi marca se trataba de mi propio nombre "Christine Love" aunque por supuesto la última palabra la había agregado porque el nombre ya había sido registrado por alguien más. Pretendía vender mi propia imagen por así decirlo, ser una influencer y modelo de mis propios productos. La idea había llegado a mi mente el día en que había recibido toda la ropa que había comprado, no estaba del todo a gusto con ella, puesto que no estaba acostumbrada a usar ese estilo más coqueto y sensual, pero al hacer la prueba, es decir, salir a la calle y constatar por mí misma si había ocurrido algún cambio en mí, me di cuenta de que la ropa si hacía a la persona, desgraciadamente.
Hombres e incluso mujeres me miraban en la calle, al principio había dudado de mí misma y de la imagen que proyectaba, no quería que mi dermatólogo o mi maquillista elevaran mi autoestima hasta el cielo sin tener algo de que sujetarme, pero esas miradas de intriga y envidia me ayudaron a sentirme un poco más segura de mi imagen.
Abrí una página en i********:, que mejor para promocionarte qué aquella página en donde nada era lo que parecía.
Contrate un fotógrafo profesional y en mi propia sala, la cual era bastante ostentosa e interesante, los “like” no se hicieron esperar y mucho menos los seguidores.
En poco menos de dos meses y tenia patrocinadores tocando a mi puerta, marcas qué deseaban qué yo promocionarla sus productos puesto que los míos se vendían como pan caliente. ¿Qué vendía?
Habia decidido comprar un par de cajas de suéteres, faldas, abrigos, y blusas estilo otoñal ya qué la temporada estaba cerca. Todo a un buen precio y claro, en una talla menos para lograr que las curvas de mi cuerpo, las cuales no eran muchas se notarán en exceso con ayuda de las excelentes fotografías qué me habían tomado.
Y en todo ese tiempo no había recibido noticias de Arthur. El maldito estaba demasiado ocupado con sus zorras o muy avergonzado como para poner un pie en esta casa, no lo sabia con exactitud, pero el muy desgraciado no sabia que todo lo que estaba haciendo era en cierto modo por él.
Arthur era un empresario muy reconocido, era dueños de diferentes empresas, era por así decirlo, dueño de un consorcio qué administraba estas pequeñas empresas y había una en especifico qué me interesaba en exceso, una revista.
Era curioso que después de la tecnología que hoy en día existía, aun se imprimieran revistas, muchas ya habían hecho su traslado al negocio digital, pero esta en especifico, a pesar de que también ya incursionaba en la tecnología, aun tenia revistas en físico.
No era precisamente de modas, pero si sobre negocios y personas influyentes, cada semana recibiamos un ejemplar, así que estaba muy al tanto de lo que solían publicar ahí, así que con mi marca y lo popular qué era, esperaba muy pronto qué su revista me notará y me invitará a realizar una entrevista.
Podía sonar muy estúpido, es decir, el hecho de tener que esperar para que me hicieran una entrevista, pero tenia un plan muy bien pensado.
Esa revista qué nosotros recibiamos, era una cortesía para el dueño del consorcio, es decir, Arthur, pero esta casa no era la única dirección a la que llegaba, sino que había otras dos direcciones a las qué era enviadas y eso lo sabia porque en el recibo de cada entrega, estaban anotadas.
La residencia principal del señor Sallow, su departamento y la dirección del departamento qué había comprado a mi nombre.
El muy maldito incluso le había hecho una s*********n a su revista a esa golfa, pero a estas alturas ya no me importaba del todo, mi único interés era mi venganza y a esa tipa también le daría su merecido.
Mi plan, únicamente para lograr que Arthur y toda la Élite me notarán, era estar precisamente en esa revista y peor sería lo que mencionaria en esa revista,aunque por supuesto, por la revelación qué pretendía hacer, temía qué no se publicará del todo aquella entrevista, pero quería sospechar qué Arthur no estaría dispuesto a querer escuchar al editor para aprobar la publicación. Rogaba porque así fuera.
Estaba muy feliz con lo que había logrado en tan poco tiempo. Ya había comenzado a recibir mis primera ganancias de las ventas qué había logrado y aunque no era mucho, pretendía hacerme una cuenta de ahorros para contratar un abogado y así poder divorciarme de Arthur. Mientras tanto seguiría usando su dinero sin pena ni vergüenza.
Pero cierto día sin previo aviso alguien llamo a mi puerta alguien a quien en realidad no esperaba ver el resto de mi vida. Mi hermana.
—Me impresionas—expreso Sophie sentándose en la misma mesa en la yo esperaba a que me trajeran mi pedido.
Habia decidido hacer un par de fotos para i********: con una chamarra de cuero qué pretendía añadir a mi catalogo de productos, esta estaba diseñada para ser bastante abrigadora para el invierno, él cual se sentía a la vuelta de la esquina, así que esperaba buenas ventas, pero lo que no esperaba era qué Sophie arruinara mi sesión de fotos.
—¿Que haces aquí? —me queje, ya que ese lugar estaba reservado para mi fotógrafo, el cual por alguna razón estaba tardando—la última vez que te vi fue...¡Oh si, en mi boda! ¿De eso hace cuanto? ¿Más de un año?
—¿A caso querías que tu hermana mayor interrumpirá tu luna de miel? —dijo, más a mi me pareció una burla. ¿A caso ella sabía algo sobre mi matrimonio? ¿Qué realmente no lo habíamos consumado?