Capitulo 5|Venganza

1053 Words
ALESSANDRO Por fin llegaba el día que tanto había esperado, ejercer mi venganza contra los Cavalli. Era el hombre que más odiaba a los Cavalli. Me criaron para esto, la crueldad corría por mis venas como veneno. Me criaron para ejercer una venganza, una que espere que llegará, por años. Mi tarea es impartir brutalidad en la hija de Giovanni Cavalli, sin pensarlo dos veces, hasta romperla por completo. Cuando el abuelo pidió que comenzará con el plan de pedir a Valentina Cavalli en matrimonio, nadie sospecho mis crueles intenciones, toda su familia estaba desesperada por un matrimonio convencional, empezando por su madre. La idea es hacerla caer hasta estar completamente enamorada de mí y al final aplastar su inocencia y amabilidad con la fuerza de mi maldad y el odio que corría por todo mi ser, con implacable ferocidad. Romperla me costaría algo de esfuerzo, pues no vi reacción de emoción o algo parecido en su rostro cuando le anunciaron el compromiso. —Debes vengar la muerte de tus padres. Jamás lo olvides —recuerda el abuelo. Eran las únicas palabras que penetran mi mente, desde que era joven, las que pronuncian en mi cerebro constantemente cuando algo se trata de los Cavalli, y precisamente cuando la tengo cerca de mí. —No te preocupes por eso, es algo que vive siempre en mi cabeza. Sabes que el odio hacia los Cavalli es demasiado grande, no es algo que se pueda borrar con facilidad —agrego con despreció —ellos pagarán caro haber matado a mis padres —siseo entre dientes. Debo recordarme todo el tiempo cuál es mi tarea, el porque estoy haciendo todo eso. Solo espero que el camino sea corto, llegar pronto hasta donde quiero y lograr mi objetivo de inmediato. —Pero aún así recuerda eso. —indica —No te enamores de una Cavalli, y mucho menos de la hija de Giovanni Cavalli —su tono es rígido y autoritario — ¿Entendido? No era un simple comentario, era una orden, una advertencia. —No hay necesidad para preocuparse sobre ello —fijo —el amor no existe para mí, el odio no me permite conocer otro sentimiento que no sea ese. —Bien, no está de más recordarte a lo que hemos venido hasta aquí. Quiero recuperar lo que es de los Santoro, lo que nos pertenece —decreta firmemente —así que no pierdas mucho el tiempo enamorándola, haz lo que tengas que hacer y que te firme esos papeles, pronto. Una vez que Valentina se enamore de mí, haré que firme su parte de la herencia que heredo de su abuela, es a lo que se refiere el abuelo. De esa manera me haré cargo del manejo de sus acciones en la empresa Cavalli, la exportaciones petrolera más grande del país. Pero primero debo hacerla que confíe en mí, para que después termine enamorada y así pueda darme toda la autorización de sus acciones. —Cuenta con eso —aseguro —en menos de lo que crees, tendré esos documentos firmados en mis manos. No es algo que les iba a robar, solo les iba arrebatar lo que en algún momento nos fue nuestro. Años atrás gran parte de los negocios del petróleo, cuando el abuelo y mi padre vivía, fueron dueños de las exportaciones, pero los Cavalli se los quitaron al mismo tiempo que los echaron del país. Y después de nuestro regreso, para enfrentar a los Cavalli, me ví en la necesidad de quitarme mi primer apellido para que no me reconocieran, pues ellos solo recordaban a Santoro y no el apellido Ferrari, el de mi madre. Y en efecto, los Santoro fueron desterrados de Roma, y de todo territorio cercano. Marcello, el abuelo, en me dijo que ellos habían traicionado a mi padre y a él, quitándoles todo lo que tenían y dejándolos en vergüenza ante la sociedad, diciendo que mi familia había hecho un fraude. Eso era mentira, un cruel plan formado por Giovanni Cavalli. Después de que asesinaron a mi padre, ya habían hecho todas esas falsas acusaciones sobre él y nuestra familia. No se quedaron tranquilos, después de que los asesinaron decidieron hundir más el apellido Santoro, algo que no iba a seguir permitiendo. Recordar cada parte de eso, hacía que el fervor aumentará excesivamente. Y no es algo que no deje mi mente, siempre está ahí, solo que al recordarlo, eso provoca que mi sangre hierba de coraje. Ahora debía pensar en como tratar de enamorarla, cómo llegar a conversarla para que después me firme esos documentos. Mis planes ya estaban en marcha, pero tenía que ser más rápido, si quería que esto terminará pronto. El abuelo tenía otro plan después de este, nunca me opuse a ninguno, si debía pagar alguien por la muerte de mis padres, debía ser ella, que importaba. Pero... por una parte no sé porque me dio remordimiento, en cuanto la conocí me di cuenta de que era demasiado joven e ingenua. Que su inocencia iba hacer aplastada, y eso lo iba hacer yo. Pero no sé porque eso me dejó pensando. Yo no tenía remordimientos, sentimientos gratos o algo que se le pareciera. Negué haciendo a un lado cualquier anormalidad en mi mente. Debo concentrarme solo en el plan, en lo que quiero conseguir, por eso debo seguir pensando fríamente y no desviarme. —Cuando consigas el objetivo, seré yo quien se encargué de lo demás —anuncia Marcello —tu seguirás con lo tuyo, no quiero que te distraigas en cualquier otra cosa que no sea recuperar los negocios de la familia Santoro, es por eso que yo haré lo último —asiento, mientras lo miro con una fría mirada —Antes de eso, encárgate de deshonrarla y dejarla en evidencia, para así exponerla ante todos. Eso será el principio de su sufrimiento y ya con los documentos firmados terminaremos con ella, dejándola en el completo derrumbe. —Tenlo por seguro que todo eso se hará —afirme con rigidez. No sentí ninguna conmoción, solo asentí a todo lo que había dicho. Ese era el plan, uno que se creo desde hace tiempo, y ahora debía cumplirlo, di mi palabra y quería vengar la muerte de mis padres, sin importar que una inocente pague por los pecados de los demás.
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