El cálido aliento de Jazmín se cristalizó mientras esperaba en su buzón con un gran sobre apretado contra su pecho. Estaba nevando, pero la nieve simplemente rozó la cinta transparente en la que había envuelto el sobre para evitar solo esto. No sería bueno que su bufanda recién hecha se empapara y luego se congelara. Estaba segura de que su espantapájaros no apreciaría un regalo para calentarlo viniendo en un bloque de hielo. Miró al cartero que se acercaba a la curva y saltó para agarrar el termo. Ella sirvió una taza de chocolate caliente y se la ofreció mientras él se acercaba. - Ah, buenas tardes una vez más Jazmín. Veo que tienes una carta bastante grande para mí allí- dijo agradecido tomando la copa ofrecida con una sonrisa. - Si no fuera demasiado problema...-dijo esperanzada. -