Emma
— ¿Qué dijiste? —lo miré sin creerlo.
— No puedes ir así —siseó entre dientes.
— ¿Qué tiene?
Observaba como los ojos de todos iban y venían de un lado al otro, era como si cada uno de ellos intentase ver quien ganaba la pelea que ahora se llevaba a cabo entre ambos.
— Tienes todo eso ahí —señalo su pecho —, y las… —Marcó mis piernas.
— ¿Piernas? —las moví —¿Qué tienen? Creo que me veo bien —mi hermana apretó los labios.
— Vas prácticamente desnuda.
Lo corrí y caminé hasta el espejo, tenía mi vestido de tiras, el cuello bote era caído, dejaba ver la curvatura de mi pecho, no tenía brasier, se notaba, lo único que sí llevaba eran mis pezoneras, aquellas que evitaban que se me marcara aquella zona a través de la tela.
Tenía todo lo que debía tener tapado, nada salía de su lugar, me di vuelta dándole la espalda al espejo, mi culo estaba tapado. Me moví un poco haciendo que los demás rieran, todos menos Chase.
No se veía nada, bajé un poco, tampoco. Me enderece y camine hasta él, sus ojos seguían en mi rostro, estaba un poco rojo del enojo, pero no me importaba, tenía que controlarse de una vez por todas.
— No, no tiene nada de malo —arqueo una ceja.
— Emma —tomó aire.
— Eres mi amigo —remarque lo obvio con enojo —, somos amigos, respeto tu opinión que quieras cuidarme, pero no te da derecho a nada Chase, somos mejores amigos, pasamos mucho tiempo juntos, pero no, no vas a influir en esto —toque mi ropa.
— Chase —Marcelo habló —, vamos hermano, cualquier cosa estaremos ahí.
Pasó la mano por su rostro, aparecía ofuscado, molesto. Mire mi cuerpo de nuevo, no estaba mal, puede ser que llevara demasiada piel expuesta, pero no tenía nada de malo, tapaba todo lo que tenía que tapar y no me molesta mostrar algo más de piel.
Sobre todo porque no tenía mal cuerpo, mis pechos si bien no eran grandes, tenían el tamaño adecuado para llamar la atención, mis piernas estaban estilizadas gracias al gimnasio y el entrenamiento que llevaba a diario, tenía una rutina bastante marcada que me había ayudado.
Comí balanceado, me cuidaba con los horarios, hacía deporte, bailaba, me gustaba dejar mi parte social activa, ya que de por sí, nunca tenía mucha.
Salimos para montamos en los autos, Chase había venido en el suyo, su mano se apoyó en el techo mientras me miraba, rodé los ojos antes de caminar a su auto con Pilar siguiéndome los pasos.
Mi hermana se fue con Marcelo, ella siempre iba con él de un lado para el otro, de hecho lo ayudaba cuando eran chicos con sus travesuras, también a aprobar sus materias. Eran de esos super amigos, igual que lo era Chase conmigo, solo que él se había vuelto loco.
Estaba saliendo con un chico, lo conocí en mi trabajo, él iba en representación de un socio, trabajaba en la empresa de la familia, estuve un tiempo en los pisos básicos, a medida que demostraba que podía y estaba capacitada, me subían de nivel.
Sí, tenía que pelear ascensos.
No me molestaba, no quería nada regalado, no me gustaba eso, ni me parecía justo. En fin, conocí a un chico, me gustaba, era educado, fuimos algunas veces a comer. Me escuchaba, hablaba de todo un poco y no pretendía que comiera ensalada.
Parecía de esos prototipos de chico perfecto. No había hablado con nadie al respecto, mi familia no sabía mucho porque solo salí dos veces, Clara estaba al tanto porque no me iba a ir así de la nada, además solíamos almorzar juntas.
Creo que el problema de todo esto es que le comenté a Chase sobre este chico, le dije que salimos a comer, que fue agradable y él simplemente soltó un: "me alegro por ti".
— Entonces —Pilar se colocó en el medio —¿Por qué el enojo con su aspecto? —sí, lo haría.
— Están todas demasiado desnudas —hablo tajante y miré por la ventana.
Nos quedamos en silencio, Pilar porque nos analizaba, yo porque era más fácil que mirarlo y querer golpearle el rostro, porque era lo que quería, golpear su rostro con fuerza, asegurándome de dañarlo lo suficiente como para que entendiese que era un imbécil.
— Lo siento —suspiro molesto.
— Es irónico que te preocupes por mí cuando puedo patear traseros sin problema —dije lo obvio —, lo sabes.
No era una pregunta, solo una aclaración.
— Lo sé —sacudió su cabeza —¿Cómo llevas la partida de Brandon, Pili?
— No lo sé —suspiró —, todavía quiero llorar.
Hace una semanas comenzamos con todo esto de sacar a Pilar a despejarse, luego de que Brandon se fuera a New York, llevaba un tiempo pensando en lo que haría con mi vida, en cómo lo haría y la forma en que me manejaría.
Ella todavía no sabía que quería hacer, simplemente dejaba que el viento la llevara de un lado para el otro, simplemente se movía con el viento. Sabía que se esforzaba, que lo intentaba, pero nunca pasaba nada.
Yo, por mi parte quería encontrar la manera de manejar mi vida, tener propósitos más allá del trabajo, quería encontrar lo que tenía mi familia, no sabía si los hijos, pero al menos conocer el amor, las experiencias.
— Emma —parpadee —¿Estás bien? —lo mire.
— Sí, perdón me distraje —Pilar subió sus cejas.
— Oh, está enamorada.
Yo sabía que lo decía por Chase, Chase por su parte subió su ceja, apretó los dientes y negó un poco mientras se bajaba molesto. Pensaba que hablaba de mi saliente, aun cuando aquello estuviera lejos de la realidad.
Me bajé sin decir nada, simplemente comencé a caminar a la casa, Pilar me observaba sin entender mucho y no le diría nada, no tenía sentido comenzar con esta charla, Chase estaba perdiendo los estribos por completo.
La música sonaba en lo alto, las personas se movían con sus refrescos en las manos, esos vasos rojos que todo universitario llevaba, era una fiesta de los compañeros de Chase, en ocasiones veníamos, por lo general todos se quedaban viéndonos más de la cuenta y ellos se ponían en plan hermanos mayores.
— Los ojos al frente Curtí —Marcelo chasqueó los dedos cuando uno de los chicos miró a Bri.
Mi hermana se iba en unos días a Boston era la última salida que teníamos todos y planeaba disfrutarla, no importaban los cavernícolas que tenía como familiares.
Tome la mano de Bri y Pilar, mi hermana se rio mientras caminábamos al centro de la pista, sabía que ellos nos traerán las bebidas, Marcelo y ella eran super amigos, pensamos que en algún momento serían algo, digo pasaban mucho tiempo juntos, pero no.
— Entonces —Sophie se acercó —¿Te irás? —sus ojos dieron con mi hermana.
Bri le sonrió y ella hizo una mueca, sabía que en ocasiones ambas se podían llevar mal, sobre todo porque mi prima en ocasiones juega mucho con Marcelo. Bri ama a Marcelo, y Sophie tiene celos de ellos.
— Sí, ya entre —un vaso llegó a su mano y miró a Lio.
— Tenemos que ir al patio —Camila tomó mi mano —Vamos, hay juegos.
No pudimos seguir con la charla ya que su mano ya nos estaba llevando directo al patio de la casa, mis ojos dieron con el grupo de chicos que se encontraba sentado, reconocí a uno de ellos, era amigo de Chase, habíamos salido algunas veces con él.
— La bella Emma Hamilton —se levantó —¿Puedo saludar sin perder las pelotas? —señaló por encima de mi hombro.
— Está gruñón —murmure y alguien bufa.
— En ese caso espero tener suerte —señalo los lugares —Vamos a sentarnos señoritas, juego de preguntas, responden o prenda —Lionel se acomodó.
— ¿No estamos grandes para eso? —subieron sus hombros.
— Podemos jugar a beer pong —señaló la mesa.
Me acomodé al lado de Noah y las chicas a mi lado, cada uno de los presentes sonrieron un poco mientras Marcelo y Chase se sentaban de mala gana.
— Bien, comienzo.
Un chico de cabellos castaños y ojos rasgados apoyó su mano en la pierna sus ojos observaron a todos para dar directo con Sophie que miraba el celular ajena a todos.
— La rubia —la apuntó y Pilar la golpeó con su codo directo en su costilla.
— Oye —se quejó y mi prima señaló adelante.
— ¿Cómo te llamas? —le sonrió coqueto.
— Sophie.
— Bien Sophie, ¿Verdad o reto? —sus labios se curvaron.
— Verdad —hablo tranquila.
— ¿Alguna vez has dado un teléfono falso a alguien?
— Sí —respondió tranquila.
Las preguntas siguieron, todos hablaban de cosas sencillas, tontas, graciosas ¿Hay algo de ti que no sepan tus amigos? Si pudieras no volver a ver a alguien nunca más... ¿A quién elegirías?¿Alguna vez te han arrestado?
Hasta que llegaron a Chase.
— ¿Alguna vez te han arrestado?