Capítulo 6 Chismosas

1510 Words
Emma Me quejo mentalmente mientras camino por los pasillos de la empresa, no tenía ganas de venir, pero la responsabilidades son responsabilidades y no podía hacerme la tonta con respecto a aquello. Mis ojos pasean por la sala y saludó a algunos compañeros para luego centrar mi vista en la castaña. Clara está sentada, con una bolsa de gominolas en la mano, mirando su celular, luego el diseño en la mesa y sonriendo. — ¿Estás aprovechado que tus hijos no están para comprar golosinas? —levantó el rostro y mordió su labio para luego subir sus hombros. Por supuesto que se habían comprado cosas para comer cuando sus hijos no estaban, lo hacía siempre y luego fingía demencia cuando le decían que lo hacía. Aun cuando ya eran grandes y entendían que las cosas de la madre eran de ella. Al parecer Bruno no era el único que ocultaba cosas. — Las chicas andan en esa etapa hormonal —hace una mueca —, esa donde los cambios de humor llegan y oye, les he comprado chocolates, cremas, golosinas de todo tipo —levanto su dedo —, tienen una despensa y un minibar en la casa con todo lo que necesitan para esos días. Junté mis cejas. Las chicas estaban llegando a la etapa final de sus estudios principales, tenían doce años. — Incluso les comprar ese cinturón que da calor en la zona y ayuda al malestar —señalo la zona —hice todo, pero ellas terminan comiéndose mis golosinas, no puedo diseñar sino tengo mis golosinas y viene la nueva colección —hablo cada vez más rápido —, tengo que hacer el desfile, tenemos que hacer el desfile —oh joder —, tienes que hacer el desfile —bien, cambiamos —. He decidido que lo tienes que hacer tú. Abrí la boca grande, la miré para luego negar mientras ella afirmaba, no quería hacer el desfile, ella era la chica de los diseños, yo había diseñado algunas cosas, pero no estaba ni cerca de ser como Clara. Ella tenía un súper don en esto. — Primero —levanté el dedo —¿Modo hormonal? —junté mis cejas —¿Ya? —afirmó. — Ya —suspiro. — Vaya, yo tenía catorce y fue horrible —hice una mueca —, en fin, puedo organizar toda la logística, invitados, comida, pero no voy a dibujar nada —abrió la boca —, desde ya te lo digo, no soy bueno haciendo diseños de ropa, tengo que estar muy muy inspirada para hacer algunos y son extremadamente exclusivos y para gente como yo, rara. Sus ojos se pusieron en blanco y abrió la boca para hablar, pero las puertas del ascensor sonaron salvándome. Sam apareció con una sonrisa en el rostro que mantuvo hasta llegar frente a mí. — Entonces ¿Britney y Marcelo se besaron anoche? Subí mis cejas, no me había dicho ni siquiera hola, era como si esperara que hablara directamente. — ¡Gracias a Dios! —Clara levantó los brazos en festejo y me observó para luego pasar su dedo por debajo de mi ojo y corroborar mis ojeras. Sí, habíamos decidido salir un día de semana. — Hola, tía, ¿Cómo estás? ¿Todo bien? —el sarcasmo afloro. — Oh no, no desvíes el tema —me apunta con el dedo. — Que seas mi madrina, no quiere decir que te voy a decir todo lo que hacen los chicos cuando salimos —sus ojos se entrecierran. Una mano tomó mi muñeca y la de ella tirándonos hacia otro sector. Entramos a la oficina de Clara y cerró la puerta, su cuerpo se movió hasta la cafetera para colocar cosas en ella y comenzar a preparar café para las tres. — ¿Masitas? —parpadee mientras nos señalaba —¿O prefieren un sándwich? — Clara —Sam negó —, no le daremos nada hasta que hable —Sam me puso sus ojos de mala. — Esto no se vale, yo quiero el chisme completo —se quejó Clara —, así que a mí nada de no te voy a contar nada, vamos, nadie dirá nada —ladeé el rostro, eran todos unos cotillas —, pero pensé que Marcelo estaba enamorado de Sophie. — Y lo está —Sam habla y mira a su hermana —, pero mi hija se está comportando como una cría con él, así que supongo que la está haciendo enojar a propósito —movió la mano. — ¿Siguen en ese plan de no me pasa nada? —afirmó. — Vamos, cuéntanos. Clara dejó el café y las masitas. Fui a tomar mi capuchino y lo alejaron. — Habla —demanda Clara y me queje, tenía hambre. — Puede que le hayan dado la opción de besar a Marcelo o a Chase y mi hermana besará a Marcelo —las cejas de ambas subieron. — ¿Opciones? ¿Estaban jugando algún juego? —afirmé y se miraron para luego volver a mirarme. — Nos sentamos a jugar verdad o reto y una de las chicas le dijo —me quede pensando —, mejor dicho, se seguro de que supiera qué Chase había estado preso y luego la amiga de ella le preguntó a mi hermana algo íntimo —sus rostros se movían afirmativamente —, Bri se negó y le dijo que tenía que besar a Marcelo, de nuevo se volvió a negar y le dijo que era Marcelo o Chase —comieron una masita —, o las consecuencias. — ¿Consecuencias? —preguntaron a la misma vez. — Unos segundos antes, una chica que se fue, dejo el juego, la terminaron metiéndola en una pileta, que si mal no recuerdo, tenía un color extraño —hacen una mueca —. Me parece que alguien vomitó en ella, así que le dieron esas opciones o el chico al que golpeó Marcelo, por lo que creo que fue a propósito —Clara bufo. — No creas, fue a propósito, lo hicieron para molestarlas a ti, a Chase a Sophie y Marcelo —Sam cruzó sus brazos mientras Clara hablaba —, entonces Bri terminó besando a Marcelo. —subió sus cejas — Bien —Sam suspira —Sophie estaba enojada, se notaba, se lo dijo a Mateo en el desayuno, que se habían besado y Mateo le preguntó si le contaba porque estaba emocionada o porque le molestaba y quería que él dijera algo —ese era mi padrino —, todos sabemos que ellos son súper amigos y no tienen esa parte de la chispa qué deberían tener —suspiro —, lo que es una pena, porque mi hija se está comportando como una idiota con él. Sam era madrina de ellos, lo que dejaba a ambos en una posición rara. — Creo que es bueno que no se peleen con Mimi y Bruno a causa de ellos —Clara volvió a hablar y Sam sacudió la mano. — Cuando tuvimos la sospechas de que pasaba algo entre ellos, lo hablamos —tomó un trago de café —. Mateo no estaba muy contento con la situación, pero luego vimos que Sophie se estaba comportando como una cría y le dijimos a Bruno que no se preocupara si su hijo decidía estar con otras chicas, pues nuestra hija no estaba actuando bien con él —suspiró —, pero bueno, Marcelo se ha estado comportando todo este tiempo, quizás esto ayuda a que Sophie deje de ser una tonta. — Creo que Bri lo hizo para molestarla, pero ellos dijeron que no sienten nada por el otro —miró el techo —, además no iba a besar a Chase —mi madrina sonrió. — Claro que no, es tu hermana, sabe que te gusta —suspire. — Chase golpeó a Noah porque me besó, lo besé o nos besamos —volvieron a comer y se acercaron. — Oh celos. Me quedé mirándolas, ambas esperaban que siguiera hablando pero yo no podía creer que ellas en serio estuvieran entrando en este plan de hurgar en mi vida privada, en todo lo que pasaba, eran unas cotillas. — Son muy chismosas —me levanté —, tengo que trabajar, doy clases hoy y tengo que estudiar para mi examen —abren la boca. — ¡EMMA! Gritaron ambas pero salí por la puerta ignorándolas por completo. Mis labios se curvaron en una sonrisa mientras entraba a la oficina que antes perteneció a mi padre. Los muebles habían cambiado, tenía todo en blanco y gris, mi propia cafetera, un lugar para sentarme a leer y tomar mis clases. Si bien ya estaba en proceso de recibirme, lo había dejado porque en ocasiones necesitaba despejarme de todo lo que me agobiaba. Pasé horas metidas en los papeles, mi secretaria dejó la bandeja de comida en mi mesa y le sonreí para parar y comer un poco. Horas después me encontraba entrando en el gimnasio lista para dar mi clase.
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