Capítulo 7 ¿No crees ser suficiente?

1587 Words
Chase — Bueno, estaba besando a Emma, lo aparte de ella y lo golpeé —movió el rostro y apretó los labios —, Emma se metió entre medio para detenernos, me dijo que saliera de la casa, le dije que nos íbamos, me dijo que no era nadie para decirme que tenía que hacer, gritamos, creo que me preguntó por qué no podía besar a Noah, le dije que no la merecía. Su ceja se arqueó mientras me observaba, papá no decía nada. Solo me miraba esperando que siguiera y yo necesitaba que dijera algo, la más mínima cosa para poder justificar mis palabras. — Qué es verdad, no la merece, entonces me preguntó por qué ella, no sé qué dije —pasé la mano por mi rostro —seguramente alguna tontería, porque a esa altura ya no podía pensar mucho. Mire mis manos. — Lo único que quería era volver a golpearlo por tocarlo, por tener sus manos encima de ella, porque no puedo ver que algo así pase —apreté mis puños —, es que me jode la cabeza que se les acerque, desde que se la presenté, simplemente está como una mosca molesta encima de ella, y lo quiero lejos, porque vamos —levante los brazos —, entre él y yo, es obvio que lo va a elegir a él. Jodida mierda, acababa de decirlo en voz alta. Papá sonrió satisfecho y le saqué el dedo del medio mientras se reía. — ¿Pero eso no fue lo que dijo? —oh, no se había olvidado de eso. — No —suspire. — ¿Qué dijo Chase? —miré el cielo estrellado. Mi cuerpo se fue hacia atrás para acostarme encima del capo, su cuerpo se colocó a mi lado y saque otro cigarrillo, papá me observó y estiró la mano para que le pasara uno. Lo hice sin pensar mucho, simplemente lo dejé en su mano mientras encendía el mío. — Entonces… Las palabras volvieron a revolotear por mi cabeza causando estragos. — Ella me dijo que actuaba como un psicópata —lo último salió como un susurro. No lo mire, pero sabía que lo había dejado pensando, porque era un tema complicado, aunque yo sabía que ella no lo había dicho en ese sentido, no en el que yo le daba. — Crees que eres uno —hice una mueca. — No, pero… sí, sí. — ¿Piensas que no eres suficiente por tu pasado? —lo mire y él a mí. — Creo que no soy un buen prospecto de novio —suspire. — ¿Por qué piensas eso? — Vamos, que mi papá era un completo idiota y puede que tú seas mi padre ahora, pero cargo con tanta mierda —lleve el cigarro a mis labios —tengo tanta mierda encima. — Eso no es así —negué. — Me amas, tú nos quieres, de una forma que es —busque las palabras —, es única, no creo que nadie pueda pedir mejor padre —lo observé y me sonrió —. Nunca nos levantaste la voz, has ido a cada partido nuestro y si no vas, pides a mamá que lo grabe para verlos con nosotros —era verdad, lo hacía —, la dejaste cumplir sus sueños, nos enseñaste como se trata a una mujer y a Mari como debe ser tratada —suspiro. — Pero aun con todo eso, él los marcó más —suspire. — Esas marcas nunca se van papá. — Quiero que vuelvas al psicólogo —lo miré. — Papá, está mierda no tiene nada que ver con el psicólogo —sacudí la cabeza —puedo volver, tratarme, lo haré si es lo que quieres —suspiré —, pero eso no cambiará el hecho de que soy el hijo de un asesino, de que hay sangre inocente en mis manos, indirectamente, pero la hay —negó. — Eso no es así —suspire. — Se que nunca voy a ser suficientemente bueno para ninguna mujer —, demonios cuando todas comenzaban a preguntar, no querían saber que eras el hijo de un asesino. — ¿Te refieres a Emma? Todos siempre iba a ella, ellos creían que nosotros seriamos como una super pareja, la quería, joder, estaba seguro veneraba el suelo que pisaba, pero porque ella lo era todo para mí. — Es mi amiga —aclare como tantas otras veces —, somos simplemente eso, la quiero, mucho, pero no de la forma en la que tú crees, tengo mucho aprecio por ella y quiero que esté con alguien que sea adecuado —me tomé mi tiempo en decir aquellas palabras —, no con cualquier idiota. Sabía que había parte de mentiras en mis palabras, porque el hecho de imaginarme que alguien la tocara me estaba volviendo loco. No quería imaginarme que alguien la tocara de esa forma, pero no podía hacer nada al respecto. Nos quedamos en silencio esperando que yo dijera algo y yo tratando de concentrarme en el cielo, para calmar un poco más mis demonios, para lograr bajar aquella sensaciones que me estaban consumiendo por completo. — La vida es un vaivén de cosas —su voz ronca llegó —, a veces buenas y a veces malas, pero tienes que aprender a ver lo positivo en todas ellas —sus manos fueron detrás de su cabeza —, no siempre vas a tener cosas buenas y tampoco vas a estar rodeado de cosas malas, es encontrar ese punto —me miró —, mereces amor, lo que hizo tu padre biológico no define lo que eres tú y quiero que entiendas eso Chase. Sabía que me miraba con ojos de padre, Ron siempre nos miraba de esa forma. Lleno de amor y compresión. — Eres un gran sujeto, un chico amoroso, que en este momento está cargando con demonios que no le corresponde —me senté —, no sé qué te hizo pensar que necesitabas llenar algún parámetro para ser la pareja perfecta, porque todos estamos dañados y rotos de alguna forma, pero debes tener en claro que no eres un asesino, no eres él y nunca lo serás, así que tienes que aprender a separar las cosas —suspiré. — ¿Cómo estás seguro de eso? —sonrió de lado. — Porque analizo perfiles, lo hago, veo a las personas, se cuando entras en tus crisis, cuando necesitas espacio y cuando estás batallando contigo —junte mis manos y mire la ciudad. — Mañana tengo una carrera y ella está enojada conmigo, nosotros somos amigos, siempre está ahí para mí y ahora ni siquiera sé si quiere verme —mordí mi labio. — Emma estará ahí —suspire. — No sé, porque lo arruine, siempre lo arruino y no quiero que ella se aleje, no quiero sentir que la pierdo, porque hay solamente dos cosas de las cuales estoy seguro, los autos y Emma —lo mire —, quiero que ella siga en mi vida. — ¿Y no estás enamorado de ella? —suspiró. — Papá… — Bien —levantó las manos —. Entonces asegúrate de que siga en tu vida y no lo arruines, necesitas bajar el estrés, entonces ve al gimnasio, golpea la bolsa, pon control sobre esa ira, haz terapia y céntrate —me apuntó con el dedo —, porque no todo en la vida es ir dando golpes, también se trata de aceptar lo malo que tenemos y lo bueno, así que tienes que ponerte firme y hacerlo. Terminé de fumar mi cigarrillo, papá se quedó en silencio mirando la ciudad hasta que se montó en su auto y yo en el mío. Recuerdo cuando terminé preso, fue por hacer carreras clandestinas en esta colina. Alguien avisó a la policía o ellos no venían siguiendo, no sabía cuál de las dos cosas habían pasado primero, pero cuando dije Fuhrman y llamaron al jefe del FBI, las cosas se pusieron interesante. Primero, papá me dejó preso toda la noche, les dijo que no me dieran privilegios, segundo, pagué mi propia fianza, si perdí todo lo ganado en las carreras, además de hacer servicio comunitario. Ahora odio el naranja. Pero lo peor de todo esto, fue ver a mi madre llorar, ella pasó todo un día llorando, hablando de lo que hizo mal, de que era su culpa, ella lloró tanto que al final me anoté en el club de Hil, ese donde ella competía. Ahora hacía todo legal, al menos trataba de hacer todo legal. Supongo que las peleas no entraban en esa categoría. Apenas llegué a casa recibí un mensaje de Olivia hablando de vernos, me preguntó si quería que pasara por mi departamento, pero no le respondí. Si iba no me encontraría, había venido a casa de mis padres, lejos de ella y sus cosas de niña mimada. Tenía que acabar con todo lo que paso entre nosotros, la mujer no me iba a dejar en paz y lo había demostrado. Me levanté en la mañana para ir a la universidad y mamá me recibió con un café, seguía igual de hermosa que siempre, con su cabello rojo fuego, los ojos claros, solo que ahora tenía algunas líneas de expresión que antes no tenía. — ¿Cómo está la mujer de mi vida? —besé su mejilla. — Feliz de tenerte en casa, me has abandonado —su labio sale un poco. — ¿Con papá funciona eso? —afirmó.
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