Leila.
Días después.
Seba—. Hola, ¿Cómo estas?.
Seba—. No podía escribir, estaba en mis finales y casi no usé el teléfono.
Seba—. A la noche voy a ir al boliche Faraón, ¿nos vemos ahí?.
Leila—. Hola, todo bien, no hay problema, y si, estaría para vernos ahí.
Leila—. Le digo a mis hermanas que vayamos y ahí dentro nos vemos.
Seba—. Dale, nos vemos, besitos.
—¿A la noche vamos a bailar?. —las dos me miran enseguida, Laura doblando la ropa y Estela en su cama con el celular, pero las dos me miran—. ¿Qué?.
—Bueno, pero di la verdad.
—Me voy a ver con un chico.
—¿Con quién?.
—Lo conocí en el trabajo, de ahí comenzamos a escribirnos.
—Mmmjjjj, espero no sea como los que frecuenta esa amiga tuya.
—No lo creo, ósea, conozco poco de él y no se ve que se drogue ni que ande en cosas raras.
—Bueno, entonces a la noche vamos.
—Primero tenemos que saludar a todos y ahí nos vamos, papá se va a enojar si nos vamos enseguida al brindar.
—Yo quiero la pollera azul.
—Eh, yo iba a ponérmela.
—Entonces préstame el vestido rosa.
—A ti no mas te queda bien el rosa. —Laura la mira a Estela haciendo caras—. Me llego a poner algo rosa voy a parecer un globo que brilla.
—Nada que ver. —cruzo la pierna y poniendo las manos detrás de mi cabeza la miro a Laura que saca de mi lado del ropero el vestido que quiere Estela—. Somos del mismo tono las tres, si a mi me queda bien a ti también, solo que te falta carácter amiga.
Me quedo acostada en mi cama viéndolas, a veces me siento que somos unos mediocres, Estela tiene veintiséis años y vive aca, Laura veinticuatro, las dos trabajan y sé porque no se van porque pienso igual que ellas, aun cuando tienen novios y dicen siempre de irse a vivir juntos, pero no se van para ayudar con los gastos de la casa, igual que Román, y como somos muchos, mis tres hermanos mas grandes ya tienen familia y todo, vienen siempre y dan una mano enorme, porque sino seria mucho gasto, pero somos las cuatro que quedamos durmiendo en una habitación, tres mujeres adultas y una nena de diez, que es mi hermana menor Giselle, y después los varones en otra habitación, y ya, aunque cuando mi hermana Mónica vivía aca era el caos, yo debía dormir con Giselle que tenia cinco, y siempre con mis hermanas decimos, como se nota la falta de conocimientos en mis papás, mi mamá se tomaba la pastilla anticonceptiva cuando iban a tener intimidad con mi papá y nunca entendían porque quedaba embarazada igual, ósea, una ignorancia tremenda de ellos y del médico que no les explicó nada, dicho el caso somos nueve hermanos, y siempre decimos con mis hermanas, a penas tengamos la oportunidad de irnos y ayudar en casa vamos a hacerlo, mientras tanto no se puede, Laura trabaja en una panadería y no gana precisamente bien, Estela trabaja en recepción de una clínica, hizo un curso de computación que le sirvió para entrar ahí, ella es la que gana mas de las tres, pero es la que se encarga de los impuestos de la casa, mi papá no pudo trabajar mas, se lastimó la espalda y hace lo que puede con una pensión por invalides mínima que no da para mucho, mi mamá nunca trabajó fuera de la casa y no va a hacerlo ahora, por eso nos quedamos todos y hacemos lo que podemos.
.......................
Como Estela sabe manejar usa el auto de mis papás, por eso cuando salimos vamos y volvemos tranquilos, mientras andemos con ella, porque si sale con el novio y nos dicen que nos llevan es seguro que nos dejan tirados, porque se les calienta y se van, mi papá vive discutiendo por eso con ella porque ella le echa la culpa a él y él a ella, y son los dos.
—A las cuatro nos vamos.
—Pero son la una y media. —Román la mira todo mal.
—Si, pero quedé en ir con Bruno.
—Puta madre, nos hubieras dicho.
—Bueno, nos vamos entonces.
—Na, entremos, ya estamos aca. —me quedo mas atrás con Román que me habla al oído—. ¿Nos volvemos en taxi?.
—Dale, quedé de verme con un chico que me estoy conociendo y no sé si da para irnos tan temprano.
—Dale, le digo a Laura. —voy agarrándolo del brazo donde esta llenísimo y Laura niega, Román me mira y entendí, se va con Estela—. Vamos por aca. —saco mi celular de mis pechos que es donde me lo guardo y le mando un mensaje.
Leila—. Hola ya estoy en el boliche, estoy con mi hermano por las dudas.
Seba—. Estoy en la pista también, bailando con mi cuñada.
Seba—. Ahí te vi. —miro a todos lados hasta que lo veo con una chica bailando, mi hermano saca a bailar a una chica y tengo la mano de Seba en mi mano.
—Te vi de allá arriba. —sonrío acercándome mas a él—. Estas preciosa.
—Crei que no nos íbamos a poder encontrar.
—¿Por?.
—Hay mucha gente. —bailamos como podemos y quedo casi abrazada a él de tanto que empujan.
—¿VAMOS AL BALCÓN?.
—SSIIII. —toco la espalda de Román pero nada, hasta que le doy un golpe, me mira enojado—. VOY AL BALCÓN CON ÉL.
—EN UNA HORA NOS VAMOS.
—¿NO NOS ÍBAMOS MÁS TARDE?.
—PAPÁ ME MANDÓ MENSAJE, NO LO HABIA VISTO. —me tiene que gritar en el oído—. MAÑANA NOS VAMOS AL RIO Y QUIERE QUE LLEGUEMOS TEMPRANO.
—BUENOOOO. —Sebastián me lleva de la mano empujando a las personas hasta que al fin salimos al patio.
—Aaajjj, que fuerte la música.
—Si, encima música de mierda. —de la mano me lleva a un rincón vacío.
—¿Qué música te gusta?.
—¿Cuál crees?. —lo miro de arriba abajo, los tatuajes y ropa dicen mucho según yo—. Música clásica.
—¿Cómo adivinaste?. —comienzo a reir y él también, se inclina en la baranda del balcón—. Que mal que esta esto, viene uno borracho y se larga. —mira hacia abajo y no son ni dos metros, pero igual creo que esta mal.
—¿De verdad te gusta la música clásica?.
—No, ni tampoco el rock como todos creen por como me visto, en realidad me gusta de todo. —me giro apoyándome de espalda a la baranda—. ¿Tomamos algo?.
—Dale, aca afuera venden.
—Si, no entro ahi dentro a no ser que me vaya. —vamos a la barra de afuera asi esperamos a que nos atiendan.
—Hola, ¿quieres bailar?.
—No gracias.
—Vamos, tres tema.
—No, gracias.
—Dos.
—No.
—¿Uno?.
—Dijo que no amigo, tómatela.
—Le pedí a ella no a ti, —lo empuja a Sebastián y yo abro enorme los ojos cuando Sebastián lo agarra del cuello y el chico tiene que hacer punta de pies.
—Te dijo que no. —lo empuja con fuerza casi tirándolo—. Tómatela. —se va y nos acercamos a la barra—. Yo quiero un fernet, ¿tú?.
—Lo mismo.
—Seba no pelees hombre, —el chico de la barra esta como nervioso—. Mi hermano te va a sacudir si armas problema.
—No pasa nada.
—Bueno, aca, que lo disfruten. —nos vamos a una mesa con sillones vacíos donde estaba el chico pesado con los amigos.
—¿Lo conoces al bartman?.
—Si, su hermano es Benicio, es amigo de mi tio y es encargado del boliche.
—Aaaaahhh, sino nos hubieran sacado. —tomo un poquito viendo como mueve la cabeza con la música y toma del trago—. ¿Tienes problemas con la ira?.
—¿Eh?.
—Si, por como lo agarraste, se me hizo que tienes problemas de ira.
—De hecho tengo problemas con los que no entienden que no es no. —se pone serio, pero no como que me dé miedo—. Y mas me enoja cuando comienzan a insistir y que le des un porque de que no quieres y aun asi no lo aceptan.
—Es re feo porque no se sabe que mas decir negándote y no entienden.
—¿Has sufrido abuso? me refiero a manoseo, golpes, empujones.
—Si, asi en salidas a bailar si y no muchas gracias a Dios, y un ex me dio una cachetada en un ataque de celo de él y listo, se terminó.
—Que hijo de mil, nunca golpearía a una mujer, es muy mariconaso eso.
—La verdad que si, encima no querer admitir que él se equivocó no yo, me dijo, si no te hubieras puesto asi, no hubiera pasado, igual, la estupidez que dijo la pongo en que teníamos diecisiete y ya, muy inmaduro.
—Lo bueno que lo cortaste enseguida.
—Menos mal sino, no sé, estaría envuelta en una relación pero malísima.
—Bueno, yo no eh tenido novia pero no tolero el abuso, y bueno, soy medio arrebatado porque me meto donde no me tengo que meter, —me da mucha risa las caras que hace—. Mi papá me dice, te haces el copado porque no te has encontrado a uno mas loco que tu.
—Ay no, que mal.
—Bueno, pero tiene razón, capas que me encuentro a uno que me da la paliza de mi vida.
—¿Te han dado una palia?.
—¿A mi? nooo nena, y espero no me la den, bueno, mis papás si, pero asi de afuera no.
—¿Ni en tu primer pelea callejera?.
—No, por eso apuestan lo que apuestan, si hubiera perdido alguna vez no valdría tanto.
—No entiendo eso de la apuestas.
—Yo tampoco. —mas me rio porque alza los hombros—. Eso se encarga Gonza, me dice cuanto hay en juego y ya, si me endulza el paladar voy sino, no pierdo el tiempo.
—Si que confías en él.
—Si, es mi amigo.
—¿Y entrenas?.
—Si. —se termina el vaso muy rápido y yo ni la mitad voy—. Comencé esto de pelear porque tengo hermanos y primos, no muchos primos grandes en realidad, pero con mi hermano Exe, el papá de las nenas del cumple, con él era casi a diario peleabamos, y ahi fui agarrando maña y después entrenamiento en el gimnasio, no voy a ir a pasar el ridículo en una pelea, si me ganan al menos le doy una buena pelea.
—A mi sinceramente no me gustan las peleas, siempre las evito, como las discusiones, hasta escuchar discutir a alguien me hace doler la panza.
—Mira, que loco eso.
—No quiere decir que no me defiendo, pero lo evito.
—Igual, nunca hagas cosas con tal de no llegar a la discusión.
—No, tampoco tanto, mi dignidad la mantengo.
—SEBASTIAN. —los dos vemos cuando viene un chica con tremenda cara de preocupación—. ERES UN IDIOTA, TE BUSCAMOS POR TODOS LADOS. —le da unos golpes a medida que habla—. CREI... QUE... ANDABAS... PELEANDOOOO.
—Ay bueno, claramente no y deja de pegarme loco.
—Vamos, el tio dice que nos vamos.
—Si, ahí voy. —la chica me mira y sonríe—. Cami, ella es Leila, Leila, mi hermana Camila.
—Hola, perdón pero pensé que estaba mandándoselas.
—No hay problema.
—¿Necesitas que te lleve Leila?.
—A ver, le pregunto a mi hermano.
Leila—. El chico con el que me quedé de ver se ofrece a llevarnos.
Román—. Estela y Laura aun no se van, nos volvemos con ellas.
Leila—. Dale.
*****
Sebastián.
—Ahi me dice que mis hermanas aun no se van, asi que volvemos con ellas.
—Ah bien, pero te acompaño con tus hermanos.
—Si, gracias. —voy empujando asi nos dejan pasar y las dos vienen bien pegadas a mis.
—SUBO A AVISAR.
—NOS VEMOS EN LA PUERTA, SALGO DIRECTAMENTE.
—VE PORQUE SI NO ESTAS TE VAN A SACUDIR.
—SIIII, SUBE. —espero que suba al privado donde mis hermanos estan y ahi me lleva en medio la multitud y señala.
—ALLAAA. —la llevo con el hermano—. ¿VAMOS?.
—SI, VAMOS ENSEGUIDA. —se carga en mis hombros haciendo punta de pies hablándome al oído.
—NOS VEMOS, MÁNDAME MENSAJE.
—TU TAMBIÉN ASI QUEDAMOS EN OTRA SALIDA.
Volvemos en silencio a la casa, por lo menos yo no digo nada, no tengo nada que decir prácticamente, porque tengo que dormir y descansar asi mañana puedo irme de viaje con mis papás que no sé si va a ser viaje o una tortura de momento porque de lo que si estoy seguro es que mis papás van a vivir peleando por todo, hasta a ver quien respira mas. La cosa es que debo dormir y descansar ahora porque en el viaje no se va a poder, los dos en el mismo lugar ni de sueño que se espera algo lindo y agradable.
***
—Seba... Seba despierta. —abro los ojos viendo a Flor—. Ya vamos a aterrizar.
—Si, ahí voy. —me siento jadeando donde me dormí muy profundo—. ¿Cuánto dormí?.
—Tres horas.
—Uujjj con razón me duele todo.
—Acomoda eso hijo asi te abrochas el cinturón.
—Si mami. —sentada del otro lado del avión va leyendo un libro, aterrizamos y nos despedimos de ella—. Mándale saludo a tu hermana.
—Si, pásenla lindo, Hardy, cuídalos.
—Que te vaya bien, volvemos en avión común, ya sacamos los pasajes.
—Esta bien, asi me voy cuando quiera. —como viene Flor no quiso pasar las vacaciones con nosotros y mejor, sino un infierno vivo porque Flor le responde todo, y con Cami no dejamos que le diga nada y con mi papá se iban a matar.
—Ya quiero ir a la playa. —Flor comienza a saltar mientras salimos de la pista, Cami con mi papá van de la mano y yo mirándola con un cansancio que no sé como saca energías.
—Y tomar unos tragos ricos de fruta.
—Uujjj, y unas frutas tropicales en gajos.
—No papi para, que me dan tremendas ganas de comer.
—Yo lo que quiero es algo para el dolor de cabeza.
—¿Estuviste tomando?.
—No, pero esa siesta que me pegué me hizo mal.
—Señor Weishler, un gusto recibirlo.
—Gracias.
Vamos al hotel donde nos vamos a quedar y en la cama suspiro donde quiero volver a dormir pero ya las chicas planearon lo que quieren hacer, sé que mi papá esta cansado porque venían medio discutiendo con mi mamá en el avión y porque fue un viaje de catorce malditas horas, por eso no entiendo como esas dos tienen energías.
—Mira, vamos dale.
—Voy voy. —Flor tira de mi mano mientras corre—. No me tires asi.
—Es que no te mueves.
—Estoy caminando. —llegamos al agua y ahi corro arrastrándola.
—NOOOOO.
—¿NO TE QUERIAS MOJAR?. —tentado de la risa la arrastro hasta que se me resbala, se para corriéndose el pelo de la cara y yo corro porque me va a partir.
—TE VOY A HACER MIERDAAAAA.
—PAPAAAA AAAAJJJJJ. —me empuja y a penas caigo me empieza a dar golpes—. NOOOO, PARAAA.
—UN IDIOTA ERES. —cuando sale me giro poniéndome de espalda riendo y jadeando.
—Sebastián, veinte años tienes, —mi papá se sienta a mi lado viendo como las dos van al agua.
—¿Y qué tiene?.
—Nada, no tiene nada.
—Si lo dices por las mujeres estas mal.
—¿Porqué mal?.
—Y porque no tengo que mostrar algo que no soy para que me miren.
—Es verdad. —riendo las mira a las chicas que juegan a tirarse agua—. A la noche podríamos ir a cenar a un lugar lindo.
—Si, tengo tremendo hambre asi que espero algo que sirvan buenas cosas.
—Flor hizo todo un recorrido de a donde ir, le preguntamos, ay esa piba, FLORENCIA CUIDADO. —la tiró a Camila y le tira agua en la cara—. ¡Que le sucede!.
—Es bruta.
—Encima la otra se rie y mas la fomenta a que haga eso.
—Sir.
—Si. —nos traen unas bebidas y fruta—. Thank you.
—Uuuhhh dame eso antes que lo vea Cami y se lo deje.
—Toma, pedí bastante asi no pelean por la fruta también.
—Ahhh re que peleaban por todo.
—Pelean por todo, HIJA VENGAN A COMER. —saco uno de los batidos que nos trajeron.
—Mmmm, que rico.
—Prueba este. —tomo del vaso de él asintiendo porque esta tremendo—. Están muy buenos, me voy a ir hinchado como un sapo pero me voy a tomar todos los que pueda.
—Uuuhhh que rico.
—¿Qué es esto?. —saco la tapita a un cuenco y es crema, agarro un hot cake y le pongo con unas frutas.
—Parecemos unos hambrientos.
—Lo estamos porque tengo tremendo hambre. —saco una foto a la mesa porque se ve bien hermosa la presentación—. ¿Dónde vamos a comer a la noche hija?.
—¿Me pasas el bolsito?.
—Toma. —del bolso donde lleva la cámara de foto saca una mini libretita y lapicera con unos osos y brillos.
—Aca, imprimí un mapa asi no nos perdemos. —va al lado de mi papá señalando—. Y busqué que sirven en cada lugar, en este venden comidas del pais, me parece interesante asi probamos.
—¿Pero qué tipo de comida?. —mi papá sigue mirando el mapa y Flor me mira—. No van a vender tripa rellena de mierda y es interesante.
—Y a ti te serviría eso mira, a ver si cierra el hocico.
—Ahi tienes Hardy, a tu princesa con boca de cloaca.
—Dime Hardy de nuevo y yo te cierro el hocico. —Camila me mira riendo y come uvas que le encantan—. Si, podemos ir aca donde dices amor, después vamos aca, me llama la atención.
—Si, anoté según los gustos de cada uno, y para que ese, se calle, anoté aca y para Cami aca.
—¿Dónde para mi?.
—Un lugar michelin.
—¡Que ricoooo!.
—Me voy a cagar de hambre. —mi papá me mira y yo lo señalo—. Tu igual, no digas que no.
—Bueno pero pedimos mas abundante.
...............................
—Mamá dice que te escribió Camila.
—Ahora me fijo. —estoy tirado en la cama viendo como Cami la maquilla a Flor, mi papá bañándose y yo ya estoy listo—. Mejor dile que estoy ocupada, que cuando me desocupe le mando mensaje.
—Si.
Seba—. Esta maquillando a Flor, dijo que cuando se desocupe te manda mensaje.
Mamá—. ¿Qué van a hacer?.
Seba—. Vamos a ir a cenar, se están preparando.
Mamá—. Bueno, mándame fotos de lo que hacen.
—¿Todavía siguen con eso?.
—Es que hay que hacerlo bien, sino es un desastre. —le niego porque son pesadas las dos—. Ponte el pantalón cremita y la camisa celeste, y en los pies las zapas blancas.
—Bueno.
—Mire, te dicen que poner y no dices nada.
—Cuando tengas hijos vas a saber.
—¿Que le tienes miedo? aaajjjj. —me cubro porque me tira una almohada, en calzones busca lo que Cami le dijo que se ponga.
—Fíjate si te gusta.
—Con ese vestido no vas a ningún lado.
—Es el pijama papá, si Cami, me quedó re bien.
—Dale, vamos a cambiarnos asi vamos.
—¿Tu ya estas?.
—Si Hardy ya... Aaaajjjj.
—¡Que no me digas Hardy mierda!.
—Yo creo que es masoquista papi. —Cami se pone zapatillas y Flor del baño con la puerta un poco abierta grita.
—PARTELE LA CARA.
—No sé qué te enojas si te llamas asi.
—No, para mis hijos me llamo papá, nada de usar mi nombre, que te crees.
—Bueno bueno, si, ya estoy listo hombre. —vamos caminando al lugar que eligió Flor, los dos de seguridad de mi papá vienen mas atrás y les reservamos una mesa para que coman cerca de nosotros—. Mmm, que rico.
—No tomes mucho que vamos a dormir juntos, no quiero vomitos.
—No me vas a andar abrazando loco.
—¿No puedo abrazar a mi hijo acaso?. —las dos se rien tentadas, pero tenemos que dormir todos en la misma habitación y en dos camas porque sino Cami no duerme.
—Papá es re tranquilo para dormir.
—Entonces duerme tú con él.
—Mañana, un dia cada uno.
—¿Tan malo soy para dormir?.
—Si. —decimos los tres a la vez riendo.
—Empujas.
—Golpeas.
—Robas las mantas.
—Roncas fuerte.
—Quieres todas las almohadas.
—Te tiras peos.
—Ay guarda, los angelitos para dormir son ustedes.
—Él se ofende enseguida cuando le dicen la verdad. —la mira alzando las cejas a Cami—. ¿Qué?.
—Ya, llegamos hace unas horas y no han parado de reclamos, ¿Qué pasa?.
—No estamos divirtiendo hombre, ofendidito. —cuando traen la comida me saboreo con el pescado a la crema que huele tremendo.
—Mmm que ricooooo.
—Mañana podríamos salir a recorrer las tiendas, ¿Qué dicen?.
—Si papi, asi me compro ropa.
—Y regalos para sus hermanos y los nenes.
—Ya tenia que meterlos.
—Celosita.
—¡Ay esperen!, —Flor saca la cámara—. Acérquense papi.
—Si.
—Seba acércate. —nos saca varias fotos—. Salieron bien.
.
.
Comenzamos con esta bella historia, espero verlas en los comentarios que me dan aliento a seguir...
.
.