Capitulo 5

3485 Words
Sebastián, Unos días después. Viendo los estados en el celu de Flor en el aeropuerto recuerdo que mi papá tuvo que pagar extra por todas los bolsos demás que nos llevamos, yo no me compré nada, lo que lo consigo aca, en mi ciudad también, no entiendo esa desesperación de llevarse prendas innecesarias y conseguibles, la cosa que los tres un montón de cosas para ellos y mis sobrinos y hermanos, la cosa que yo solo traigo unos aros que vi para mi mamá. —¿Quién es?. —como Cami viene conmigo mira mi celu. —Una chica con la que me estoy conociendo. —¿Es la del boliche?. —Si, le estaba revisando el estado. —Escríbele. —Estaba pensando en eso pero no sé que ponerle. —Que te fuiste de viaje, que ya llegas y si se ven. —Escríbele. —Bueno, hola, ¿Cómo estas? tienes que saludar, no vas a ser tan cortante. —Si. —Me había ido de viaje con mi familia por eso no te escribía, disculpa, ya estoy llegando, ¿nos vemos?. —Pero eso fue mas cortante. —Cortante no, directo. —Dame, lo voy a borrar antes que lo lea. —Ahi esta, —me tiemblan las manos porque me responde enseguida—. Si estuviera enojada ni lo vería, ¿Qué dice?. Leila—. Hola, todo bien gracias, hoy y mañana trabajo, lunes, martes y miércoles tengo franco, ahi nos podemos ver. Seba—. Dale, ¿nos podemos mandar mensaje?. —No puedes ser mas idiota Sebastián. —¿Qué? ¿le estoy preguntando a ver si quiere?. —Chit, ¿Qué pasa con ustedes dos?. —miramos a mi papá que sigue sentado donde Flor duerme apoyada en su hombro, sino vendría a ver que nos pasa. —Pasa que este idiota... —Camila cállate. —¿Qué pasa que es tan vergonzoso?. —No, es que estoy conociendo a una chica... —¿Y qué mas?. —Es que me cuesta. —Le mandó un mensaje y el idiota no sabe qué decir. —¿Qué le dijiste?. —Le dije que si le podía escribir hasta que nos veamos. —Y esta bien. —Nooo papá, es un webon. —Soy respetuoso que es diferente. —En realidad eres lento. —Ah bue... ¿tu también me molestas Hardy?. —Ya, con eso. —Es que no sé qué... Respondió, esperen... Leila—. Si claro, asi conozco un poco mas de ti. —¿Vieron? dijo que si asi nos conocíamos un poco mas. —Lo mejor es que vayas a tu manera Sebastián, mejor ir lento y firme. —Es lo que quiero y esta dice que soy un cobarde. —Porque lo eres. —Déjame a mi. —los dos se rien cuando me apunto—. Van a ver que lo logro. Seba—. Puede parecerte tonto pero quería pedirte permiso por si molestaba. Leila—. De hecho estaba esperando que me escribas porque crei que iba a molestar. —Ah no, son iguales los dos. —¿Sabes qué somos?. —¿Tontos?. —Somos respetuosos uno del otro. —Chicos acomódense. —como tuvimos que tomar un avión comercial tenemos que pasar por todo el chequeo que cuando vamos en el avión familiar no sucede. —Allá esta la tia. —Al fin llegaron, ¿hicieron escala?. —No. —nos saluda a los cuatro que estamos con las valijas cargadísimas—. Capas que viniste muy temprano Lihue. —Bueno, llegué hace dos horas por si llevaban temprano, vamos asi descansan. En mi casa nos vamos a dormir todos enseguida porque el viaje fue a parte de larguísimo cansadísimo, me tapo bien porque la casa esta heladísima porque mi papá calenturiento tiene siempre el aire al palo, mi mamá no, pero ella no llega aun, y no puedo dejar de pensar en donde voy a llevar a Leila para nuestra primer cita, mi papá me sacó la tarjeta donde esta la cuenta bancaria que abrió con mi nombre por eso no poseo mucho ya que es en donde manda dinero y uso, asi que si, él dice que no, pero es su dinero sino no me sacaría las tarjetas cada vez que me castiga, me levanto de un salto cuando recuerdo que tengo guardado lo que eh estado ganando en las peleas, busco en el ropero pero en una de las mochilas del colegio donde tengo la plata guardada porque mi mamá, esa mujer nos revisa hasta lo que no debe, y asi fue cuando descubrió que Exequiel se drogaba, bueno, habían cosas rara como que lavaba la ropa él, se bañaba un montón de veces al día, andaba pasado en perfume, y ahí fue que mi mamá decidió revisarle la ropa y conmigo lo mismo, porque cree que lo que hago es por influencia a las drogas y no es asi, nunca tomé alcohol siquiera, porque mi mamá siempre nos dice, no le enseñamos esas cosas, y si, no nos enseñaron eso, mi papá debes en cuando fuma pero no es como para que lo hagamos. —¿Qué haces?. —asustado me giro viendo a Flor, la miro frunciendo las cejas porque es como si estuviera dormida, da miedo. —Nada, busco a ver si tengo plata. —¿Vienes a dormir?. —Si, ahí voy. —voy atrás de ella a la habitación de Camila, como las dos están acostadas normales me acuesto a los pies usando la caderas de Flor como almohada y me tapo con la manta que me dejaron—. Tengo mucho sueño. —Ahi apago la luz. —le muevo las piernas a Flor buscando comodidad. —Que cabeza mas huesuda. —Y tu no tienes poto para estar cómodo. —me da un coscorrón que me re duele—. Aaajjjj, estúpida. —Ssshhh que quiero dormir. *** Bajo las escaleras sonriendo porque mi papá habla con Nora pero la mira a Anna que esta en la charla pero sin decir nada como es común en ella, que según para mi, le gusta y demasiado, porque se pone diferente, cuando ella está es totalmente diferente, deja esa cara de amargura que tiene, sonríe, nunca sonríe, los músculos se le relajan, cuando esta con mi mamá esta tenso, como si estuviera a punto de pelear que es lo que pasa, cada vez que esta con mi mamá terminan peleando, nunca escuché que la insulte o que se mueva de alguna manera para darle un golpe, pero a pesar de todo siento y veo, que mi papá esta enamorado de Anna. —Papi. —me mira enseguida alzando las cejas—. Ya estoy. —¿Para qué?. —¿No vamos a salir a almorzar con las chicas?. —Ah si, vamos, bueno Nora, mándame la cantidad que necesitas y ya. —Pero hablemos primero de como le pagamos. —Eso es lo de menos, como puedan esta bien. —Dele, que tengan lindo día. —Tu me debes una Norita... —me hace gesto de burla y yo afirmo apuntándola y caminando hacia atrás—. Si, lo de esa rejilla no te la voy a dejar pasar. —Mira el miedo que te tengo, temblando estoy. —Cuídate las espaldas no mas, ya vas a ver. —hasta que no cierro la puerta no dejo de apuntarla y mi papá me mira riendo. —¿Qué pasó?. —Estábamos peleando con Camila el otro día y me metió un rejillazo en la espalda, todavía me duele. —Ah, ¿y uno solo no mas?. —¿Cómo que uno solo? deberías defenderme. —¿Por? seguro que insoportables estaban, y Camila también recibió. —Si, nos dió con ganas a los dos. —¿Qué rompieron o casi rompen?. —subimos a la camioneta donde me mira intrigado—. Si los conozco, algo estaban por romper o rompieron. —Me caí para la ventana de la cocina y casi la rompemos. —Aaaahhh, y bueno, buscan ustedes también, cambiando de tema, llama a tu hermana y dile que ahi vamos, que estén listas. —Si. —busco el número de Flor porque Cele no te atiende ni de chiste, si le marco tres veces seguidas me atiende, sino no, me hace dar una rabia tremenda eso. —¿Ya vienen?. —Si, ¿están listas?. —Si, las tres estamos esperando hace rato. —Si llegamos y tardan en salir, van a ver que las hago bolsa a las tres juntas. —Cuando lleguen me lo dices en la cara. —corto inclinándome asi conecto la radio con mi celu. —Como buscas, no te cansas de cansar a las personas y no paras hasta que te golpean. —¿Quién me golpea?. —Aun no te has encontrado a uno mas loco que tu. —¿Porqué me deseas eso?. —No es desearlo, es que pienses con la cabeza no con el culo. —No gracias, por el culo ni siquiera pienso. —me rio tentado porque me da golpes, vamos a la casa de Cele escuchando lo que me gusta al palo, porque al menos eso mi papá nos deja, mi mamá ni loca nos deja poner la música fuerte porque dice que nos hace mal a los oídos, que ni nos vea con auriculares porque se pone loca. —¿Las tres iguales están o veo mal?. —Las tres iguales. —vienen con un jean ancho con muchos bolsillos, remera de algodón gris claro y el pelo suelto, Flor es la que se diferencia al ser rubia, Cami se tiñe de rubia pero las raíces la delatan, y Cele con su pelo n***o azabache que le queda re lindo donde es bien blanquita—. ¿Qué hacen vestidas asi?. —Queríamos salir iguales. —Flor gira haciéndose la sexi, con mi papá nos miramos haciendo cara de asco divertidos. —AAAAJJJJ. —como bajé la ventana me agarran de los pelos—. Ay, suéltame estúpida. —¿Cuál de todas es la que te agarra?. —Obvio que Celeste porque eres una tremenda estupidaaaagggg. —Hola pa. —¿Cómo la pasaron?. —se sube las tres atrás donde me giro y le meto unos cachetazos a Cele. —¡PAPÁ MIRA A ESTE IDIOTA!. —Tu comenzaste. —Ay, pero pega fuerte. —me siento bien sobándome la cabeza. —Tu casi me dejas sin cuero cabelludo. —Deberías cortarte el pelo. —¿Porqué mejor no le dices al mechudo de tu marido que se corte el pelo?. —en el restorán las escuchamos contar la noche de chicas que tuvieron junto a Manu que les cocinó todo lo que querían y que las nenas se portaron re bien. Leila—. Holis, ¿mañana nos vemos?. Seba—. Sisi, estaba por escribirte asi quedamos, ¿Dónde deseas ir?. Leila—. Podemos ir a tomar mates a la plaza si quieres. Seba—. ¿Quieres ir a merendar?. Seba—. Conozco un lugar que venden una torta riquísima. Leila—. Bueno, es buena idea también. ***** Leila. Poniéndome perfume salgo con mi carterita y como es un frasco pequeño me lo llevo por las dudas, me dijo que ya venia, que estaba a unas calles, asi que salgo para poder esperarlo en la vereda, super nerviosa viendo a todos lados, hace tiempo que no salgo con nadie, y me refiero a salir en general, tengo una sola amiga que ya es mamá y nuestras salidas son a su casa a tomar mates o si el día esta lindo en una plaza porque su nene mas grande tiene cinco, entonces para distraerlo vamos a un parque o algo que pueda jugar, y si es que pegamos con los horarios porque trabaja de cajera en un super casi a tiempo completo, después con mis hermanos salimos dos o tres veces al año a bailar y por lo general es por el cumple de alguno o las fiestas, y con Fabiana nada, en el trabajo no me habla, no me ha ni mirado para nada, no sé qué pasa sinceramente, no sé si es vergüenza o me culpa de haberme ido sin ella. Me acerco al cordón sonriendo porque reconozco la moto, es la del amigo, frena alzando el casco donde puedo verle la cara y sonríe dándome el casco que traía en el brazo. —Buenas, ¿quieres salir a pasear chiquita?. —Jajajaja, si, si quiero. —Toma. —me pongo el casco y subo atrás de él sin dejar de sonreír—. Agárrame bien. —¿Sabes andar?. —Mas o menos. —lo envuelvo riendo y sale, voy tranquila porque me doy cuenta que estaba bromeando que no sabia—. Ahi decía, —para en un semáforo señalando—. ¿Qué dices?. —Si, no tengo problema. —vamos al lugar donde deja la moto en el estacionamiento—. ¿Los cascos?. —Lo dejamos aca, con el candado. —Que lindo se ve, ¿vienes mucho?. —Vine hace unos días con mi mamá, me quedó gustando, y es bueno porque mi mamá no come cualquier cosa, siempre investiga mucho que sirven en cada lugar y que tipo de materia usan. —¿Se cuida mucho con lo que come?. —Uufff, ni te cuento, ven... —el lugar es enorme, mesas y sillas hermosas—. Sentémonos por allá, se ve un buen lugar por si se llena. —me siento dándole la espalda a la entrada porque se sienta del otro lado mirando a todos lados y después me sonríe—. Me gusta bastante aca. —Y cuéntame mas de tu mamá. —Bueno. —revisamos la carta pero no lo dejo de mirar—. Tiene como un trauma en ser delgada, lo que si siento es que con nosotros no fue asi, ósea, nos controlaba la comida y hubieron cosas que no comí hasta que fui mas grande, mi hermano mas grande Julian es super morrudo y come como un caballo, y ella nunca le dijo que baje de peso o algo asi. —Uh que bueno, algunos padres pasan el trauma. —mi mamá es asi, a mis hermanas que tuvieron les decía que debían bajar de peso enseguida porque la gordura era desagradable. —Si, mi papá es de esos que come, come mas, tienes que comer mas, no puedes comer solo eso, come otra cosa, ese es otro tipo trauma, ¿tienes alguna comida favorita?. —Me gusta mucho el arroz con tuco de pollo. —Uuhhh que rico. —¿Y a ti que te gusta?. —Sinceramente podría comer todos los días milanesas. —Noooo, mi hermano es igual, cuando cobra lo primero que va a comprar es milanesa, aparece con una bolsa asi, enorme de milanesas para c******r y tener en cualquier momento del mes. —Mi hermana me dice que debo ser un acido andando, pero si tengo que elegir algo que me guste mucho es una costeleta con manteca, romero y ajo, un arroz, papas y ensalada de tomate. —Nunca comí asi. —¿A la noche tienes algo qué hacer?. —No, ¿planeas algo?. —Podemos ir a la casa de mi hermana y cocinamos algo, —se pone rojo dándome risa—. ¿Es muy atrevido?. —Para nada, me gustaría mucho. —Bien, entonces vamos ahi y comemos. —¿Y tu hermana?. —Ahora esta en mi casa, es difícil de explicar, pero esta ahi y el departamento se esta remodelando porque quiere volver, pero es habitable totalmente. —hacemos el pedido y el olor riquísimo me hace dar mucha hambre—. Cuéntame mas de tu familia. —Bueno, están mis papás, mi papá se llama Gabriel, no trabaja porque se lastimó la espalda muy grave, entonces le dieron la discapacidad. —¿Lo pensionaron?. —Gracias a Dios si, igual hace algunas cosas extras, le gusta lo que es la soldadura y hace cosas pequeñas como parrillas, discos, serquitos, cosas que pueda cargar, después esta mi mamá Valeria, emm, no sé qué puedo decir de ella, siempre fue ama de casa, y no le gusta que trabajemos pero debemos hacerlo. —me mira fijo y yo juego con un sobre de azúcar—. Después están mis hermanos mas grandes, la mayor es Daniela, esta casada, se fue de la casa a los veinte, después sigue Ximena, Gabriel, ellos tres no viven con nosotros hace años, y pasan los treinta, porque después esta Estela, Laura y sigo yo. —Son muchas mujeres. —Si, porque después de mi sigue Román y Nico, y la menor es Giselle. —¿Tienes un trato cercano con todos?. —No, con los mas grandes no, y casi no los veo donde trabajo en las tardes, y cuando los veo peleamos porque van y dejan sus hijos en la casa como si fuera guardería, y después Román, con él es como si fuéramos amigos, Nico con Gise están en otra honda y Estela con Laura igual, ¿tú?. —Bueno, me llevo bien con todos, pero con el que mas confianza tengo es con el mayor. —¿Cómo se llaman?. —Julian es el mas grande. —Chicos, les vengo a tomar pedido. —Si, yo quiero un tazón de café con leche, que sea mas leche que café por favor. —Bien. —Y de comer, ¿Qué dices?. —¿Tostados?. —Dale, una plancha de tostados, y dulce quiero una porción de red velvet, ¿tu?. —Lo misma, y café con leche también. —Bien, ya lo traemos. —espero a que la chica se aleje un poco. —Bueno, sigue contándome. —Si, mi papá se llama Hardy. —¿Disculpa?: —Si, es re raro, igual, casi todos de parte de mi papá tienen nombre raros como mis sobrinos de mi hermano Exequiel y mi hermano Michel, bueno vamos por parte. —me rio cuando alza las manos—. Hardy mi papá, mi mamá es Julia, mi hermano mayor es Julián, le sigue Celeste. —¿Celeste es la chica con una manga?. —paso mi mano por el brazo. —Si, ella es. —Le queda tremendo. —Si, es preciosa también. —ojala mis hermanos me dijeran algo asi de lindo—. Cuando la conozcas vas a diferenciarla porque la mas delgada de mis hermana y la única de pelo negr0, después sigue Exe que es el papá de las nenas del cumple de la otra vez, —lo recuerdo por los tatuajes que tiene—. Sigo yo, después Cami y Flor, que ella no es de mi mamá, es solo de mi papá. —Aaahhh, ¿se llevan bien con ella?. —Si, ¿Por qué nos llevaríamos mal?. —Permiso chicos. —dejan las cosas bastante rápido. —Gracias. —Emm, disculpa, no quería decir algo que no te guste. —No tranquila, es una pregunta normal cuando saben que no es de mi mamá y ellos siguen juntos. —sonrío cuando muerde un tostado—. Tengo hambre, no comí de los nervios. —Dijiste hermano Michel. —Ah si, no es mi hermano, es mi primo, hijo de mi tia, hermana de mi papá, —le pongo azúcar al café haciéndome un mapa mental de lo que dice—. El tema es que mi papá lo registró como su hijo, legalmente es mi hermano y no legal también, porque mi papá lo crio prácticamente, y aunque Julián y Michel tienen la misma edad, Michel con Exe son muy amigos. —Al final venimos los dos de familias numerosas, nosotros somos nueve hermanos y ustedes siete. —Si, muy numerosas. —como con mucha calma, saboreando la torta que comencé a comer—. Aunque me gustaría tener mi propia familia numerosa. —¿De verdad?. —Si, no quiero que suene como presión... —Nooo, y no quiero que suene como presión pero también, quiero mi familia numerosa, mis hermanas dicen que no quieren hijos por la experiencia de mis papás, pero yo digo que no debemos cargar sus errores y no querer hacer nada en la vida. —¿Qué experiencia?. —Bueno, somos muy pobres, casi que no teníamos para comer hasta que mis hermanos comenzaron a trabajar y a irse, recién ahora no estamos acomodando un poco con las cosas de la casa, pero no tengo que vivir lo mismo. —Yo pienso igual, mi papá fue un gran padre aun con las fallas, pero como era con mi mamá no me tiene que hacer igual. . .
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