Leila. —¿Te vas?. —mi mamá entra a la habitación viendo como tengo mis cosas en la cama mientras las guardo en mochilas y bolsos que tengo, y bueno, en bolsas también porque no tengo mas nada como para guardar. —Si, me voy a juntar con Seba. —La hiciste bien, se nota que es un muchacho de dinero. —¡Ay mami, qué dices!. —Es verdad, y tienes que atarlo Leila, hacer algo para que no te deje, o si te deja que puedas asegurar un dinero. —Mamá para. —la miro enojada y sin creer lo que me dice. —No pudimos darles estudios y no quiero que seas toda la vida una empleada. —quedo tiesa como una estatua—. Si tienes que tener un hijo para asegurarte una buena vida hazlo, pero no puedes pensar en pasar tu vida limpiando casas ajenas o ateniendo un supermercado, lo que digo no me gusta ni a mi per