Sebastián. —Que nervios. —la miro sonriendo de los puros nervios—. La primera vez que traigo un chico a la casa. —Uff, mas presión siento ahora. —Vamos que yo ya pasé por eso, tienes que ser fuerte, —Mmmjjj. —apoyo la frente en el volante como si llorara y ella aprieta mi pierna. —Eres un chico valiente. —Muy valiente, pero no para ser presentado por Dios, me lo imagino a tu papá enojado, porque cuando tengamos hijos y mi hija me traiga novio, mamita, como me voy a volver loco. —Que malo que eres. —Nooo, voy a ser un padre super webon, pero del lado de hincha pelota. —Bueno, vamos asi lo hacemos de una vez por todas. —Si, vamos. —bajo con las facturas que pasamos a comprar y ella con unas mini tartitas que la vi que miraba mucho, las pedí asi se da el gusto—. Que lindo perrito.