Sebastián. Sonrío acariciando la espalda de Leila, se durmió a penas nos acomodamos asi, yo de espalda y ella de lado usándome como su almohada, desnudos los dos y sonriendo, porque lo hicimos, al fin hicimos el amor, me sentí genial y me siento genial, un placer tremendo, es algo que nunca sentí con otra cosa y que no voy a sentir, porque es solo con esto y con ella, y aunque tenia miedo creo que fue en el momento indicado, tal vez si lo hubiéramos forzado o presionado no funcionaria, y la verdad que fue maravilloso, mas de lo que crei que seria. —Mmmggg. —miro la puerta cuando escucho que golpean. —¿Quién será?. —¿Eh?. —Ssshhh, —me mira somnolienta, le acaricio la frente corriéndole unos pelitos—. Golpean voy a ver. —Si. —le doy un beso y me levanto, me pongo el bóxer, saco una sab