Sebastián.
—Seba. —miro la puerta cuando mi papá abre y enciende la luz—. ¿No tienes que rendir?.
—Si, a las diez tengo que estar ahí.
—Levántate asi desayunas.
—Son las siete. —miro la hora de mi despertador y entierro la cara en la almohada gimiendo—. Quiero dormir un poco mas.
—Dale que quiero hablar contigo, después no te veo hasta la tarde.
—Mmmjjjj.
—Dale, te espero abajo. —en puros calzones me levanto y en pantuflas salgo, no me importa que este Nora y Anna, ya acostumbrado estoy de vivir con mujeres—. ¿Quieres huevos?.
—Si por favor. —voy a la heladera sacando la botella con jugo de naranja, tomo un buen trago y saco la leche—. ¿Y este jugo? no es el que mamá compra.
—No, pero tu mamá fue de compras hace unos días, dice que es de la marca de las cosas que compra, y como justo iba con su hermana le dijo que era muy bueno, asi que trajo bastantes y están buenos de verdad.
—Si, riquísimo es, mejor que los otros.
—En un vaso, —riendo lo miro sin dejar de tomar de la botella—. En un vaso mierda, que todos tomamos de ahi.
—Sali de tus huevos Hardy, no te puedes enojar por mi baba, la baba de tu hijo, aaajjjj. —me da un rejillazo en la espalda que me hace saltar pero no dejo de reir—. No queda mas, mira.
—Mmmjjj, abre otro y sirve en vaso, después viene Nora o Anna y toman tus babas, espera, pásame jamón y dos paltas. —me siento en la isla viendo como cocina unos huevos y el pan se esta tostando—. Bueno, ya que estamos solos vamos a hablar.
—¿Pasa algo?.
—No tiene que pasar nada malo para que hablemos Seba. —pone mas huevo en la sarten y por como los hace son los mismos que hace Flor—. Me dijiste que saliste con una chica.
—Si,
—¿Solo es salir?.
—Bueno, ayer quedamos como que somos novios.
—¿Quedaron?.
—Si, ósea, ella lo dijo en realidad y le dije que si, porque ninguno quiere algo como para pasar el rato.
—¿Cuándo la traes?.
—No sé... —juego con mis dedos—. Las personas cambian su actitud cuando saben quienes somos y como vivimos.
—Entonces es la mejor prueba para saber si seguir con ella o no, porque te va a mostrar si quiere una relación contigo o con el dinero. —acomoda el revuelto de huevo en los panes con palta y tomate—. Las personas interesadas son fácil de descubrir, con la primera reacción ya puedes descubrirlo.
—Tienes razón, antes de seguir debería traerla a ver si es una interesada o no. —tomo el café con leche riquísimo que me hace cuando coincidimos horarios de desayuno o merienda.
—¿Tuvieron sexo?.
—¡Papaaaaa!.
—Seba... ¿Por qué te pones asi hijo?.
—Es vergonzoso.
—¿Para quién?, se supone que debo ser la persona en la que mas confías,
—Si, lo eres.
—¿Entonces?.
—Es que... —se prepara una tostada con queso crema y jamón, se queja que mi mamá mide cada cosa que come y él es peor, se cuida muchísimo, no come cualquier cosa—. Bueno, lo sabes, pero una cosa es que lo sepas y otra que lo diga, nunca estuve con una mujer, y ayer nos dimos un... Mi primer beso.
—¿Tienes deseo de hacerlo con ella o no sientes nada de esas cosas?.
—Uufff, nunca había sentido deseo por nadie pa, y ayer cuando nos besamos yo...
—Entiendo, ¿ella qué hizo?.
—No se dio cuenta parece, pero yo me sentí tan incómodo, como un degenerado.
—¿Por excitarte con la mujer que te gusta? nooo hijo, no. —lo miro fijo—. Es lo mas normal cuando una mujer nos gusta y nos atrae, el cuerpo reacciona y es normal, y aunque no tuviste sexo nunca, vas a saber que hacer cuando llegue el momento.
—¿Pero cómo?.
—Porque somos hombres, nacimos con el sexo en nuestro ser, ¿Cómo crees que lo hacían años atrás cuando no se hablaba de esto?.
—¿De verdad?.
—Si, yo en mi primera vez que fue con tu madre, no tenia idea de qué hacer, pero todo en mi sabia lo que quería, cosas que nunca había oído porque mis papás nunca hablaron de esas cosas, y nunca había visto nada de una mujer mas de lo que veía en mi casa que era nada, mi diferencia de los sexos era, los hombres con pantalón, las mujeres con falda, asi me crié Sebastián, con palitos y piedras... —asiento a lo que dice—. Pero cuando pasó fue como que lo sabia, obvio, no sabia una mierda de que hay miles de maneras, pero la única cosa que importa es la que nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro deseo Sebastián, no hace tener, porque cuando llegue el momento vas a recordar esto.
—Eso espero, mi miedo es ese, no saber qué hacer.
—Buenos días.
—Buenos días. —mi mamá aparece con ropa deportiva, se carga en mis hombros dándome un beso.
—Te levantaste muy temprano, rindes a las diez, creí que ibas a dormir un poco más.
—Si, estaba hablando con papá.
—¿Sobre qué haces usando moto?.
—Hablé con él y ya quedamos Julia, tiene el auto de nuevo. —me muerdo los labios porque nunca hablamos de eso.
—Mejor, detesto esa moto. —mi papá se para comiendo de la tostada.
—Me cambio y vamos.
—Si. —andaba en calzones también y descalzo, se va a cambiar y mi mamá se sienta frente a mi—. Espero comiences a hacernos caso Seba, sabes que no nos gustan las motos y andas igual.
—Bueno, pero la usé porque salí con una chica.
—¿Cuándo la traes?.
—Le pregunto si siente que conocer a los padres no es muy pronto, si dice que no hay problema la traigo, solo...
—Ya lo sé, soy una mujer adulta y sé como comportarme.
—Bueno, espero.
—Voy a hacer de cuenta que no te escuché, —toma agua mirándome muy mal—. Pero encargamos algo de comer asi no ensuciamos la cocina, no me gusta dejarle la cocina sucia a Nora.
—Si, cuando salga de clases voy con ella y hablamos.
—Bien.
—¿Julia vamos?.
—Nos vemos, mándame mensaje y limpia eso.
Seba—. Hola, ¿Cómo estas?.
Seba—. Cuando te despiertes mándame mensaje.
Leila—. Hola, estoy despierta ya, ¿Cómo estas?.
Seba—. Bien, hablé con mis papás y te quieren conocer.
Seba—. Les dije que cuando estemos listos y cuando quieras .
Leila—. Mis papás dijeron lo mismo, yo no tengo problema si tampoco lo tienes.
Seba—. Me parece lo ideal para que los dos estemos seguros del otro que vamos en serio, conociendo a la familia es un gran paso para saber que vamos muy serio.
Leila—. ¿Te parece si hoy vemos a tus papás y mañana a los míos?.
Seba—. Me parece perfecto, te paso a buscar cuando salga del colegio.
Leila—. Dale, voy a estar lista.
—Que raro levantado tan temprano. —Cami va a la heladera sacando agua.
—Que raro tú. —se sienta donde estaba mi papá tomando el café que dejó y saca una tostada.
—Papá se pasa cuando cocina.
—Si, lo miraba no mas, una bolsa de pan hizo.
—Eso es porque viene su Anna... —los dos nos reímos tentados.
—Le tiene que dejar de comer. —prendo la tele de la cocina poniendo música y aún comiendo le hablo—. Es raro que hablemos asi.
—¿Qué cosa?.
—Que nuestros papás están casados y juntos y bromeamos con que tenga una amante. —sube los pies a la silla, cosas que hacemos cuando mi mamá no esta sino nos cuelga—. ¿Estamos mal?.
—No estamos mal, nosotros vivimos aca dentro Seba, sabemos lo que sucede, y sabemos que hace años que no son un matrimonio, desde que llegó Flor por lo menos.
—Es verdad, nunca los vi juntos o siquiera hablándose bien, todo termina en discusión y es estresante. —me tiro para atrás comiendo la fruta que ni la probé.
—Me gustaría que se separen de una vez, tal vez se llevan mejor.
—Ya están acostumbrados a esa vida, no van a cambiar, —los dos nos giramos viendo entrar a Nora con Anna, sonrío parándome—. Buenas buenas.
—Hace calor pero no para que andes asi nene.
—Ya quisieras tú. —Anna riendo saluda a Cami y yo pongo mas agua a calentar asi desayunan.
—¿Tu papá hizo el desayuno?.
—Es obvio, se ve que exagera.
Como ya mi papá me despertó prefiero ir y repasar antes de entrar a rendir, son finales que los quiero sacar cuánto antes, por lo general duermo lo mas que puedo, voy a la facultad con el tiempo justo escuchando los audios con todo el material que grabo. Cuando llego a mi auto me vuelvo a emocionar porque en la cama cuando se fue a cambiar me dejó la tarjeta del banco, la licencia y los papeles del auto asi puedo andar tranquilo.
*****
Leila.
Como yo trabajo cuatro días de la semana y después de las dos de la tarde me toca hacer la limpieza de la casa y los días como hoy que se supone es mi descanso no descanso nada porque mi mamá me pide ayuda para correr las cosas de lugar y hacer los lavados mas pesados, ósea, limpiamos todos los días menos los fines de semana porque son los días en los que trabajo y duermo lo mas que puedo, obviamente, las personas buscan hacer las fiestas de sus hijos los días que no trabajan, los jueves no hay muchos cumpleaños, por lo general dos al día, entonces usamos el resto de horarios para limpiar a fondo, pero viernes, sábado y domingo es una locura, comenzamos a las dos de la tarde y hasta las doce de la noche no se para, son turnos de tres horas, termina uno y enseguida comienza el otro, tenemos un descanso que nos damos entre las que trabajamos, la cosa que toman el que entre a las dos de la tarde a trabajar es mi responsabilidad en la limpieza, es algo que discuto bastante seguido con Estela, porque le digo que son unas abusivas, entro a las dos de la tarde y no llego a mi casa hasta las doce de la noche, y ellas llegan de su trabajo a las tres de la tarde, pero según no les da el tiempo, y yo que podría descansar un poco mas me tengo que levantar a ayudar a mi mamá con la casa porque no mueven un dedo, aunque ya mis papás se están cansando de eso.
—Bueno, me voy a bañar porque ya me vienen a buscar.
—Si, rapidito asi tomamos unos mates antes de que te vayas.
—Me tengo que depilar asi que voy a tardar.
—Bueno. —con música en mi celular me baño y depilo lo mas rapido posible, tenemos un solo baño, todo tiene que ser a las apuradas.
Seba—. Buenas, ya estoy llegando.
Seba—. ¿Estas listas?.
Leila—. Si, ya estoy.
Leila—. ¿Me llevo ropa por las dudas?.
Seba—. Si, por ahi nos quedamos donde mi hermana.
Leila—. Ya preparo.
Leila—. Cuando llegues toca bocina y salgo.
—¿Qué llevo?. —busco una calza porque voy con mi mejor jean ya que voy a conocer a sus papás, una remera simple, y pongo mis zapatillas de salir.
—TOCAAANNN.
—VOOYYY. —salgo corriendo y mi mamá sonríe, somos las únicas despiertas porque mis hermanos duermen ya que no van al colegio por las vacaciones—. No sé si vuelvo a la noche.
—Bueno, manda mensaje.
—Si, nos vemos. —cuando salgo quedo de piedra al verlo en un auto, tiene la ventana baja sonriendo.
—Hola.
—Hola. —rodeo subiendo muy avergonzada porque los vecinos miran—. ¿Y este auto?.
—Mio.
—¿Eh?.
—Si, me lo regalaron para mis dieciocho, ponte el cinturón sino no deja de pitar.
—Si, pero primero. —me impulso sonriendo porque se pone nervioso—. No nos vemos desde ayer, y eres mi novio. —al final es él, el que me besa, solo apoya los labios en los míos con mucha ternura—. Ahora si, como novios.
—Me va a costar.
—A mi igual, pero si lo sentimos lo hacemos.
—¿No te enojas si te beso de la nada?.
—Me encantaría que lo hagas, —me pongo el cinturón y sale—. ¿Te festejaron los dieciocho?.
—No, ¿a ti te festejaron los quince?.
—No, solo una tortita con empanadas, estuvo lindo igual, ¿y a ti que te sucedió que no te festejaron?.
—Sucedió algo... En mi familia. —se le traba la voz al hablar—. Ya estaba todo pero... Sucedió algo y no lo quise hacer y sinceramente nadie recordó que era mi cumpleaños aunque no me molesto, las cosas no estaban ni están para fiestas.
—Bueno, cuando te sientas listo voy a estar dispuesta a escuchar. —agarro su mano que esta en su pierna derecha—. Porque se que eso que sucedió te llevo a las peleas.
—Si, tenia que sacar el enojo de alguna manera, fue lo único que sirvió aunque nadie entiende.
—Yo entiendo. —frena en un semáforo mirándome—. Aun sin saber entiendo, porque es un dolor que solo tu entiendes y que a ti te afecta, a tu entorno tambien pero tu eres el que sabe lo que tienes en tu cabeza.
—Tengo que decirte que mi familia es de dinero.
—Me di cuenta.
—¿Con el auto?.
—No.
—¿Como entonces?.
—Supuse eso con los cumpleaños, y antes de que creas que me intereso eso no fue asi. —sube a la ruta donde acelera bastante.
—¿Que te intereso?.
—Bueno, —me muevo un poco poniéndome de lado—. Eres muy apuesto.
—Aaaahhh.
—Si, ahi en ese pelotero va mucha gente, gente de mucho dinero como de nada, gente que es un cumpleaños mas y otros que dejan su vida por ver feliz a su hijo. —me mira fugazmente—. Gente de mierda como gente amable, y siempre intento mantenerme al margen con todos, no tratar a nadie mejor por su economía, pero contigo... —sonríe viéndome de nuevo—. Fuiste diferente, tu, ¿hola como están? cualquier cosa que suceda o necesiten no duden en avisar y yo, aaaggg. —se rie tentado—. Y cada vez que veía el nombre familiar decía, uh, espero que venga.
—Y yo decía, ojala siga ahi.
—La cosa que me di cuenta que eran de dinero, y si, tienes este auto pero se diferenciar que el dinero es de tus papas.
—Ay gracias.
—Noooo, no lo digo de mala manera, es como yo que digo mi casa pero es la de mis papas, no es mía.
—Tienes razón y si, mis papas son los de dinero, mientras estudie me bancan todo pero es la condición. —cuando miro a donde va no había venido nunca hacia este lado, hay miles de arboles y verde—. Ya estamos llegando.
—Que lindos lugares.
—¿Habías venido para estos lados?.
—No, nunca.
—¿De verdad?.
—Si, a los únicos lugares que eh ido es al rio, nunca vine para aca porque no hay nada para este lado, ósea si, otras ciudades las cuales no tengo ni familia como para ir.
—Bueno, ahora si, y llegamos. —hay una entrada donde hay portones y veo que hay todo un cerco casi que cubierto con arboles—. Buenas,
—Eeehhh, te lo devolvieron.
—Si, pero no digas nada que me la dan. —miro al chico que se inclina viendo—. Ella es Leila, mi novia.
—Bien. —se rie alejándose porque Seba saca el brazo dándole un golpe.
—¿Que pasa?.
—Tiene que anotarte y sacarte una foto.
—¿Eh?.
—Lo que pasa es que no están siempre los mismos, entonces anota con una foto para que te conozcan y por si pasa algo saben los horarios de quien estaba en la casa o si no había nadie, ahora por ejemplo anota que a las doce y cinco llegue contigo.
—Aaah bien, yo digo, ¿para que una foto?.
—Bueno, ¿les saco la foto cuando salgan?.
—Dale, —trae una planilla y me mira sonriendo.
—¿Me diría su nombre completo?.
—Leila Garcés.
—¿Fecha de nacimiento y DNI?. —Seba me asiente como diciendo que es normal asi que lo digo—. Bien, cuando salgan avisa que le saquen la foto o por si andan con ganas de acercarse.
—Ve tu.
—Ni ganas, vengan ustedes.
—Ah si, que vivo, cambiando de tema, ¿mis papas llegaron?.
—No, aun no.
—Bueno, nos vemos entonces, cuando vayas.
—Ya te dije que no voy a ir. —al pasar veo todo el camino hermoso con arboles enormes y rosas a los lados, al final del camino pero a un costado esta la inmensa casa, vienen unos perros enormes al lado del auto.
—Que hermosa casa.
—Vamos asi la conoces por dentro.
—¿Los perros son malos?.
—No, son medios tontos. —bajo sonriendo porque vienen enseguida fregandose—. Se supone que deberían ser guardianes pero se asustan hasta con un sabido.
—Ay noooo, que malo.
—Ven, entremos.
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