Alvaro Marnili.
Mi hijo sale furioso de mi despacho, no podía esperar menos, me equivoqué mucho en mi vida y le falle a mi padre, hijo, esposa y ahora cargo con las consecuencias de mis acciones. A pesar de llevar tantas culpas encontré una luz al final del camino; la hija de Sonia es realmente perfecta, sé que Sonia no es la mejor persona del mundo pero su hija Eden es completamente diferente. Conocí a su padre y conozco a su abuelo, ellos eran amigos muy cercanos de mi padre.
Solucionar sus problemas económicos mas una muy buena compensación para Sonia, termino por solucionar el gran dilema en el que estaba y ella simplemente acepto. Sé que no fue la mejor manera pues de cierta forma estoy comprando a su hija, pero no podía permitir que Max eligiera a Elena como su esposa.
Conozco bien a Elena, cómo no conocerla si ella es nada más y nada menos que la amante por quién destruí a mi familia, la madre de mi pequeña Camila, la mujer de quién tarde descubrí era la peor escoria. En ese entonces tarde mucho en descubrir que ella tenía otro amante y que se trataba de mi hermano, los descubrí cuando estúpidamente corrí tras ella porque intento dejarme, llegué a dónde se escondía y ahí los ví. Para ese entonces ella ya había parido a Camila, tenía solo cinco meses cuando me la dejo para huir con otro hombre, mismo que después la abandonó por otra.
Ella era muy joven para mí, solo unos años menor que Max, ella tenía veinticinco y yo cincuenta, todo paso tan rápido y sentía que tenía razones suficientes para dejar todo por ella. Me equivoqué y cuando me di cuenta de mi error ya era tarde; regrese a casa en busca del perdón de mi familia y con la cara llena de vergüenza pero solo encontré la desgracia que yo mismo provoque. Mi mujer, mi hermosa Graciela se había suicidado, no estuve ahí para ella y no supe de su partida pues mi hijo y padre no me querían ver. Le falle y mi falta la destruyo a ella y a toda mi familia, eso provocó que mi padre me quitará todo para dárselo a Max y esa fue una gran decisión pues no hay nadie mejor que él para manejar la empresa, al mismo tiempo me gane el odio y rencor de mi hijo.
Cuando me enteré que Elena era la nueva conquista de Max mi mundo se flaqueo, la busque para exigirle que se alejara de mi hijo pero todo salió mal, termino amenazando con quitarme a Camila si yo le contaba algo a Max, así que cerré la boca, pero no será por mucho tiempo ya que pienso pelear por mi niña y cuando tenga su custodia completa me encargaré de que Max se entere que clase de mujer es Elena.
Por el momento me conformo con saber que Eden será mi futura nuera; ella es una buena mujer, inteligente, hermosa y me recuerda tanto a mi hermosa Graciela por quién sigo y seguiré llorando un amor que no me merecía y que jamás volveré a tener.
La extraño tanto que siento no puedo respirar, extraño su piel, su mirada, su olor y esa sonrisa que siempre me regaló. Le falle y ahora vivo solo por y para mis hijos, si no fuera por ellos no dudaría ni un segundo en ir al otro mundo para estar de nuevo con ella.
Sonia.
Por fin la vida me sonríe, encontrar en ese café a Alvaro y que casualmente ambos tuviéramos la solución de nuestras problemas, fue como sacarme la lotería, él necesitaba una esposa para su hijo y yo dinero para salir de esta pocilga.
No es que odie a mi hija pero ella no entiende que tire todos mis años de juventud por ella, yo no quería ser madre pero era joven he ingenua y para colmo elegí un esposo pobre, claro, era bueno y trabajador pero pobre al final. Debí quedarme con León, el hermano de Alvaro pero no, al final elegí a Santiago y la pobreza junto con él.
Ahora eso llegó a su fin ya que de algo me tenía que servir tener una hija, ahora ella se tiene que casar solo por un tiempo con el hijo de Alvaro, aunque no pienso conformarme con el dinero que me dió, pienso pedir más pues me lo merezco. Después de todo fui yo quien consiguió ese acuerdo, mientras que Eden tendrá una vida llena de lujos gracias a mí.
Eden.
Termino de empacar mis cosas, no tarde mucho ya que tengo poco; trato de organizar mis ideas y emociones para poder decirle a mi abuelo que me casaré, él no puede saber que estoy siendo obligada, se moriría si se entera...
Llegó el día. Despierto muy temprano o mejor dicho, me levanto pues no dormí de tanto pensar en todo lo que me espera. El señor Marnili pasara mí y no puedo evitar sentirme nerviosa y temerosa, me miró al espejo y me recuerdo que debo ser fuerte, que no debo permitir ningún tipo de maltrato, que me debo amar, valorar y que mi dignidad está sobre cualquier cosa.
Escucho la puerta y se es la hora de bajar, le doy un último vistazo a mi recamara y salgo para encontrarme con el señor Marnili.
_ Buenos días Eden!.
Me saluda pero mi cara expresa bastante mi sentir. - Señor ya estoy lista.- Le digo sin responder a su saludo inicial.
_ Eden entiendo que te encuentres molesta, pero llegando a casa platicaremos y sé que al menos dejaras de odiarme. Confía en mí...
_ Lo escucharé pero solo porque también quiero que escuche lo que tengo que decir. Sobre confiar en usted, no estoy segura, ni siquiera puedo confiar en mi propia madre.- Volteo a mirar a mi madre quien abre los ojos llenos de sorpresa
_ Eden, qué dices?, si hago esto es por nuestra familia pero como siempre eres una malagradecida.
_ Por nuestra familia?... No madre, lo haces por ti, por tu ambición, egoísmo y porque simplemente eres una mala persona. - Ella me mira impactada y para ser sincera yo también lo estoy, jamás había respondido de esa manera pero ayer me prometí enfrentar mis miedos y no hay vuelta a tras.- Me iré madre y sacaré a mi abuelo adelante pero no quiero volver a verte en mi vida, olvídate de que tienes hija porque yo ya me olvidé de que tengo madre, disfruta tu riqueza y que te dure lo suficiente.- Doy la vuelta y salgo de ahí, quiero gritar, llorar, correr pero no lo hago y me controlo.
Necesito ser fuerte y estoy segura que lo lograre.