Maximiliano Marnili.
Llegó a mi empresa, temprano como de costumbre, odio la impuntualidad. Espero mi elevador privado que me llevará directo a mi oficina, me adentro a la caja metálica y miro mi reflejo en aquellas puertas; amo como me veo de traje, mi porte y mi elegancia. Llegó a mi piso para ir a mi oficina y me fascina este momento, amo mi trabajo y me siento orgulloso de poseer la mejor empresa con la mejor industria en el área automotriz, es la herencia que me dejó mi abuelo aunque mi competencia hace unos años era mi padre, sí mi propio padre el mismo que se ha convertido en la persona que más odio.
Me adentro y saludo a Marian mi asistente, ella es una mujer de unos 50 años y es increíblemente eficiente.
_ Buenos días Señor Marnili!. Su reunión de esta tarde ha sido cancelada como lo solicito. - Me saluda y me recuerda mi día el cual tuve que cambiar pues mi padre me pidió verlo esta tarde, según él es algo muy urgente, de seguro otra de sus estupideces.
_ Señor la señorita Cerli se encuentra en su oficina. - Le agradezco y me adentro a mi oficina para deleitarme con Elena.
_ Elena, nena!. - Ella no es mi novia pero es la amiga con derechos que más me ha durado, es una rubia de pelo corto, alta, piernas largas y bien torneadas, ojos verdes y en resumen una belleza. Aunque tengo que admitir que sus atributos solo se resumen a su aspecto físico. Corre hacia mí y me besa como bien sabe hacerlo, en tan solo unos segundos la tengo contra mi escritorio disfrutando de su increíble tracero y gimiendo mi nombre. Me encanta estar con ella, es muy placentero.
_ No te dije que te vería hasta la noche Elena. - Le digo mientras vuelvo a arreglar mi traje.
_ Lo sé mi amor pero necesitaba verte, te extrañe tanto todo este fin de semana que estuviste de viaje. - Me da un beso y se vuelve a subir el vestido.
_ Te veré esta noche, tengo cosas que hacer pero ponte algo lindo para mí que cuando termine de mis asuntos voy directo a verte. - No le pienso decir que haré, mis negocios no son asunto suyo y menos cuando se trata del bastardo de mi padre el cual tengo que decir, odia a Elena por razones que no comprendo.
_ Perfecto mi amor, te espero con algo especial. - me dice de manera coqueta y se va.
Más tarde...
Salgo de mi oficina, quedé con mi padre a las cuatro de la tarde así que voy a tiempo. Bajo del ascensor y camino por el estacionamiento mientras pienso que es eso que mi padre quiere decirme, estuvo todo el fin de semana bastante insistente.
Llego a la mansión y Orlando, el mayordomo me saluda con cariño, lo conozco desde niño y siempre ha sido amable conmigo.
_ Hola Orlando!. Vengo a ver a mi padre.
_ Buenas tardes joven, me da gusto verlo. Su padre está en su despacho, ya está esperándolo.
Le agradezco mientras me invita a pasar, me adentro al hogar donde crecí y el cual me trae buenos recuerdos pero al mismo tiempo los peores momentos que he vivido. Me concentro en dirigirme al despacho, abro esa enorme puerta y lo veo sentado frente a su escritorio, alza la mirada y da una sonrisa la cual correspondo con una mirada de desprecio.
_ Hijo ya estás aquí, toma, necesito que leas esto se que no te agradará así que por favor toma asiento.
Tomo los documentos que me extendió, me siento frente a él y comienzo a leer y... Qué carajos es esto?.
- Me puedes explicar que estupidez es esta padre?
_ Pues lo que ves Max, te casas este fin de semana, ya tengo todo arreglado y tu futura esposa llegará a tu casa el día de la boda, por ahora ella se quedará aquí pero mañana tendrás que venir a conocerla.
Lo miro con el odio y rencor que le he tenido durante estos últimos diez años. - Creés que puedes tomar decisiones por mí? Qué te hace creer que voy a aceptar está tontería?.
_ Hijo, si no lo haces tú tendrá que hacerlo Camila y como no pienso permitir que mi niña se casé, tendrás que ser tú quien lo haga.
_Quién te dijo que me interesaba la mocosa de tu hija? , si no quieres que se casé pues no la hagas casarse y asunto solucionado. - Me levanto y le aviento sus documentos. - Sabía que me hablabas solo para decir estupideces.
_ Espera Max!. Quería explicarte esto por las buenas pero ya que lo quieres por las malas... Si no te casas nos quedamos sin nada, las empresas pasan a nombre de tu tío León porque así lo decidió tu abuelo.
Arroja otros documentos y los comienzo a leer, me quedó paralizado. - Ésto tiene que ser una broma?.
_ El testamento es muy claro Max, uno de mis hijos tiene que estar casado para poder heredar las empresas y como mis únicos hijos son Camila y tú, uno de los dos tiene que casarse. Camila solo tiene diez años, es una niña y aunque fuera ya una mujer no la obligaría a eso, así que tendrás que hacerlo tú.
_ Porqué nunca me mencionaste esto?
_ Por la simple razón de que no lo sabía, fue León quien me lo dijo y aunque tengo mis dudas, no tengo como comprobar que eso es mentira. León piensa tomar la empresa la próxima semana que es el plazo que estipuló tu abuelo, pero como tú te casarás esté fin de semana pues todo queda solucionado.
_ Quién es la mujer con la que me casaré? No podrías dejarme a mí elegir éso?. - Pregunto totalmente enojado y juro que estoy a punto de explotar.
_ Tenía que elegir a alguien que estuviera al nivel de esta situación, llegué a un acuerdo económico con su madre y estarán casados por lo mucho un par de años, solo el tiempo necesario en lo que investigo esas supuestas clausulas y con respecto a elegir, Qué esperabas? Qué eligiera a Elena? esa mujer que solo sirve para ser una cualquiera.
_ No te atrevas a hablar así de ella, no pienso permitir que la ofendas. La mujer con quién yo comparta mi techo es asunto mío y sí pensé en Elena, si se trata de solo un tiempo ella es mi opción.
_ Hijo cuando entenderás que ella no es una buena mujer, confía en mí necesito tu confianza pero sobretodo tu perdón.
_ Jamás perdonaré lo que le hiciste a mi madre!. Tu engaño y traición, el traer a una bastarda a su casa y lo peor que la dejaras morir por correr tras de tu amante. - Le grito completamente furioso y fuera de control, por él sufrió mi madre, se suicidó ya que quedó con el corazón completamente roto mientras él se iba con otra, misma que lo termino dejando por otro y con una pequeña niña en brazos. Después de eso todo vínculo con mi padre se rompió y aunque nunca supe quién fue su amante, sé que la odio tanto como a él.- Salgo de esa casa haciendo caso omiso a sus súplicas por quedarme, no quiero escucharlo y menos en este momento.