Eden.
Bajo del coche con la ayuda del chófer y me quedo impactada, una enorme casa está frente a mis ojos, es increíblemente hermosa. Evitó evidenciar mi asombro pero creo no lo hago bien pues el señor Marnili me pregunta si me gusta la casa.
_Te gusta Eden?. Toda esta mansión fue detallada por mi esposa, después de que ella partiera de este mundo decidí cuidar de esta casa tal cual como lo hacía ella.
Lo observó y noto su mirada llena de tristeza y dolor, al parecer sufre mucho por ya no tener a su esposa y es evidente su pesar.
_Lamento lo de su esposa y sí, la casa es muy hermosa.
_Gracias Eden, pasemos que tenemos mucho de que hablar antes de que llegue mi hijo.
Escucho lo que dice y mi piel se eriza haciendo que me ponga más nerviosa de lo que ya estoy.
_ Orlando, por favor pide que saquen las cosas de la señorita y que las acomoden en una de las recamaras de huéspedes.
Veo a un señor de bastante edad quien al parecer es algo así como un mayordomo, me saluda y yo le respondo con una sonrisa y un gracias por las atenciones, toma mi pequeña maleta y me indica que pase a esa enorme casa. Voy detrás del señor Marnili y sigo sus pasos hasta lo que parece ser un despacho.
_Pasa y siente cómoda Eden.
Me dice con una sonrisa mientras él toma asiento frente a su escritorio quedando frente a mí.
_ Eden.- dice mi nombre y con una mirada llena de tristeza comienza a hablar.
_ Eden, lo que te contaré es algo que me avergüenza mucho pero es una historia que necesitas saber para comprender porque hago esto. Quiero que sepas que mi intención no es perjudicarte y solo espero que podamos ayudarnos, este matrimonio solo es por un tiempo y no incluirá nada que tú no quieras. Si recurrí a tu madre es porque no confío en muchas personas y necesito a alguien como tú para que me ayude.
Alvaro.
Le cuento a Eden mi historia, omití el nombre de Elena y la relación que Maximiliano tiene con esta, pero lo demás se lo cuento con la vergüenza y el dolor que me embarga. También le cuento sobre el testamento y las razones por las que la elegí a ella, le explicó que confío en ella porque conocí a su padre y también conozco a su abuelo, se que para ella es difícil mentirle a su abuelo pero noto que su semblante cambia cuando le hablo de él.
_Como puedes darte cuenta Eden, necesito de tu ayuda, es decir mi hijo y yo necesitamos de tu ayuda, solo será por un tiempo y puedes poner tus condiciones, piensa cuáles serán tus términos y cuando llegue mi hijo te hablaré para que los discutamos.
El señor Marnili me regala una sonrisa y salgo de su despacho sintiendo pena por él, me ha contado su historia y las razones que lo llevo a tomar todas estas decisiones. Tengo que reconocer que ahora tengo una impresión distinta de él, no justifico lo el dolor que le provocó a su mujer, ella debió sufrir mucho, más sin embargo se le nota el dolor y la tristeza que lo embarga, es evidente que carga las consecuencias de sus acciones. También me contó de su segunda hija, Camila, la conoceré antes de la boda ya que se fue a un campamento.
Por otro lado, me alivia saber que no seré obligada a nada dentro de ese matrimonio, es un contrato y solo tengo que incluir mis condiciones. Aunque está no es la mejor manera de solucionar mis problemas, la realidad es que no podría con todas las deudas que tengo y mi abuelo necesita ayuda médica, esto resolvería muchos de nuestros problemas y después podría vivir tranquila al lado de mi abuelo.
Maximiliano.
No pude trabajar como lo deseaba, tendré que ir está noche a casa de mi padre y conocer a esa mujer. Odio esto pero me recuerdo que será solo por un tiempo y sobre todo que así podré salvar la empresa.
Más tarde.
Llegó a casa de mi padre con cara de pocos amigo, Orlando me saluda abriendo la puerta de mi coche para después darme paso a la mansión.
_Joven!. El señor lo espera en su despacho, sígame.- Lo sigo y noto que Orlando trae una sonrisa que deslumbra.
_ Porqué tanta felicidad Orlando?
_ Joven, mi esposa ya está de vuelta.
Me responde y yo le devuelvo una sonrisa, Martina es la esposa de Orlando y ella también trabaja en la mansión, hace las comidas y postres más deliciosos que he probado. Ellos son un matrimonio ejemplar, hace un par de meses Martina tuvo un accidente, cayó y se lastimo el hombro, tuvo que tomarse unas buenas semanas de descanso pero Orlando siempre se mantiene al lado de ella para cuidarla y protegerla.
_ Salúdame a Martina y me da gusto que vuelva a trabajar.
_ Muchas gracias joven, le haré llegar su saludo.
Eden.
Ya casi es hora y decidí ponerme un hermoso vestido n***o, unas bonitas zapatillas delicadas, me maquillo muy poco porque no se hacerlo del todo bien y suelto mi cabello. Me siento fresca y linda, no es que quiera verme bien para nadie pero me prometí amarme y tratarme más lindo así que empecé con ponerme lo que me gusta.
Escucho que tocan a la puerta y voy a abrir, abro y veo a Martina, a ella la conocí hace un momento y tengo que decir que es la persona más hermosa que he conocido.
_ Señorita el joven Maximiliano ya llegó, la espera en el despacho junto con el señor.
_ Gracias Martina, ya salgo. - Me sonríe y se va. Así que se llama Maximiliano.
Maximiliano.
Entro al despacho y mi padre voltea desde su escritorio.
_ Bueno ya estoy aquí, dejemos las cosas claras de una buena vez.
_ Tranquilo hijo, esperemos a Eden y entonces podremos hablar.
_ Eden? así es cómo se llama mi futura esposa a la cual tengo que amar y respetar?. - le digo con sarcasmo y él solo mueve la cabeza en negación.
_ Así es hijo, ese es su nombre.
Escucho que tocan la puerta y una voz muy dulce pregunta si puede pasar, mi padre le dice que entre y yo volteo y... Mierda!. Mis ojos se abren de más al ver a semejante mujer, cabello castaño oscuro y largo, ojos grandes y del mismo color que su cabello; piel blanca, labios carnosos, alta con piernas largas y bien torneadas, caderas, pechos y todo lo que ese hermoso vestido le resalta de manera increíblemente perfecta. Ella es hermosa, un ángel que digo ángel, está mujer fue hecha a mano por los mismos dioses.
_ Hijo, te presento a Eden. - Mi padre me saca de mis pensamientos o mejor dicho, medio me saca porque de milagro no estoy babeando.- Me levanto y la saludo y juro quiero besarla.
_ Hola Eden.- Literal saboreo su nombre y dios no le podría haber quedado mejor nombre, hasta parece que fue pensado exclusivamente para ella.
_ Hola señor.
_ Me llamo Maximiliano pero puedes decirme Max o como tú quieras.- Amor, cariño, hermoso, esposo mío, solo lo pienso pero si me dijera así no tendría ningún problema.
_ Gracias...
Pasa a un lado de mi y toma asiento mientras yo me quedo como un idiota. Enserio me ignoro? simplemente paso al lado de mí sin regalarme ni una sonrisa, me preguntó porque lo que soy yo, ya quiero llevármela a mi casa y con gusto cumplir mis obligaciones como esposo. Diablos!!... Ella será mi esposa, mi mujer y ahora que lo pienso, la futura madre de mis hijos.