Todo se ve igual, pero se siente tan diferente, todo ha cambiado o tal vez fui yo quien cambió y ahora veo todo de forma distinta. Solo pido tener la fuerza para enfrentar lo que viene y no doblegarme ante Gabriel.
- Mi chica latina sigue siendo igual de hermosa que hace un año. Se nota que haces ejercicio.
- Mi chico europeo no deja de ser un halagador aun estando casado.
- Felizmente casado, pero no ciego. - se acerca y nos abrazamos, extrañaba esto. - te extrañe, es bueno tenerte de vuelta.
- Yo también te extrañe, a todos. Quiero verlos, pero probablemente tendrán miles de preguntas empezando por Santiago.
- ¿Y tus amores dónde están? - me pregunta observando por todos lados.
- No vinieron, alguien debía quedarse a cargo de los negocios.
- La chica de negocios. Te separaste de tus amores, eso no lo creo aun cuando lo estoy viendo.
- Mi intención no es quedarme por mucho tiempo, solo lo primordial para solucionar los pendientes.
- No terminas de bajarte del avión y ya estás hablando de regresar.
- Tengo prioridades en casa.
- No lo dudo, debo decir que se parece mucho a ti- ¿En serio? Se ríe.
- Sobre todo, por los ojos - le digo con burla y sarcasmo.
- Bien, no del todo se parece a ti.
- Es la misma estampa que el padre, no me molesta que lo digan, no se puede negar algo que está a simple vista. Cuéntame ¿Cómo está todo por aquí?
Esperamos que subieran las maletas a su coche mientras me ponía al día de uno que otro detalle.
- ¿Qué quieres escuchar?
- Todo, empieza por Hannah y tú.
- Estamos bien, felices, ahora que Daina está embarazada y se enteró que Santiago es papá se le ha dado por querer que tengamos el nuestro.
- Me parece bien, mi hija necesita primos con quién crecer.
- Por mí no hay problema, si no la he llenado de hijos es por qué ella no quería.
- Es decir que ya están haciendo los trámites para hacer ese encargo.
- Según ella sí, yo creo que aún lo está considerando. - me río conociéndola debe estar programando cada detalle.
- ¿Y los demás?
- Marcelo y Daina, están trabajando para poder inaugurar el consultorio médico que desean, Daina está con un humor muy volátil por el embarazo y Marcelo la complace en todo, aunque a veces lo vuelve loco. Santiago ya lo conoces, es reservado con sus cosas si nos enteramos de que era papá es porque en una borrachera no los dijo.
- Sí me contó sobre eso, aún no lo creo, pero el niño es una belleza y se parece a él.
- ¿Es que lo conoces?
- Obvio, soy su tía, aunque aún no me dice quién es la madre.
- ¿Y cómo es que él te cuenta que tiene un hijo, lo conoces y tú no le has dicho sobre tu pequeño retoño?
- Porque Santiago se enojaría mucho conmigo por haberme arriesgado tanto y luego mataría a Gabriel por eso. No quiero que Gabriel se enteré.
- Lo has dejado muy claro, descuida Daina y yo no hemos dicho nada; sigue siendo un secreto de nosotros tres.
Paseamos por la ciudad, recorriendo las calles, me siento feliz de estar de regreso en mi país, espero algún día mi bebé conozca el país donde se conocieron sus padres.
- Mírate ya pareces todo un alemán.
- Son tres años viviendo aquí, el colmo sería que no lo esté. Lucia…
- Dime, Alessio.
- ¿Estás preparada para ver a Gabriel? Porque me imagino que por él fue que regresaste - respiro profundo.
- No regrese por él, si no por culpa de él; es un… - controlo mi rabia, respirando profundo - acabo de llegar no me quiero irritar pensando en ese tarado.
- Lo entiendo, pero para que estés preparada Gabriel está saliendo con Emilia, es su novia, aunque aún no lo dice abiertamente a la prensa, pero ya todo mundo lo sabe es un secreto a voces. - no negare que me molesta la idea.
- Eso no es nuevo para mí, ya salían antes de que yo me fuera así como eso es historia superada.
- ¿Antes de que tú te fueras? ¿Es decir que, si te fue infiel, por eso te fuiste?
- Las razones de irme son muchas, de principio fue mi retoño, pero si esa fue una y no me preguntes más.
- La familia de Gabriel no es que te aprecio mucho que te besaste y dejaste en la miseria Gabriel por mucho tiempo.
- Puedo aceptarlo de Sabina y Sebastián incluso el señor Gabriel, pero de mi exsuegra esa debe estar feliz de la vida.
- Espero que estés lista para las mil y una quejas que te darán ¿Tienes hambre?
- No aceptaré quejas de nadie, no soy la misma de antes. Y para responderte, a esta hora ya estaría desayunando, el cambio de horario me tiene activa así que sí, tengo mucha hambre.
- ¿Hamburguesas?
- Con doble carne, queso y papás fritas.
- ¿Puedes comer eso?
- De vez en cuando se me está permitido, acabo de llegar al país, no me puedes decir que no.
- Está bien, vamos a complacer a la señorita, pero mañana no te quiero ver comiendo nada de chatarra.
- ¿Peter cómo está?
- Súper bien, entrenándonos, abrió otra sucursal y le está yendo muy bien.
- ¿Siguen yendo todos al gimnasio?
- Sí, Marcelo suele ir en las mañanas, Santiago y yo entre la mañana y la tarde, Daina y Hannah cuando pueden.
- Me alegra, es bueno que estén entrenando para que no pierdan forma y se te nota; tienes un buen cuerpo.
- Me imagino que tú vas a empezar a entrenar mientras que estés aquí no creo que Petter tenga ningún problema, y obviamente será con Santiago y conmigo.
- No puedo dejar los ejercicios es una indicación médica, pero vine con el tiempo medido en cumplir todas las actividades no quiero estar tanto tiempo lejos de mi bebé.
- ¿Te puedo preguntar algo más personal?
- ¿Desde cuándo me preguntas eso sí siempre haces preguntas muy personales?
- Es verdad, pero te aviso ¿Qué sientes por Gabriel ahora? - es una muy buena pregunta.
Siento todo, lo amo, lo odio, lo necesito, pero lo quiero lejos de mí, no puedo permitir qué me lastime otra vez.
- Decepción, pero me alegra saber que ha vuelto hacer lo que era antes de casarse conmigo.
- ¿Es decir que no va a haber problema porque está con Emilia? - aparte de querer ahogarla en el río n***o en lo más profundo del mar, no.
- Si algo entendí es que Gabriel siguió con su vida y yo con la mía, cada uno va por caminos diferentes y muy separados así que es hora de cerrar esa etapa y a eso vine.
- Está bien, yo te apoyo, pero ¿sabes que eso lo podría hacer sin venir?; Fabio podría encargarse.
- Lo hizo, pero conoces a tu socio, todo debe ser como él diga y como está vez no pienso ceder me tocó venir.
Después de pasar por una rica hamburguesa y terminar de ponernos al día de mis negocios y los suyos, me llevo a casa. Hace un año que no venía a mi departamento, me trae tantos recuerdos estar aquí.
- ¿Segura te quieres quedar aquí?, Está lleno de polvo y sucio.
- Nada que una buena limpieza no arregle.
- Acabas de llegar, debes descansar. A Hannah le va a encantar tenerte en casa mientras que mañana le decimos a una de las jóvenes que venga a limpiar.
- Alessio, no te preocupes, estaré bien. Gracias por irme a buscar al aeropuerto y por prestarme tu avión.
- Mi avión, es tu avión para cuando lo necesite; me alegra tenerte aquí.
- No le vayas a decir a Hannah que estoy aquí, quiero darle la sorpresa a todos juntos.
- Lo sé, así evitas que te maten todos a la vez.
- No creo que eso los detenga; ya los quiero ver.
- Ya falta poco.
- Bueno ya vete, que Hannah debe estar de malas preguntando quién tiene a su esposo a esta hora fuera de casa.
- Me llamas por si necesitas cualquier cosa, sin problema.
- Yo te llamo, gracias nuevamente. - le doy un beso y se retira.
Estoy en casa, mi casa, te extrañé, recorrí cada habitación recordando cada vivencia en ella, las cenas con mi madre y Santiago, las horas que pasaba en la cocina charlando con mi mamá mientras intentaba enseñarme a cocinar, las horas de estudio del colegio y universidad, luego el posgrado, la primera vez que estuvo Gabriel aquí, nuestra reconciliación en mi habitación, todo. Se ve tan lejos todo eso, como si hubieran sido muchísimos años, pero solo fue hace cuatro años. Veo la hora y llamó a casa.
- Hija mía ya estaba preocupada, ¿Cómo estuvo el viaje?
- Largo, pero ya estoy en casa.
- ¿En el departamento?
- Si mamá ¿dónde más podría estar?
- En un hotel, esa casa no se ha limpiado en casi dos años, cuidado con las alergias o te enfermas.
- No empieces mamá, no te preocupes; ¿Mi princesa cómo está?
- Inquieta, es como si supiera que no estás en casa, te ha estado buscando.
- Mi amor…ponla al teléfono. - mamá me la muestra y apenas escucha mi voz sube su mirada. - Hola mi princesa, te extraño mucho, eres mi vida, mami regresará pronto pórtate bien con la abuela.
- Ya te entendió, por lo menos sonríe - me dice mi madre con burla mientras que ella vuelve a sus juguetes.
- ¿Cómo está todo por allá? Ya las extraño.
- Todo está bien, se nota tu ausencia en el centro, pero se han estabilizado, y nosotras también te extrañamos. ¿Cuándo piensas ver al señor progenitor?
- Mamá, tú y tus apodos; no lo sé apenas me estoy bajando del avión, voy a acomodar todo, ver a mis amigos y ver cómo están las cosas con los Ziegermman.
- Ya sabes, fuerte, decidida, está vez tú tienes el control no dejes que el corazón gane, está vez tienes mucho qué perder.
- Lo sé madre, por eso quiero ver cómo está todo antes de tomar decisiones y enfrentarme a él.
- Te amo, ve a descansar medio limpia el cuarto ya mañana harás limpieza.
- Si señora, te amo; cuídame a mi bebé.
- Siempre. - les mando un beso y cuelgo.
En minutos me puse a limpiar la casa, no podría dormir con tantas esporas y ácaros alrededor, limpieza, ante todo. Me llevo tres horas para que se empezará ver brillo en la casa, me hice una nota mental de que mañana debo ir al mercado y comprar otras cosas.
- Casa lista, estoy cansada, dormiré más de lo que me imagino.
Observó por la ventana y escuchó el sonido de la fiesta de los vecinos, los perros de la calle y la vecina peleando con los hijos.
- Hay cosas que no cambian.
Ya estoy aquí, no hay de otra, ¿cómo reaccionaría Gabriel al verme? Seguro indiferente, hace mucho que ya no sentía nada por mí, pensará que le vine a perturbar su paz, y mi suegra. Seguro terminará en una clínica cuando me vea, mis sobrinos, ese par de angelitos que deben estar grandes. Tengo casi un mes que no los llamo, pero como Anna está de vacaciones, no tengo cómo hablar con ellos.
Pienso como haré para saber de ellos, de Gabriel y todo lo que lo rodea, porque no tonta que fuera para enfrentarme a él sin estar preparada.
-*-
Al despertar me doy cuenta de que estoy en Alemania, me hace falta los gritos de mi hija anunciando su despertar, pero a esta hora debe estar por dormirse, es increíble cuando te acostumbras a algo y no lo tienes. Automáticamente llamo Alaska y mi mamá responde.
- Buenas noches o debo decir buenos días. ¿Qué haces levantada? No has descansado nada.
- Buen día madre, me despertó la luz del sol, y las extrañe, ¿Ya cenaron?
- Sí y tú terremoto está dormido, se acaba de dormir.
- Me lo imaginé, ¿Cómo terminó de pasar el día?
- Inquieta, creo que esperaba que llegarás.
- Es la primera vez que nos separamos de esta manera, no sé si resista no tenerlas a mi lado.
- Primero debes garantizarte de que todo allá esté en condiciones óptimas si quieres que viajemos o apúrate para que regreses.
- Voy a trabajar en la segunda opción. Voy a tratar de dormir un rato más, descansa, me llamas cuando te despiertes, las amo.
- Nosotras a ti.
Duré un rato más en la cama y me dormí unas cuantas horas más, sin embargó entre el cambio de horario y la sensación de que algo me falta no descansé muy bien. Decido levantarme, bañarme y salir a hacer compras necesarias para vivir, como era de esperarse los vecinos empiezan a saludar, preguntar por mi madre, mi vida y todo lo demás.
Al pasar por el supermercado encuentro la noticia que no puede faltar, Gabriel en la portada de una de la revista más importante de la ciudad "¡el alemán más cotizado de regreso a la soltería!". ¿Soltería? Que yo sepa aún está casado.
- Es un hombre guapo - le escuchó decir a unas mujeres que estaban viendo la revista.
- Si, yo con un hombre así qué no me dejaría hacer - de todo y si que lo sabe hacer bien - lástima que la novia sea una pesada.
- La prensa inventa mucho, no creo que esté saliendo con esa Emilia, es muy poca cosa para él además que dicen que es antipática y odiosa.
- Yo me quedo con su antigua esposa, ¿Qué será de ella? hacían bonita pareja y ella lo celaba de forma natural y él se le notaba que la adoraba.
- Capaz está haciendo otras cosas y regresa como el fénix por su hombre y la otra estrellada. - me río. No es mala idea.
Y si me adoraba, pero esa mujer y mi enfermedad terminaron destrozándolo todo. Regreso la revista a su lugar y las dejo hablando mientras termino de hacer compras y regresar a casa, para la tarde ya está todo listo y decido empezar a poner orden en este lugar y visitando amigos.
Una hora más tarde estoy en el último lugar que espere visitar, pero las cosas cambian y aquí estoy, de primero.
- ¿Qué haces aquí? Santiago está por salir si es que ya no lo hizo.
- Alessio te preocupas demasiado mejor dime cómo entrar - en minutos ya estábamos adentro, le doy un beso - ve hacer tus cosas que yo sé lo que hago.
Voy observando cómo han cambiado ciertas cosas en el último año hasta llegar a la oficina del dueño.
- ¿Será que el señor tiene tiempo para saludar a una vieja amiga? - lo interrumpo y se sorprende al verme.
- No lo creo, estás aquí.
- En carne y hueso.
- Que gusto verte - se me queda mirando sin saber cómo saludarme.
- Dame un abrazo, ya no tienes que ser tan protocolar conmigo Petter.
- Lo siento, es la costumbre - me abraza, pero siempre con respeto.
- He visto el gimnasio, le has hecho varios cambios eso es sorprendente y ya sé que has abierto otra sucursal.
- Así es, el negocio sube y da sus frutos; no me puedo quejar.
- ¿Y la vida de papá cómo te trata?
- Soraya me volverá loco con tantos cambios de humor y antojos - sonrió recordando esa etapa de embarazo. - tu eres médico ¿Cuándo se quitan?
- Normalmente los primeros tres meses después son menos, pero por experiencia te digo que depende del embarazo.
- Me va a volver loco, pero amo está experiencia.
- Es una etapa muy bonita. - lástima que Gabriel no la vivió conmigo, aunque mejor así, después de todo mi embarazo tampoco fue del todo normal en comparación con los demás.
- ¿Cuándo llegaste?
- Anoche. - se ríe y se queda pensando - bonito regalo del destino.
- Gracias, creo.
- No me hagas caso, me da gusto verte aquí.
- Me alegra, porque tengo la intención de entrar aquí.
- Mi gimnasio está a tu disposición.
- Gracias. Eres increíble, y no solo por esto si no por ponerme al día con todo y darme tu apoyo.
- Para mí siempre serás la señora y la esposa de mi amigo, aunque ya no estén juntos.
- Aunque no lo creas me alegra que haya vuelto hacer el de antes es lo que él quería, y que esté enamorado.
- ¿Quiere decir que ya no lo quieres?
- Gabriel y yo teníamos un acuerdo y él sabía lo que tenía y lo que no podía hacer, lo que estamos viviendo es consecuencia de sus actos.
- Yo creo que debe haber más de lo que ustedes creen.
- Eso no importa, este es el precio y ahora nos toca solucionarlo lo más rápido posible.
- ¿Acabas de llegar y ya te quieres ir?
- Lo mismo me dijeron anoche. ¿Y cómo es el sistema para entrenar aquí?
- ¿Piensas entrenar? Que pregunta la mía, es evidente que haces ejercicio.
- ¿Es tu manera de decirme que me veo bien?
- Si, me alegra verte así, el sistema es fácil te inscribimos y después con tu número asignado entras a las áreas.
- ¿Según mi plan de inscripción?
- Tú tienes acceso a todos, eso sí no le digas a los demás. - reímos.
- ¿Tengo preferencia?
- Eres la madrina de mi bebé por supuesto que sí.
- ¿Cuándo puedo ver a esa señora?
- Déjame y le aviso y mañana cenamos ¿te parece?
- Me parece. Alessio y Santiago vienen a media mañana capaz venga a esa hora.
- Las puertas de este gimnasio están abiertas para ti cuando quieras.
- Gracias, ¿ya almorzaste?
- No, te invito a comer.
- Acepto.
Salimos rápido, tengo la impresión de que Petter me quiere sacar del gimnasio, pero lo dejo invítame, fuimos a un restaurante cerca del gimnasio, nos pusimos al día de su vida y como le va en su vida de hombre de familia.
- ¿Y tú? cuéntame ¿Qué has hecho de tu vida?
- Trabajar, hice un centro de lactancia y me va muy bien, tengo colegas que trabajan conmigo y me dan su apoyo.
- Me alegra mucho, ese era uno de tus sueños.
- Así es, lo tenía planeado antes de irme, pero sucedieron las cosas de forma diferente, y terminé haciendo uno de mis sueños fuera del país.
- ¿No hay manera de hacer que te quedes aquí?
- No está en mis planes, pero mientras esté aquí disfrutemos la compañía. - me lo quedo mirando mientras terminamos de comer. - Petter.
- Ya usaste ese tono.
- ¿Qué tono?
- El tono de que me quieres preguntar, pero no sabes si quieres escuchar la respuesta.
- Vaya si me conoces bien. Quiero saber de Gabriel, necesito saber dónde me voy a volver a meter para solucionar lo mejor que podamos este divorcio.
- Sobre eso, ¿estás seguro de que él te mando esos papeles? Lucia, Gabriel no sabe dónde estás ¿Cómo podría hacerte llegar esos papeles?
- No lo sé, pero lo hizo y fue humillante sus cláusulas, el problema es que le mande otro con mis peticiones y se ha hecho el idiota.
- Eso no tiene sentido, si fuera así porque lo piensa anular.
- ¿Anular? ¿Cómo si nunca hubiera existido? Ahí está pintado.
- Ha cambiado mucho este mes, ha prohibido que te mencionemos. - y aquí estoy haciendo pedazos lo que queda de mi corazón.
- Me parece bien, así que no soy la única que lo tiene prohibido, así será más fácil todo. ¿Y sus padres y hermana?
- El señor Gabriel ya sabes normal, estuvo enfermo en estos días, pero según Gabriel nada grave, la señora Sabrina con la fundación y los niños grandes extrañándote mucho.
- Ellos si quisiera verlos, pero no sé cómo sin tener que lidiar con la familia.
- Es difícil, sabes que los cuidan mucho, a menos que los veas en el colegio.
- No es mala idea, pero me vería su chófer. Ya veré cómo resolver esa situación ¿Y mi suegra? - la pequeña bruja inocente en esta historia.
- Siendo ella misma como de costumbre.
- Me imagino que se la debe llevar de maravilla con la novia de su hijo y Lucrecia.
- No sé si se llevará bien con Lucrecia, pero creo que se tratan y con Emilia si se lleva muy bien.
- ¿Gabriel sigue teniendo el mismo horario en la oficina?
- Hasta ahora, aunque a las seis y media o siete ya está fuera de la oficina, si no está en una reunión está en…- se queda callado.
- ¿Está en dónde?
- En… cualquier parte de la ciudad o casa de sus padres - es evidente que me oculta algo. - ¿Por qué quiere saber eso?
- ¿Sabes quién está llevando el divorcio de Gabriel? me imagino que Emilia.
- No, hasta lo que nos ha dicho la quiere alejada de ustedes. Quién lleva el caso es Salvador. - el perro domesticado de mi suegra.
- Vamos a ver qué tan cierto es que ella no tiene nada que ver.
- ¿Qué vas a hacer?
- Lo que no hice hace un año y nueve meses.
- Te ves diferente, ¿me debo preocupar?
- Yo soy una chica que se sabe defender, descuida.
- No lo dudo.
Terminamos de comer el postre y se ofreció a dejarme en casa de Alessio. - ya sabes nada…
- Decir que llegaste al país. Gabriel se va a quedar sorprendido cuando te vea.
- Gabriel lo que va es a temblar de miedo si es que me busca por las malas, gracias por traerme.
- Me avisas para ir al gimnasio y darte el acceso directo.
- Yo te aviso. - le doy un beso en la mejilla - salúdame a Soraya y dile que si nos vemos mañana no se desgaste en hacer algo sofisticado cómo a Gabriel, yo soy sencilla y con cualquier cosa me confirmó, hasta con una taza de chocolate, solo quiero verla.
- Yo le digo, de verdad me alegra tenerte aquí.