Capitulo 52

3026 Words
Una hora después de camino, llegamos a casa de mis suegros, Gloria nos abre se sorprende al verme. - Niña Lucia, niño Sebastián. - ¿Cómo está señora Gloria? - le digo. - ¿Dónde está Gabriel? - pregunta Sebastián sin rodeos. - El niño no ha venido por aquí. - No nos mienta es importante - le digo. - No le miento, se lo aseguro. - ¿Dónde está la bruja de mi suegra? - ¡Sebastián!... - ¿Que? No digo nada que no sea verdad. - La señora está en la sala de estar. - Perfecto - caminamos hacia ella - suegrita ¿festejando su gracia? - se sienta Sebastián y nos mira molestos. - ¿Qué hacen ustedes en mi casa? No son bienvenidos. - Eso ya lo sabemos señora, digamos algo nuevo. - le digo - ¿Quiero saber dónde está Gabriel? - No sé dónde está mi hijo y si lo supiera tampoco se te lo diría. - Escuché esto es importante, Gabriel está muy furioso ahora y temo que haga una estupidez. - ¿Por qué mi hijo estaría molesto? - Porque se enteró que su madre es una desgraciada sin alma que es cómplice de una mentira muy pero muy grande. - Cuida tus palabras mal educado, ten respeto. - ¿Respeto por usted? Creo que la hemos respetado lo suficiente - le digo. - ¿Qué le dijiste a mi hijo que está molesto conmigo? ¿Le dijiste mentiras como lo hiciste con Gabriel? Por tu culpa mi esposo se fue de casa. - Si se fue es porque se dio cuenta la clase de esposa que tiene, y no me culpe a mí. Conoce a los Ziegermman, les encanta investigarles la vida a las personas se tardó mucho en descubrir que su esposa me ayudó a salir de la ciudad y agradezca que no le digo lo que me dijo. - Que conociéndola no debe ser nada bueno para hacer que te fueras, pero el punto es que está metida en problemas suegra y Gabriel puede estar por cometer un error. - Yo no sé dónde está Gabriel, no ha venido. - nos dice. - ¿Sabe con quién está? Puede encontrarlo usted es buena persiguiendo a sus hijos. - le digo molesta. - No lo sé, que le dijiste está vez. - Gabriel se enteró que Lucrecia le ha mentido todo este tiempo y que ese niño no es su hijo - nos mira sorprendida. - Mientes, quieres separar a mi hijo del único hijo que tiene porqué tú no pudiste dárselo. - ¡Basta con ese tema! Si no pude darle hijos no es porque no pueda sino porque su hijo me ama tanto como para arriesgar mi vida algo que a usted le importa muy poco y lo sabemos bien, pero no miento ese niño no es de él y está confirmado la pregunta suegra es: ¿Si usted ayudo a Lucrecia a mentir? - Cosa que no sería nada rara. - ¡Están locos! Jamás me prestaría para algo así, una cosa es que ustedes no sean adecuados para mis hijos, pero otra es mentirle con algo así. - ¿Por qué he de creerle? Si usted misma me convenció de alejarme de el aún con su hijo en mi vientre y se alegró de que no naciera - se lo reprochó, su mirada me dice que me quiere matar. - ¡Vaya! Que novedad, cuando creo que no me puede sorprender más se supera suegra. ¿Así que, deseándole la muerte a su sangre?, aunque no me sorprende no sería la primera vez, ¿se alegró, así como se alegró que muriera mi primer hijo? - ¿Que? - ¡Cállate! - No me grite suegra, y dejé la pose de mujer noble y delicada, aquí no están sus hijos ni su esposo para que guarde apariencias, solo los tres y sabemos que usted nos odia y nosotros no es que la apreciemos. – ese sarcasmo Sebastián es peor que el mío cuando esta enojado. - Ustedes son una plaga que vinieron a arruinarle el futuro a mis hijos, solo problemas es lo que nos han traído. - ¿Qué problemas? - le reclamo - Gabriel y yo estábamos bien y felices aun cuando hacía comentarios para que yo durará de su fidelidad, usted es quien se cansó de meterle por los ojos a Emilia y me hizo creer que me había hecho infiel, porque ahora estoy segura de que todo lo que vi fue planeado por ustedes. Así que dígame ¿qué problemas hemos traído? ¡Usted es el problema! - Nunca soporto la idea que yo me casara con Sabrina, porque era un chico de clase media que según usted tiene todo lo que poseo porque me asocie con su hijo, usted tiene una forma de querer muy extraña suegra. Dice amar a Sabrina, pero cuando le dije que nuestro hijo recién nacido acababa de morir y ella la necesitaba que fue lo que me dijo: - “si se murió es porque el destino sabía que era una desgracia venir al mundo teniendo a un padre como tú gracias a dios se lo llevo” “que si su hija estaba sufriendo que resolviera ella sola el destino que eligió” - ¿Qué clase de desnaturalizada es usted? - le digo asombrada. - ¡Ya cállate! - le grita a Sebastián. - ¿Qué pasa suegra? ¿le molesta que le recuerde esos eventos? Que nuestro pequeño secreto salga a la luz y no lo digo por mí, sino porque le dio la espalda a su hija cuando la necesitaba y hablo de su amor de madre no del dinero. Ahora resulta que no solo se alegró que mi hijo muriera, sino que también el de Gabriel, además que lo vio sufrir y sabiendo dónde estaba Lucia no le dijo nada, usted sí que no aprende. - ¿Están locos? Yo no sé dónde estabas, tampoco me interesaba con que te mantuvieras lejos de mi hijo era suficiente. - No nos mienta, como dijo Sebastián solo estamos nosotros. Usted compro los investigadores de Gabriel, a Salvador y fue Alaska cuando yo estaba en coma así que no me diga que no sabía dónde estaba. - Si es cierto que amenacé a Salvador que me tuviera al tanto de los pasos de mi hijo, y también es cierto que le pagué a los investigadores para que se hicieran los tontos y no investigarán nada, pero nunca me dijeron dónde estabas y el viaje Alaska eso fue por una obra benéfica. - ¿Qué casualidad? - Es cierto, y no tengo porque darles explicaciones, no sabía que estabas allá y tampoco me importa por mi podías estar aquí mismo siempre y cuando estuvieras a metros de mi hijo. La bruja parece sincera, pero no le puedo creer. - No importa si miente o no, el punto es que Gabriel sabe que Lucrecia le mintió y anoche había perdido el control hoy no lo encuentro, y no quiero que haga algo malo. - ¿No sé dónde está? Lucrecia es una... ¿Cómo pudo mentirnos así? Gabriel tiene una prueba de paternidad y es positiva ¿Cómo explicas eso? - Eso respóndalo usted, es buena en crear mentiras para destruirnos. - dice Sebastián. - ¿Me acusas de ser parte de este engaño? - Areola no tiene así que si la creo capaz de eso y más. - Yo también - le digo. - Pues se equivocan y si ese niño no es mi nieto, mucho mejor, la idea que mi hijo tuviera un bastardo tampoco es agradable y con una cualquiera. - ¿No que muy amigas? - le pregunto - usted sí que nació con el diploma de la hipócrita del año ¿Cómo es que el señor Ziegermman se enamoró de usted? No sé lo merece. - Amo a mi esposo y éramos felices hasta que ustedes se atravesaron en el camino. Los odio. - Por fin una verdad, - dice Sebastián - suegra los villanos nunca ganan y no creo que usted sea la excepción. Que nos haga daño a nosotros lo puedo entender hasta cierto punto, no somos nada de usted y le destruimos según usted el futuro brillante de su hijo pero que no le importe ver a sus hijos sufrir. - Y alegrarse que muera un niño que lleva su sangre. - le termino de decir asqueada - yo creyendo que nadie en la familia sabía del capitancito. - Solo nosotros tres y Sabrina lo saben - dice Sebastián - excepto que Sabrina no sabe que su madre sabe de la existencia de ese niño. - Y prometiste nunca mencionarlo, rompiste tu promesa. - dice mi suegra - Y usted prometió no atosigarla y llevar una relación cordial, pero esto no es una relación cordial. - Ustedes no deben estar con mis hijos, y eso es algo que deben aceptar. - Eso es algo que sus hijos y nosotros debemos decidir, usted no se tiene que meter, está haciendo con Sabrina lo que hizo conmigo y Gabriel. ¿Por qué? Sus hijos son felices con nosotros, pero eso usted no lo puede ver - le digo tratando de entenderla. - No pierdas el tiempo con ella Lucia, vámonos Gabriel no está aquí. - El día que sus hijos sepan la clase de madre que tiene quiero ver qué va a hacer - le digo. Cuando estamos saliendo vemos a Sabrina, se queda extrañada ve a Sebastián y le da una cachetada. - Sabrina... - ¿Cómo te atreves a venir a mi casa después de que comprobé que si me engañas? - ¿Ahora de qué hablas? - le pregunta Sebastián. - No me lo puedes negar, ayer te fui a buscar a tu hotel, Darla estaba en tu habitación y tú en la ducha. Me imagino interrumpí el momento - ¿Anoche? - lo interrumpo. - ¿No vas a decir nada?, no puedes negarlo - Podrías haber entrado y verificar lo que sucedía antes de venir a discutir. - Sabrina...- La llamo y Sebastián me detiene y niega. - Arruinaste nuestro matrimonio por ella, nuestra familia ¿Cómo me hiciste esto? - Este matrimonio no lo estoy arruinando yo y si me conocieras sabrías lo que estás diciendo. Lucia vamos. - Indaga, porque te puedo asegurar que no pudo estar con ella anoche. - le digo. - ¡Yo los vi! - No es posible Sabrina - ¡Lucia vamos! Me subo a mi coche y manejamos hasta un cafetín. - ¿Estás bien? ¿Por qué no le explicaste? - Porque no me va a creer, está alterada y molesta. Además, si piensa que la engañe es porque no me conoce. - En ese momento no pensamos bien Sebastián, yo hubiera jurado que Gabriel nunca me engañaría, pero cuando lo vi con Emilia en la cama solo me bloqueé, estaba herida, humillada y no pensaba en lo que habíamos vivido sino en lo que sucedía en ese momento. - Tal vez tengas razón, pero te has dado cuenta tu sola que Gabriel no te fue infiel, ella debe darse cuenta sola. - No lo he confirmado, aun no entiendo que paso ese día. - Ya lo descubrirás. - tomamos nuestras bebidas. - Sebastián ¿Por qué nunca le dijiste a Sabrina lo del bebe y nuestra suegrita? - ¿Por qué no le has dicho a Gabriel que su madre sabía lo del embarazo y todo lo que te ha hecho? - porque la ama - por esa misma razón que estás pensando, Sabrina estaba sufriendo para que añadir más dolor y pena a su vida. - Estos Ziegermman cuando verán lo que hemos tenido que aguantar por ellos. - No lo sé, espero que no sea muy tarde cuando lo hagan - mi teléfono suena es de la oficina de Gabriel - Hola. - Señora - es la secretaria de Gabriel - el señor acaba de llegar, está reunido con Emilia en su oficina - Bien, no dejes que salga antes de que yo llegue. - Si señora - cuelgo. - Encontramos a Gabriel. - dice Sebastián. - Iré a la oficina, está con la rata Emilia, ¿Vas estar bien? - Si, yo también debo solventar mis asuntos. - le doy un beso en la frente. Manejo a la oficina de Gabriel, ya me va a escuchar este hombre, me tiene con el corazón en la boca, buscándolo por todos lados y cuando aparece decide es hablar con la zorra de Emilia, ¿será que se enteró que fue ella quien alteró los resultados? Al llegar veo a Nicandro - tú y yo hablaremos después, que sea la última vez que te llamo y no me respondes así el señor te lo prohíba. Baja su cabeza y veo a su secretaria - el señor pidió no ser molestado, está en la sala de conferencias con la abogada. - Me importa un demonio con quién está hablando me va a escuchar, y es tarde quiero a todo el mundo fuera de esta oficina ahora. ¡Nicandro! cuando salga la... Abogada te garantizas que también vuele de aquí. Voy a la oficina y escucho. - Tú sabes que yo te amo y te esperaría siempre pero más que eso somos amigos. Y lo que te digo es verdad, nunca te he mentido...- perra. - Lo que dices es delicado Emilia. - Se que es tu amigo, pero Darla me lo dijo estuvo anoche con Sebastián y tú hermana los vio - desgraciada - me mostró fotos también te digo la verdad cuando te digo que descubrí que él se reunió con los japoneses antes y después de la demanda. Así es como quieres alejarlos, que pierda la confianza en Sebastián. - nunca te has preguntado porque me odia tanto, es porque no me puede engañar, siempre te ha envidiado, tienes tus logros, se casa con tu hermana, se lleva de maravilla con tu padre y de mil amores con Lucia. - ¡Gabriel Ziegermman! Voy a matarte - le digo al entrar - y como de costumbre tu siempre pegada como el chicle. - Estamos trabajando Lucia. - Te dije que me llamaras señora Ziegermman y si estás trabajando o no, no me interesa, y como no voy a tener la misma discusión contigo cada vez que te veo llamaré de una vez para que te saquen de aquí. - Estamos resolviendo un asunto de trabajo importante Meller - dice Gabriel sin ni siquiera mirarme y me dijo Meller, está molesto. - Lo resuelves después a esta hora dudo mucho que puedan resolver las intrigas de una zorra. - Eso lo decido yo - me mira, tiene esa mirada desafiante y fría - los celos en estos momentos son innecesarios. -lo mato. - Yo no estoy celosa - miró a Emilia - ¿Te largas de una vez o llamo alguien? - No vas a llamar a nadie estamos hablando algo urgente te dije - si definitivamente hoy Gabriela se queda sin padre - Emilia prosigue, Lucia si quieres hablar espera en la oficina o hablamos en otro momento. Así van a hacer las cosas. - Lo que decía es que... Cierro la puerta tan duro como para que Gabriel me mire con ganas de matarme, Emilia me mira como si estuviera loca por quedarme. Es estúpida si cree que le voy a dar libertad para seguir hablando mal de Sebastián. - Continua, si es de trabajo quiero saber. - le digo y camino hasta donde está Gabriel, me siento y hago algo tonto, pero lo empiezo a patear de bajo de la mesa. - Los japoneses son de cuidado y eso me llamo la atención, así que me pregunte ¿por qué esa reunión? - lo golpeó y está vez me mira, molesto, algo me dice que pagaré muy caro está gracia después de todo estoy frente al antiguo Ziegermman que conocí en un hospital. - Estuve investigando y aunque aún no tengo pruebas, creo que está detrás de todo esto - es igual a la suegrita de manipuladora y maquiavélica le escribo un mensaje a Nicandro y lo que debe hacer - por eso creo que no tienes que confiar en nadie ahora mismo. - Mira en eso tienes toda la razón y es algo que no pensé que diría - la interrumpo - Gabriel está rodeada de tantas ratas que hasta la que tiene al frente lo puede morder. - Por eso debes mantenerte a metros - me responde - lo puedes morder. - A mi marido no le molesta mis mordidas, sino todo lo contrario, pero eso es un lujo que solo yo tengo. - Estamos hablando de trabajo. - menciona Gabriel con su mirada fría. - Ya lo sé - lo vuelvo a golpear. - Con permiso - entra Nicandro y la secretaria de Gabriel - lamento interrumpir, pero llamaron del bufete de la señorita, que la necesitan con urgencia por un problema, pero no especificaron. - ¿Qué tipo de urgencia? - Creo que dijo que no especificaron ¿o no entendiste? - me mira con odio, el sentimiento es mutuo. - Parecía urgente. - Gabriel, seguimos después es importante. - Claro ve. - salen todos de la oficina y me levanto de la silla - cuando llegue a su bufete y sepa que no hay nada va a saber que le mintieron por órdenes tuyas. - Me importa muy poco, no debiste hablarme así frente a ella. - Yo hablo como deseé, pegarme es infantil y estábamos hablando de trabajo. - Claro trabajo, porque decir que te ama y hablar mal de Sebastián es trabajo. - ¿Escuchaste?, eso es de mala educación. - No me vengas con estupideces, muy concentrado tu y perfumado, además. ¡Eres un idiota, inconsciente estado todo el día buscándote, y preocupada, pero no me respondes, debería partirte un rayo! Me acerco a la ventana tratando de calmar mi rabia porque los dos molesto no es buena idea.
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