Nora, aun vistiendo el elaborado vestido de época, se apresuró hacia la entrada, sosteniendo la falda para no tropezar. Al llegar, se encontró con la imagen de Declan, todos sus músculos en tensión, mirando fijamente su motocicleta como si fuera la encarnación de todos sus enemigos juntos. Fue en ese momento cuando Nora recordó algo crucial que había pasado por alto en medio del caos de los eventos recientes. —¡Mi moto! —exclamó, corriendo hacia el vehículo con una mezcla de sorpresa y alivio. Las llaves seguían puestas, como si la estuviera esperando—. ¿Cómo llegó aquí? Declan, cuando vine, me estaban persiguiendo. Había dejado mi moto tirada en un callejón, pero mira... ¡apareció por arte de magia! ¡¿No entiendo que hace aquí?! —Su voz temblaba de emoción mientras examinaba el vehículo