Kagome
Dejo escapar un suspiro y acomodo mejor la peluca que llevo puesta. La misma que utilicé ayer para ver a Inuyasha y la misma que he used during these days. Se supone que ya no corre peligro, pero no ha despertado. Veo caminar a la novia de Sesshomaru quien al verme sonríe. Sus ojos me parecen muy bonitos mientras se acerca.
Ella no es mala persona, pero que sea policía arruina mucho las cosas. Hoy llevo ropa más tapada. Será casi imposible deducir que soy Kagome Higurashi bajo toda esta vestimenta. Soy una experta en el arte de hacerme pasar por otra persona, los disfraces se hicieron mi especialidad cuando todos parecían querer darle caza a mi cabeza. Así que convertirme en la novia ideal de Inuyasha para sus padres fue pan comido.
Es extraño dialogar con ellos y con Sesshomaru, casi quise reírme en su cara cuando el muy idiota me saludó como si fuera alguien de la familia. Si supiera que soy la misma persona por el cual tiene malas noches intentado hayarme. La novia de ese idiota bueno para nada llega frente a mi. Una linda sonrisa se dibuja en sus labios al observarme. Ni sé que demonios le causa tanta gracias, pero lo dejo estar. Lo último que quiero es que me descubran.
Le doy un sorbo a mi batida mientras espero pacientemente que la chica frente a mi reacciome y hable. Me mira durante un minuto antes de posicionarse a mi lado. Trago en seco cuando saca su celular y me mira de reojo.
—¿Kalisha verdad? —Pregunta regalándome una sonrisa.
—La misma — murmuro dejando a un lado lo que queda de mi batida.
—¿Sabes? Es extraño, Inuyasha es un chico muy hablador cuando un tema lo apasiona, pero muy silencioso cuando de robar su corazón se trata — murnura — es un buen chico — termina de decir.
—Él es especial — sonrío un poco — es un lindo idiota — ella ríe fuerte.
—Si, es a veces muy parecido a Sesshomaru. Sesshomaru tiene un don natural de para hacerme enfadar, pero como lo amo debo dejar eso así ¿no? —No digo nada y me giro a mirarla de frente.
—¿Qué es el amor? —Ella me sonríe con dulzura.
—Supongo que priorizar la felicidad de esa persona. Mientras esa persona es feliz tú lo serás — se encoge de hombros — cuando esa persona te hace sentir mucho y sientes que solo le pertenece a él. O por lo menos eso es un poco de todo lo que Sesshoqmru me hace sentir con solo un beso — le sonrío — él es mi chico ideal — murmura como si fuera un secreto.
—Eso no lo dudo, hacen bonita pareja—mi celular vibra—vengo enseguida—ella asiente.
Me alejo y camino hasta un pequeño parque cerca del hospital, no puedo exponerme a que Sesshomaru capte cualquier cosa rara en mi. Saco mi celular y veo unos mensajes de Sango. Naraku ha actuado. Pensar que supuse eso casi me da risa, pero como sabía que él iba a atacar de primero supe jugar un plan. Dejarlo atacar y creer que gana, para luego mandarlo al infierno.
Apago la pantalla y lo devuelvo a donde estaba. Miro a mi alrededor, muchas personas están tranquilamente camianndo, otras llorando. Es deprimente tener un parque cerca de un hospital, es una suerte que Inuyasha ya este bien o ahora mismo este país no seria ni la pequeña cuarta parte de lo que es, yo me hubiese encargado de encontrar a Naraku y mandarlo yo mismo al país de los sueños, para que de allá lo envíen directamente al infierno.
Un suspiro se escapa de mis labios, siento el agotamiento de estos días, hemos tenido unos encargos que Naraku ha jodido, claro que no todos, aún asi eso solo provoca que el trabajo aumente sin medidas. Siento movimiento a mi lado y giro un poco. Me encuentro con unos preciosos ojos observándome.
Izayoi Taisho tiene que ser la mujer que a su edad se vea tan bien. Su cabellera oscura danza suelta mientras me dedica una pequeña sonrisa que no dudo en devolverla. Cierto, ella cree que soy la dulce chica con la que su hijo sale, no puedo arruinar sus esperanzas y que se de cuenta de que su hijo le pertence a una pandillera que su hijo mayor persigue, jodido para algunos, entretenido para mi. Es tan entretenido meterme en una familia donde el eje del peligro soy yo. Donde unos padres solo quieren proteger a sus hijos del peligro, pero el mayor persigue ese peligro y el mejor fue declarado como suyo al peligro. Muy entretenido.
—¿Estas bien? Te vi venir y parecías algo decaída cariño—le regalo una sonrisa.
—Estoy bien, solo preocupada—murmuro con mi voz suave y dulce. Ella suspira y acomoda el abrigo que lleva. Veo como sujeta un collar que descansa sobre su pecho, sus labios cereza se juntan, mira al frente y al parecer sus pensamientos caen lejos de aquí, porque por un momento no parece que yo estuviera cerca, se ve tan lejana.
—¿Inuyasha cierto?—trago y asiento. No necesito hablar mucho, no quiero involucrarme demás, suficiente tiene Sango con su preocupación por mi.
—Él... ¿despertará cierto?—pregunto en un murmullo débil.
—Inuyasha es muy cabezón como para quedase así, el odia dormir ¿sabes? Dice que ese tiempo en el que su cuerpo pasa haciendo nada, el podría aprovecharlo en devorar un libro y buscar información interesante que le sea útil, mi niño es muy inteligente—río un poco, eso suena mucho a Inuyasha.
—Es un chico especial, parece no tenerle miedo a nada, es tenaz, muy tenaz—comento soltándome un poco con esta dulce mujer.
—Y cabeza dura para el peligro—ella me mira diretamente a los ojos—¿de verdad son pareja? Cariño, no te lo tomes a mal, pero Inuyasha me ve como una amiga. Él me cuenta de todo lo que hace, así como las chicas que han hecho su corazón latir y nunca te ha mencionado o nunca a mencionado algo acerca de ti, es por eso que me encuentro raro todo sobre ti. Inuyasha suele ser en algunos casos un poco renuente a darme información, pero nunca me ha ocultado una chica. Y dudo que él quisiera ocultar una chica tan bonita como tú—bien, la señora me ha dejado un poco en desventaja, no sabia que la relación que Inuysha mantenía con su madre era tan cercana como para que le contará sobre esas cosas. Pero me hace sentir algo en el pecho, saber que tienen esa confianza, pero aún asi no ha dicho nada de mi me llena de orgullo. Él no me ha traicionado.
—Él, el es mucho mas de lo que esperé—comento dejando escapar una bocada de aire—no sé razones tuvo para no contarle, pero debo decirle que nos gustamos y mucho. No soy un juego para él, eso me lo ha demostrado—sonrío porque es cierto, no soy un juego para él, en todo caso él es un juego para mi, mi entretenimiento personal.
—¡Mamá!—el chillido de Sesshomaru hace que Izayoi deje de mirarme—ya despertó—veo las lágrimas en sus ojos y prácticamente correr al hospital. Veo su siluta perderse y me pongo de pie, ya que en algún punto Izayoi y yo tomamos asiento. Mi mirada cae en Sesshomaru quien con algo de misterio me mira directamente. Estoy tentada a sacar mi arma y apuntarle directamente a la cabeza y que desaparezca, total, él solo causa problemas. Si no hubiese sido hermano de Inuyasha y un policía con algo de suerte para morir, hace tiempo hubiese acabado con él.
Ignorándolo camino alejándome de él. Veo a uno de sus subordinados corriendo donde él con una sonrisa. Uhm, como que debo darme prisa en ver a Inuyasha. Corro dentro del hospital y veo a Izayoi saliendo con una sonrisa y el teléfono en la oreja. Se aleja un poco y entro ignorando si alguien tiene ganas de entrar.
Mis ojos de inmediato captan movimiento. Lo veo abrir sus bonitos ojos dorados y jadear, casi me parece tierno porque a pesar de nadie darse cuenta él sabe que soy yo. Lamo mis labios y le regalo una sonrisa que él me devuelve con otra. Hace una mueca de dolor al moverse y me acerco a Inuyasha. Solo por hoy no seré la chica intensa que lo acosa tanto que puede. Me siento en silencio en la orilla de la camilla cerca de él.
—Hola guapo, quisite asustar a todos ¿eh?—preunto con una sonrisa divertida en mis labios.
—Eso parece—murmura haciendo una mueca—me duele un poco hablar—confiesa con una sonrisa avergonzado—¿qué haces aquí? Sesshomaru podría descubrirte, eso te traería problemas—dice y ruedo los ojos, a veces es demasiado correcto.
—Queria saber como seguía mi juguete—murmuro—pero como estas bien puedo volver a mi rutina—él suejta mi muñeca.
—Kagome—él suspira—no quiero que mates a nadie—le regalo una amplia sonrisa.
—Lo siento muñeco, sangre es lo que se va a derramar, eso que te hicieron solo fue una alerta de que una guerra se avecina, ya sabes, una guerra de pandillas—él suspira.
—¿No puedo hacer nada para que cambies de opinión?—niego rápidamente—es muy peligroso Kagome—ruedo los ojos.
—¿Y? Si no lo fuera dejaría de ser divertido, eres mi juguete, no te preocupes tanto por mi, piénsalo de esta manera; si me matan ya no te joderé más, tu vida será normal otra vez sin mi—comento tranquilamnete. Inuyasha ejece fuerza y me hala hacia él. Mi cara impacta en su hombro, me hace levantar la cabeza y su mano se posa en mi majilla haciendo que lo mire directamente a los ojos.
—Nunca dije que quiero que mueras—él pasea un dedo por mis labios y lo miro enarcando una ceja—no quiero que mueras Kagome—mordisquea mi labio inferior y aprieto las sábanas.
—Morir es mi segundo nombre Inuyasha, siempre estare cerca de la muerte, asi que sirve de nada preocuarse—susurro sobre sus labios. El lame donde mordió y me alejo, veo la confusión en su mirada—no calientes algo que luego no puedes enfriar—él me da una sonrisa.
—Por lo menos ahora no puedo enfriarlo—vaya, sonrio y me lavento—¿ya te vas?—asiento.
—No se cuando vuelva por aquí, pero tienes que estar atento, vendrán por ti-—aconsejo—mis chicas te cuidaran asi que copera ¿si?—él escucha atentamente—adiós muñeco—él rie y salgo del cuarto. veo a Sesshomaru serio y el levanta la vista encontrándose conmigo—¿pasa algo?—pregunto caminando hasta el con aire dulce.
—En realidad si, ¿puedo hablar contigo en un lugar más privado? Es sobre mi hermano—asiento y me dejo guiar por él. Nos guía al parqueo decierto del hospital y suspiro.
—¿Y bien?—él queda frente a mi.
—Inuyasha es muy especial ¿verdad?—pregunta sonriendo. Le devuelvo la sonrisa falsa y lo miro.
—Es un chico realmente admirable—él asiente.
—¿Qué te hizo ir por él? ¿Por qué es mi hermano?—mi sonrisa cae y la de él crece. Saca una pistola y me apunta—Inuyasha no parece la clase de chico que una persona como tu acosaría. ¿Cuál fue el motivo por el cuál mi hermano quedó estancado en una guerra de pandillas? Responde Kagome Higurashi, la pandillera que me ha dado dolores de cabeza, es pequeño el mundo ¿eh? Mira donde te vine a encontrar—esto no me lo esperaba. Sesshomaru me ha descubierto.
—¿Cómo lo descubriste?—pregunto cruzada de brazos.
—Desde que te vi supe que había algo raro en ti, dejé una grabadora y ese mismo dia admitiste que se avecina una guerra, y que eres Kagome Higurashi, nunca serás mas inteligente que yo. Fue estúpido que vinieras a mi. Ahora responde a mis preguntas, ¿Cómo prefieres?—pregunta con una sonrisa desuficiencia—¿Kagome Higurashi o la líder pandillera?—y su maldita burla solo hace que mi ira crezca.