53. ADIÓS AL INTERNADO

1933 Words
Travis Un perdón puede marcar la diferencia, un indecoroso secreto puede ser el comienzo de un amor, pero la pasión que aprendimos a desencadenar Mik y yo es algo que siempre agradeceré hacer con ella, pues aun cuando en estos meses nos desprendimos más del otro buscando diversos amantes, en nuestra unión permanecía la intimidad, una que marcaba la diferencia. Ella, al igual que yo, tuvo encuentros con otras personas al separarnos en diciembre, y en enero cuando la llamé por “orden” de cierta pequeña explicándole mi comportamiento, nos confesamos al otro sobre estos actos sin dejarnos nada al aire, aunque esa conversación la tuve después de que se fue la pequeña luna (aunque ahora para mí es Phae) pues no deseaba perder más tiempo del necesario, así como también llamé a mi padre pidiéndole hablar después con más calma dejándolo a su vez con la premisa de una disculpa y un perdón. Así, a lo largo de este semestre, fue la última etapa que Mik y yo debimos atravesar llegando al fin el día de nuestra graduación diciéndole adiós a esta institución que, por azares del destino, nos unió en muchos sentidos siendo hoy un día espléndido para escaparnos a algún rincón del enorme recinto para entregarnos una vez más antes de la ceremonia. Claro, no podía faltar la adrenalina en nuestras venas siendo el empujón que necesitábamos para disfrutar más la pasión que tenemos por el otro. —Inclínate. Mik, evitando desconectarnos, recogió sus piernas y llevó el torso hacia adelante deslizando sus palmas en mis músculos. Al tener las vendas enrollando su cintura, me aferré a estas convirtiéndome en su mejor apoyo y me deslicé apasionado entre sus fauces. Vislumbrarla removerse por mi actuar resultaba más excitante, el tiempo acabándose me devolvía al último juego que tuve con mi enigmática Phae quien me dio un gran recuerdo y una última promesa al decirme que vendría a mi grado, pero hace unos días recibí la triste noticia de que ella y el tío Marc debían estar presentes en un trabajo en México. —Trav… Entre la melancolía, la pasión y el afecto, rodeé mi brazo al frente de su cintura y la atraje penetrándola con el último deseo que no quise contener más, pero no solo derramé el éxtasis, sino que intensifiqué el suyo al masturbarla enérgico sin darle tregua a respirar o escapar, disfrutando más de cómo se retorcía entre mis brazos hasta que las múltiples convulsiones me aprisionaron en su interior siendo solo felicidad exhalada en cada respiración. —¿En qué pensabas que te fuiste algunas veces? —cuestionó agitada acomodándose mejor sobre mis piernas. —Que nos queda poco tiempo para arreglarnos y si no nos damos prisa descubrirán lo que estuvimos haciendo. —¿Miedo o reto, joven Oz? —nada como la intimidad y más al deslizar sus labios sobre los míos… —Ninguno, solo quiero disfrutar este día en paz. —¿Qué te hace pensar que no ocurrirá? —Sé que sí, pero quería que ella estuviese con nosotros y más porque ustedes dos se acercaron bastante en estos meses. —Más de lo que podría admitir —un suave beso me hipnotizó en su misterio de oriente—. Vamos a prepararnos, recuerda que debo hacer doble cambio de ropa con tanta actuación. —Por suerte será la última, ya en la universidad serás tú por completo —la tristeza se marcó en ella—. ¿Qué pasa? —Nada, solo me entristece saber que no seguiremos juntos. —Pero dijiste que estarías en Londres, solo es cuestión de coordinar las visitas. No te desanimes —entre fugaces besos volví a alegrarla. Regresamos a la habitación preparándonos rápidamente y una hora después nos encontramos con nuestras familias reunidas en el recinto junto a Walken y Xun, siendo la actitud de Ming Lawless la que más llamó mi atención al reír sincera (o eso creo) con mi madre, aunque era evidente que prefería mantener la distancia con mi padre, pero no lo evidenciaba. Asimismo, durante la ceremonia, fue imposible no sentir una extraña sensación de sentirme observado entre las sombras, pero por mucho que revisé no pude encontrar a nadie, quizás en el fondo quería que la pequeña estuviese escondida en algún lugar y durante un tiempo lo creí, solo que esa esperanza se disipó en cuanto me llamaron para recibir el diploma y en tanto tomaban las fotografías, observé a mi padre quien me dio una negativa al descubrir lo que buscaba. A pesar de todo me mantuve en la mejor actitud, no estaba dispuesto a dañar un día tan importante para nuestras familias, así que después de la ceremonia debimos esperar a que Mik se volviese a cambiar y partimos a un restaurante donde ya tenían un banquete para nosotros, lo mejor de todo es que pudimos celebrar en compañía de Walken y Xun por petición de Mik y mía al ser dos personas que nos ayudaron bastante en este tiempo. —Parece que ya tiene su futuro establecido —comentó Ming con su atención fija en mí—. Mi hija nos comentó que adelantaste la universidad y llevas un año de estudios. —Sí, señora, no ha sido fácil, pero estoy seguro de mi decisión. —¿Y ya tiene una especialidad? —Pediatría —respondí orgulloso observando a mi madre que iluminó la mesa con su cálida sonrisa—, quiero cuidar de las futuras generaciones. —Entonces nuestros nietos quedarán en excelentes manos —el comentario de Lawless me inquietó un poco al quedársenos viendo a Mik y a mí, pero no quise hacerme ideas extrañas. —Con mi hijo al frente no habrá problema —dijo mi padre en un tono de antaño que me emocionó—, Travis siempre gustó de estar con niños, es muy inteligente, protector y sabe lidiar con los adultos, así que le irá bien. —Por algo consiguió la beca completa —quedé frío en cuanto Xun dijo eso sacando un sobre de su abrigo—. Quise dártelo antes, pero consideré que este sería el mejor momento al estar todos reunidos. Felicidades, Trav —abrí el sobre sin creer todavía lo que decía, todos estaban a la expectativa a excepción de él y mi padre, pero ahí estaba la confirmación. (…) Cerca del atardecer, me alejé unos minutos para despejarme, eran tantas emociones que no sabía cómo procesarlas. —¿Abrumado? —Xun me extendió un trago acomodándose en el balcón del jardín junto a mí. —Un poco, pero no creo que deba beber hoy. —Claro que sí, es una fecha importante y debemos celebrar que por fin terminaste esta etapa. —¿Y qué pasará después? —Te queda la vida entera para disfrutarla, todavía tienes oportunidades de equivocarte, de enamorarte, pedir perdón y aprender de los hechos y las personas que te acompañen. —Xun, ¿crees que…? —No —interrumpió tajante intimidándome—, no intentes buscar respuestas en otros cuando sabes en dónde encontrarlas y menos cuando ya las sabes. —¿Entonces? ¿Qué puedes decirme que sea nuevo y útil? —una extraña aura vibró en él al sonreír a la nada, era como mi padre cuando la nostalgia lo golpea. —Ama intensamente, no dudes cuando lo sepas, solo hazlo y cuida ese amor, vívelo como si fuese el último día que lo tendrás entre tus manos, pero no lo digo solo en un sentido romántico, sino con tu familia, tus amigos y hasta a tus enemigos, porque incluso para odiar hay que hacerlo con pasión. En un suspiró el aire cambió siendo ese consejo el más significativo en este día. —Gracias, Xun, creo que no pude tener un mejor guía en esta etapa de mi vida —extendí mi vaso queriendo brindar—, espero seguir contando con tu amistad y si no es abuso, con un padre más en mi vida —el cristal sonó con su sonrisa que se difuminó al beber, pero la sorpresa más grande fue el abrazo que me dio. —Gracias por permitirme ver a mi hijo cumplir este sueño a través de ti, y ten por seguro que te ayudaré en todo lo que haga falta, hijo, solo no dejes a Oz de lado, a pesar de todo sigue siendo tu padre. —Lo sé, pero todo a su tiempo, ¿o no? —¡Por fin aprendiste! —una cómplice risa apaciguó las dudas—. ¿Qué te parece si te llevo al dormitorio? Imagino que querrás cerrar con broche de oro junto a Mikehl. —Preferiría ir a otro lugar con ella, la despedida en Harrow ya la hicimos. —Tú dame la dirección y los llevaré, pero primero cámbiense por algo más casual y despídete bien de todos, tus padres viajarán mañana y debes dejarle una buena impresión a Olivia. —¡Claro que lo haré! No los quiero encima de mí hoy, en especial a mi padre. —Igual él sabe las cochinadas que haces y ya verás que se pondrá mejor en la universidad. —No me lo recuerdes… (…) Una hora después —Gracias por traernos, Xun. —De nada, preciosa, nos veremos después —Xun nos dio una última mirada a Mik y a mí antes de partir dejándonos en una zona comercial. —¿Te gustaría ir a un bar, al hotel o…? —Prefiero caminar, necesito relajarme después del ajetreo de hoy. —Pareces un poco desanimada. —No exactamente, es solo que será extraño no tenerte como compañero de cuarto. —¿Y por qué no vas a Birmingham conmigo? Allá también puedes estudiar la carrera que desees. —¿Y el dormitorio? —Por una vez en la vida que usemos los contactos de nuestros padres no pasará nada malo e igual tu padre estará más tranquilo al saber que sigues conmigo. —No lo dudo, incluso apostaría que estaría feliz de tenerte como yerno. —¡¿Y quién no?! —¿Oz, eres tú? Creí que había venido con tu hijo —nuestro sarcasmo sigue siendo el mejor para sacarnos una risa. —¿Mikehl? —la alegría se borró de golpe al encontrarnos con un sujeto que la paralizó por completo. —¿Qué haces aquí, Ji-Yoo? —Necesitamos hablar, papá quiere verte. —¿Papá? —susurré comprendiendo la situación, una en la que ella había pasado del temor y la confusión a la furia. —¡Ese hombre no es mi padre y tú no eres mi hermano, así que devuélvete por donde viniste y déjame en paz! Solo dos segundos necesitó para aferrarse de mi mano y emprender la huida de su hermano quien no se quedó atrás. —¡¿A dónde vamos?! —¡Donde sea, Trav, pero no dejemos que nos alcance! Por desgracia nos habíamos alejado bastante de las calles al adentrarnos en Real Pass, zona donde no había paso de ningún tipo de vehículo y lo peor era que su hermano nos pisaba los talones. —Da la vuelta. —¡¿Estás loco?! —¡Eso ya lo sabías! —¡Lo digo en serio, Travis! —¡Solo hazlo! Nos detuvimos en seco dándole frente al hombre a quien empujamos a un lado dándonos tiempo extra en lo que salíamos del lugar, pero si las cosas ya iban bastante mal, la vida nos demostró que se pondría peor al encontrarnos la golpeada figura de Gharbi a metros de nosotros dispuesto a asesinarnos.
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