38. FUTURO EN BIRMINGHAM

2129 Words
—¡Mierda, ¿por qué tenía que venir justo ahora?! —Porque ese es él, pero mejor démonos prisa antes de que entre. —¡¿Estás loca?! ¡No puedo salir con esto! —señalé mi dura entre pierna a lo que ella sonrió perversa dando una lamida que me enloqueció. —“Esto” es lo más irónico del asunto, porque ni aun con el susto se te baja. —¡Ya deja de burlarte de mí y date prisa! —reñí levantándola—, usa una sudadera y una camiseta, sobre tu cama creo que arrojé mi saco. —No usaré un saco, ¿sabes el calor que tengo? —No querrás que descubra un par de cosas extras, ¿o sí? —besé sus senos robándole enseguida otro beso de su boca—. Ve, te espero para continuar —le di una fuerte nalgada en cuanto dio la vuelta haciéndola respingar de una forma muy linda y sexy a la vez. —Tenías que ser un Oz. —Y a mucha honra por esta vez. Ella salió enseguida con una risa tan descarada como la mía, aunque yo no podía evitar quitarme la erección ni las sensaciones dejadas por ella minutos antes. Sin embargo, se me hizo extraño no escuchar a Reinold en la habitación, mas ella ingresó al poco tiempo con un semblante que me dejó con más preguntas que respuestas. —¿Qué pasó? —Enfríate y cámbiate, te esperan en el lobby. —¿Quién? —su sola expresión me lo dijo todo al comprender que Reinold no le dio detalles—. ¿Y qué pasó con la inspección? —Nos dejará libres por ganar las nacionales, pero te sugiero apresurarte, parecía serio el asunto. Esta vez no perdí tiempo, me cambié y partí lo más rápido posible encontrando a mi padre junto a Xun, y por las caras que traían era evidente que no se trataba de algo bueno, aunque ambos cambiaron su aspecto al acercarme. —¿Está todo bien? —Sí, Livi y yo partiremos a Nueva York, le pedí que se adelantara a comprar los boletos. —¿Por qué? —Al parecer dos adolescentes sacaron de casillas a cierta pequeña y ella en su afán por huir tropezó lastimándose más, por lo que debo asegurarme que no hayan empeorado su condición. —De acuerdo, los llamaré después para saber cómo sigue —intentaba mantenerme firme, pero la angustia me carcomía por dentro. —Descuida, estará bien —él se acercó comprensivo acunando mi rostro—. Estamos muy orgullosos de ti, lo hiciste excelente hoy. —Papá, ¿podría ir con ustedes? Quisiera… —No —cortó tajante—, sé que no es grave o Marcus ya habría perdido el control y de igual forma hablé con ella, solo preocúpate por ti que después te contaré lo ocurrido —no sabía si creer en él o no, pero igual asentí resignado—. ¿Quieres que le diga algo? —Espero que se mejore y que me disculpe por no ir, cuando vaya la compensaré. —Claro que lo harás y si me permites una sugerencia, búscale un postre delicioso, con eso pisarás fuerte. —Lo haré. Gracias por venir —sus azulados iris me atravesaron con nostalgia al acariciar mi mejilla. —Adiós, mi pequeño. —Adiós, papá. Sé que debería confiar en él y lo hago cuando se trata de un ámbito profesional, pero verlo partir esta vez mientras yo moría de la angustia por ella no me ayudaba en nada. —Tranquilo, ya te dijo que todo estaba bien. —Lo sé, Xun, pero ahora mismo no servía que me diese esa noticia. —Agradece que no te reclamó por estar jugando con la coreana —estaba a punto de responderle cuando hizo una señal de silencio al escuchar a Reinold a lo lejos—. Salgamos un rato, tu “amigo” podrá esperarte. Y así fue, dimos una silenciosa caminata por el campus hasta su residencia (que está dentro de esta) y ahí me ofreció una cerveza dejándola junto a un sobre amarillo, aunque no tomé ninguno de los dos. —¿Qué es? —Bébela, la necesitarás. —No soy bueno con el alcohol, si es que pretendes algo más. —No me acostaré contigo, no eres mi tipo —destapó ambas entregándome la mía—. Solo siéntate y bébela. —Bien, ¿y qué con el sobre? —lo abrí al darme una señal insistiendo con lo mismo, pero quedé más confundido al encontrar unos tiquetes de tren de Londres a Birmingham—. No dudes cuando cada parte de ti esté segura de algo, Travis, llevas muchos años pensándolo y ahora tienes la seguridad de qué es lo que quieres. —No entiendo. —Cumple tu sueño, sé un reconocido pediatra y no lo hagas nunca bajo la sombra de tu padre, crece por ti mismo que el apellido Oz no te respaldará tanto como imaginas, no si te someterás a vivir como un esclavo de las ideas que tienes sobre este. Si antes estaba confundido, ahora era peor… —¿C-Cómo lo…? —Encontré los papeles en tu escritorio y algunos libros de medicina, también hablé con tu amiga, aunque igual no es nuevo este tema para mí, ¿o sí? —No, pero nunca te confirmé nada y… —Siempre supe que esto era lo que querías aun cuando estabas indeciso, pero ya no, es simple miedo a fallar —y yo que creía que mis padres y Walken eran los únicos que veían a través de mí… —¿No crees que me vea como su sombra al estudiar medicina? —Dime tu nombre completo —ordenó firme al inclinarse intimidante hacia mí. —Travis Benjamin Oz Clyde. —Nunca lo olvides porque ese es tu nombre, no el de tu padre, no el de tus hermanos, no el de tus tíos ni siquiera será el de tus hijos, es tuyo —señaló a mi pecho sin apartar su atención de mí—, eres Travis Benjamin Oz Clyde, no eres tu padre y puedes hacer tu vida como mejor la consideres. —Pero… —Es cierto que tienes un pasado, pero eso no podrás cambiarlo, lo que sí puedes cambiar es tu futuro y la única forma de hacerlo mejor es tomando las decisiones correctas en el presente —me mostró de nuevo los tiquetes—, y este es tu presente, Travis, así que tómalo —así hice sin saber bien cómo procesar esto. —¿P-Por qué Birmingham? —Hablé con un conocido allá, él te dará un tour por la universidad, te explicará el papeleo y demás, pero si deseas solicitar la beca entonces te sugiero comentárselo desde el comienzo, solo recuerda que él te ayudará a agilizar el papeleo, pero obtener la beca y mantenerte depende enteramente de ti. —N-No te enojes —tragué grueso dándole un sorbo a la cerveza—, pero sigo esperando que me digas que es una broma. —No lo es. —X-Xun… —Por cierto, el otro tiquete es para Walken. Tu padre y yo hablamos y es mejor que él te acompañe para preguntar lo que corresponde y que te guie en su nombre. —¿Mi padre? —Sí, se lo conté antes de irse y estuvo de acuerdo, pero por la condición de la pequeña intrusa no pudo asistirte, por eso lo hará Walken. —No sé qué decirte, me cogiste desprevenido y —mis ojos pasaban de los tiquetes a él con mil emociones a flote, aunque una cosa sí tenía segura en mi cabeza—… Gracias, Xun, esto significa mucho para mí, no sé cómo pagártelo. —Yo sí. —¿Cigarrillos y alcohol de por vida? —reímos por mi tonta broma ganándome una amistosa palmada en el hombro de su parte. —Tentador, pero no, solo escoge tu camino y no olvides que eres el único dueño de tu vida. Si esto es lo que quieres, lo conseguirás. —¿Por qué tanta fe en mí? —un pesado suspiro lo hizo sentarse a mi lado con la más profunda tristeza jamás vista hasta ahora. —Hace muchos años no hablo de esto, pero una vez te dije que vine de China por un problema —asentí—. Allá era alguien importante, tenía un trabajo con buena paga, buena posición y también tuve una familia. —¿Una familia? ¿Y por qué nunca lo mencionaste? ¿En dónde están? —al encender su cigarrillo fue como ver la melancolía de mi padre y comprendí que lo siguiente no sería bueno. —En la vida siempre habrá alguien que te envidie y más si eres un buen hombre que sigue las reglas, en mi caso yo era de esos que iba al pie del manual, era feliz con mi esposa y nuestro hijo, pero alguien envidiaba lo que tenía, se aprovechó haciendo uso de sus contactos y con el tiempo escaló hasta tener una posición política superior. —Xun… ¿qué te hizo? —mi voz se perdía solo de imaginar lo peor al ver el odio y el dolor apoderarse de él. —Toda mi felicidad se fue un día al regresar del trabajo, pero él olvidó una lección de vida primordial que tú tampoco deberás olvidar nunca, Travis: Cuando una persona no tiene nada que perder, es mucho más peligrosa —tragué en seco con el corazón a punto de detenerse. —¿Qué hiciste? —Lo torturé hasta la muerte por arrebatarle la vida a mi familia y confórmate con ese título —advirtió tajante a sabiendas de lo curioso que soy—. Por desgracia su ascenso hizo que el gobierno chino me buscase por todas partes, debí esconderme en las alcantarillas para sobrevivir y al final recurrí a mi hermanastra, por suerte ella usa el apellido de soltera de su madre y esto impidió que fuesen tras ella, así que Liǎn me contactó con alguien que me ayudó a escapar trayéndome a Londres. —Lo lamento…, no sabía… —No tenías por qué —estaba conmocionado… Tenerlo todo y perderlo de un momento a otro es difícil de imaginar…—. ¿Sabes? Si mi hijo siguiera con vida hoy sería un profesional y quizás a vísperas de casarse, por eso quiero que sigas tus sueños, quizás tú triunfes donde él no pudo. Jamás creí que él me apreciara tanto, pero si se atrevió a contarme algo tan personal y apoyarme en mi futuro entonces no debía dudar, no cuando él confiaba tanto en mí. —Gracias, te prometo que no te defraudaré. Lo abracé fuerte imaginando por un instante a mi padre, pues ambos tienen tantos parecidos que me es imposible no verlos reflejados en el otro y quizás, pero solo quizás, mi padre podría ser él si a mí alguien… ¿O no…? —Sé que no lo harás, Travis, así que triunfa por mí, cumple el sueño de mi esposa y el mío y vive la vida que nuestro hijo no pudo tener —sus brazos me aprisionaron más fuerte—… Sé que te molesto mucho, pero veo tanto de mi hijo en ti que a veces no sé si sonreír o llorar… Este podría ser mi padre, ese podría ser yo en unos años si jugaba mal mis cartas con Gharbi o cualquier otra persona que quisiera dañarme o a los míos, pero no dejaré que pase. —Salvaré tantas vidas como pueda, Xun, y no solo como pediatra, sino también como un hombre de bien y te haré sentir orgulloso —me apartó un poco detallándome de una forma muy especial que aceleró mi pulso al ser tan penetrante como mi padre. —Ya estoy orgulloso de ti… Todos lo estamos, aunque… —¿Qué? —Algo me dice que tus días estarán movidos en unos años. —No me molestes más con lo del sexo y menos con universitarias —pedí avergonzado ya que él me ha visto con unas cuantas. —No lo digo por eso —su tétrica voz e inquisidor semblante eran de temer. —¿Entonces? —Tu chica te lo demostrará después. —¿Mik? No está interesada en medicina. —Hablo de alguien más pequeña… solo una pequeña intrusa en tu vida. Lo dicho, mi padre y él son muy parecidos en muchos aspectos, pero cuando se trata de dejarme intrigado y más al dejar enigmas en mi camino es cuando más se ponen de acuerdo… ¿Será que algo pasó entre Xun y la pequeña que no han querido decirme?
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD