27. MALOS ENCUENTROS

2213 Words
Me planteé en pocos segundos muchos escenarios en mi cabeza, quizás hasta darle un ultimátum si buscaba algo más, pero quien me preocupaba en realidad era Mik al no saber si llegarían a lastimarla. —Vete, Mik, pase lo que pase no mires atrás. —¡¿Estás loco?! ¡No te dejaré solo con esos matones! —¡Solo vete! De pronto recibí un fuerte empujón que me llevó hasta la pared en lo que Mik era sujetada por los dos amigos de Gharbi. —No perderé la oportunidad de mostrarle a tu noviecito la porquería que eres, maricón. Un fuerte golpe en el estómago me hizo bajar la guardia, pero ahora no sé si es peor que ellos crean que Mik es hombre o que sepan que es una mujer, aunque en unos segundos descubrí la respuesta en cuanto ella gritó preocupada mi nombre y les exigió que me dejaran en paz, por lo que Gharbi rio perverso golpeando su abdomen seguido de otro golpe en la cara que disparó algo en mi cabeza, un impulso que conocía a la perfección y hacía años no experimentaba desplazando esa oscuridad por mis venas. Una vez más, igual que en aquella ocasión, mi sangre fue cambiada por esa sustancia que eliminó mi raciocinio dejando reaccionar solo al impulso natural y primitivo que golpeó a Gharbi por la espalda hasta aventarlo contra la pared, después me fui contra el par de gorilas alejándolos de Mik sin importarme los golpes que me dieran, no sentía dolor, no sentía nada excepto odio y desprecio por ellos, en especial por Gharbi quien enseguida reaccionó viniéndose contra mí en una pelea de tres contra uno, solo que este uno supo darles batalla al saber defenderse y más importante aún, al ser ella mi mayor prioridad. —¡Travis, cuidado! No sé de dónde la sacaron, pero uno de ellos reventó una botella que iba directo a mi cabeza y que gracias al grito de Mik pude evitarlo clavándose algunas esquirlas en mi campera, entonces ella apareció con una gruesa rama golpeando a Gharbi quien me llevaba hacia la carretera entre golpes. —¡Déjalo en paz! Ella le dio más fuerte hasta que él logró detenerla intentando quitarle la rama, pero Mik batalló evitándolo y en vez de eso la empujó consiguiendo golpear su ingle con la punta, entretanto, yo me enfocaba en los otros dos que cada vez parecían más agotados al no saber defenderse y menos de alguien con entrenamiento en judo, pero justo cuando aparté a esos imbéciles aventándome contra Gharbi quien estaba a punto de golpearla, fuimos detenidos por unos policías que aparecieron sin más arrestándonos a todos. En eso mis ojos se enfocaron en ella ignorando los insultos de ese infeliz, me inquietaba lo que le decía al policía que la contenía queriendo esposarla, por desgracia no alcancé a escuchar ya que en eso me llevaron al auto y de ahí derecho a la estación con los demás sin saber qué pasaría con ella al no ingresar en ninguno de los vehículos. (…) Cerca de un par de horas habían transcurrido desde que llegamos a la estación y en cuanto se dieron cuenta de que Gharbi quería seguir peleando conmigo, me llevaron a otra celda en solitario dejándolos con algunos sujetos que por la apariencia daba mucho por desear. —Oz, ya puedes hacer tu llamada. —¿En dónde está Mikehl? —pregunté al alejarnos lo suficiente. —Eso no te interesa, haz tu llamada o te regreso a la celda. Sin más opciones, decidí llamar a Walken al no querer deberle otra a Xun, de por sí es excelente para cobrar y cuando no se le paga a tiempo puede ser peligroso (un error que le costó muy caro a Jhon en su momento…). Para mi suerte, logré encontrar a Walken en su casa y al cabo de una hora apareció en las celdas ordenándole al oficial que me sacara para declarar, ya que solo nos arrestaron y ficharon por desorden público y una cantidad de estupideces más que no quise ni prestarle atención por andar pensando en una mujer de quien todavía no sabía nada. —Gracias por venir lo antes posible, no sabía si te encontraría. —Agradece que cancelé mi vuelo gracias a cierta persona —Walken señaló con su cabeza hacia un salón donde se encontraba Mik sentada viéndome entre la angustia y el alivio. —¿Cómo…? —Mi asistente recibió una llamada diciendo que estabas en problemas, pero no hubo más detalles, imaginé que llamarías a casa y me devolví logrando contestar a tiempo. —¿Y cómo supiste de quién se trataba? —Al llegar nos encontramos y me explicó por encima la situación, pero no te preocupes, hablé con un viejo contacto aquí para que te sacaran de inmediato y también pedí un favor —murmuró lo último con ese habitual tono demencial y misterioso tan propio de él. —¿Qué pediste? —A los tres idiotas los dejarán veinticuatro horas hasta que comience el plazo para pagar la fianza, así no los molestarán en un tiempo. —Gracias, Walken, te debo una grande. —Serán dos, porque no creo que quieras que tu padre se entere ni mucho menos tu madre. —No, ninguno —murmuré avergonzado. —Quita esa cara, mejor vamos a casa para atenderlos, hoy pasarán la noche allá. Después de algunas formalidades y papeleos, finalmente logramos salir a su casa donde pudimos descansar un poco, Walken nos atendió uno a uno comenzando con ella en lo que yo le auxiliaba con lo que necesitara, pero me dolía verla golpeada, en especial por cómo quedaron sus manos al forcejear por la rama. —Estoy bien, al menos no me arrojaron una botella —bromeó sacándome una sonrisa que pareció una mueca. —Jamás debieron golpearte. —A ninguno —intervino Walken al atenderme—. Es increíble cómo puede haber tantos idiotas en el mundo que siguen sin comprender que no deben meterse con los Oz. —Tampoco es para tanto, sé que mi padre es un hombre respetado, pero yo soy otra historia. —¡No digas eso! —exclamaron al unísono sorprendiéndome. —Trav, eres alguien importante al ser hijo de Oz y como tal deben respetarte, al menos de algo sirve tener apellidos poderosos en esta ciudad —comentó Mik casi indignada. —Tiene razón e independientemente de eso, tampoco deben meterse con los Oz. —¿Por qué lo dices? —se inclinó inquisitivo electrizándome la piel con el suspenso que emanaba. —Nadie, escúchame muy bien, nadie que sepa quiénes son realmente los Oz se atrevería a darles frente y si alguien llega a hacerlo, es muy estúpido, tiene la confianza de ustedes para hacerlo o busca un destino fatal. —Sé que lo dices por lo que le hice a Gharbi, pero mi padre no haría algo así. Él salva vidas, no las destruye —su penetrante mirar de hielo contrajo mi pecho al igual que su silencio—. ¿Walken? —Es cierto que tu padre es un gran doctor y ha salvado cientos de vidas, Trav, pero si tiene que arrebatar miles para salvar a su hijo, lo hará, y te aseguró que no será bonito el resultado. Tuve miedo solo de imaginar esa escena pues sé que mi padre puede ser aterrador en sus peores momentos, y quizás ni siquiera conozca los peores como tal, pero estoy seguro de que él no sería capaz…, es decir… —Oz te adora, Trav —la voz de Mik me sacó de mis pensamientos—, y quizás el escenario plateado por el doctor Walken parezca un poco grotesco, ¿pero no harías lo mismo si se tratara de tus hijos? Al menos lo creo así por cómo me defendiste. —Aunque no tan bien como esperaba —palmeé su mano que reposaba en mi hombro. —Estoy a salvo gracias a ti y es todo lo que importa. —¿Y desde cuándo están saliendo? —ella se apartó nerviosa al recordar que él no sabía nada. —¿De qué hablas? Solo somos amigos. —¿Por quién me tomas, muchacho? Es evidente el gusto que se tienen y es una linda chica pese a ocultarlo. —Yo no… —¿Me seguirán negando lo que ya sé? —¿C-Cómo lo supiste? —cuestioné nervioso. —Te recuerdo que soy doctor, acabo de tratarla, te conozco como la palma de mi mano y sé que no te gustan los hombres, pero con ella te brillan los ojos. —Creí que era impresión mía —comentó tímida haciéndolo reír por lo bajo. —Él siempre fue un caballero, de eso doy fe, tuvo los mejores ejemplos a su lado y el encanto Oz es natural. —Imposible negarlo. —Ya, ya, muy divertido que se rían a costillas mías, pero dejando eso de lado, te pediré que no digas nada a nadie, Mik está en Harrow por situaciones… —No me interesa —contestó tajante—, no es asunto mío y ustedes sabrán cómo manejarlo, pero si necesitan ayuda saben que pueden acudir a mí, por lo pronto será mejor que vayamos a descansar, mañana deberé viajar a primera hora. —Gracias también por eso y disculpa haber retrasado tu agenda. —Descuida, hijo, lo importante es que están bien y a salvo. Nos dirigimos a una habitación tras ayudarle a recoger, pero al creer que en esa dormiría Mik y yo estaría en otra, él me detuvo quedándose en la entrada. —¿Qué? —No creo que les importe compartir cama, ¿o sí? —a veces olvido que es amigo de mi padre… —Walken… —Solo háganlo, se sentirán más tranquilos después de lo ocurrido… Yo sé por qué lo digo —susurró haciéndome un guiño. —Gracias —lo abracé complacido al contar con alguien que me conociera tan bien—. Mañana te haré el desayuno. —Nada, nada, mejor duerman lo que necesiten que yo llamaré a la escuela avisando del altercado, también evitaré mencionar la situación con ella y verán que todo se arreglará, solo descansen. —Gracias, doctor Walken, es todo lo que dijo Travis y más —mencionó ella besando su mejilla. —Descuida, eres una buena chica y se nota que te importa, igual no te preocupes que no quedarán marcas en tu rostro, ese bálsamo lo hizo Oz y es muy bueno, te lo aseguro. —Gracias, descanse. —Ustedes también… ¡Ah! Y no hagan mucho ruido, he estado con el oído sensible esta semana… Cosas entre tu padre y yo. Buenas noches —cerró la puerta dejándonos con mil emociones en la cabeza. —Te juro que a veces no sé qué pensar de mi padre cuando alguien dice algo como eso. —Piensa lo mismo que yo, es muy inteligente, se dedica a muchas cosas y algunas es mejor no saberlas. No le di más vueltas y nos acostamos tras ponernos más cómodos, pero cuando quise acostarla en mi pecho ella se separó. —Te vas a lastimar. —Estoy bien, el analgésico que me dio parece un sedante. Ven. —Trav… —Solo ven, me sentiré más tranquilo —se acostó con sumo cuidado permitiéndose relajarse tras un profundo suspiro que me dio la tranquilidad completa al sentirla de nuevo conmigo. —Creí que te matarían cuando los tres se te fueron encima. —Yo pensé lo mismo sobre ti, por eso me les fui encima. —Deberías tener más cuidado, no quisiera que… —¿Se repitiera la historia con Gharbi? Descuida, eso… —¡No! —exclamó casi ofendida—. ¡En verdad pudieron matarte! —Lo sé, pero no pensaba en mí, sino en ti. —Piensa un poco más en ti, no quiero que te lastimen, por eso hablé con el oficial evitando que me encerraran al decirle quién era, en la estación di mi declaración y cuando llegó Walken le conté lo ocurrido pidiéndole que me ayudara para que no te quedara un récord. —Espera, él dijo que solo le contaste por encima. —Lo dijo para que no hicieras más preguntas y sacarte cuanto antes, pero estaba muy preocupado por ti. No cabe duda de que no todo es tan malo en mi vida y que sí tengo gente que vale la pena proteger de personas como Gharbi. —Gracias, eres la mejor amiga que he tenido —la besé volviéndola a acostar en mi pecho. —Por cierto, también recogí las compras, no quería que las perdieras después de tanto esfuerzo. —Gracias… Creo que tú eres la perfecta, Mik, no yo. —Casi, así como tú, pero juntos nos apoyamos bastante. —Ten aseguro que mi apoyo seguirá siendo tuyo. Descansa. —Tú también. Quizás este no era el final que queríamos o imaginábamos cuando dijimos que nos calentaríamos bajo la cobija, pero después de lo ocurrido, no podría pedir una mejor forma de dormir con ella al saber que estaba a salvo, que dormía plácida entre mis brazos y que el calor desprendido de su suave piel era relajante para mí.
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