Todo empezó aquella mañana, luego de que mi madre me recibiera enojada, con su rostro distorsionado entre enojo y dolor, mi padre, ese hombre al cual admiraba me había dejado a su merced para irse tan rápido que no tuve tiempo a escapar. Emily sabía más de lo que pretendía, había visto las mujeres con las que salía, estuvo al tanto de todos mis movimientos durante estos dos años, ella era un espía, mi delator personal, porque la mujer estaba al corriente de todo.
Me quede mirando el café que habían colocado frente a mí, mi mano removía la cuchara dentro de la taza mientras procesaba todo lo que había ocurrido en los últimos cinco minutos, escuche unos pasos a mi espalda y me prepare para lo que venía, ella no se iría tan fácil, sin pelear o retrucando algo, solo para demostrarme que mis a
