Hay cosas que nunca cambian, no importa el tiempo transcurrido, la situación o tan siquiera el respeto por las cosas de los demás, si hay algo que uno pueda usar a su favor, lo usara. ¿Por qué digo esto? bueno quizás para que se entienda debemos volver en el tiempo.
Hace años, mucho antes de mi existencia, mi abuela fue una alumna destacada en la universidad, en aquel lugar ella conoció un grupo de mujeres – quienes ahora son mis tías postizas – pasaban prácticamente todo el día juntas, salían, estudiaban y demás. De todo eso nació una costumbre, las apuestas, según Emma la vida universitaria podía ser muy aburrida de a momentos, así que, ellas mismas ponían apuestas absurdas para divertirse, por ejemplo, iban a una fiesta y apostaban quien terminaría borracha primero y luego con quien se
