Barbie Tenía uno de esos días complicados, pasando de un lado para el otro, hablando con los empleados, pidiendo despidos, no me gustaba despedir a las personas, porque no sabíamos a ciencia cierta la causa de su accionar, quizás no todos eran malos, tal vez algunos de ellos lo hicieron por necesidad, no sé, así como en las telenovelas, algún familiar moribundo que necesitaba ser salvado, entonces uno le vendía su alma al Diablo. — ¿Sabes que estás hablando en voz alta? - la voz de Aaron interrumpe mi hilo. — No me estarías dejando ser - me quejo aun con los pies encima del escritorio - En fin, estábamos en que le vendían su alma al Diablo. — Mateo no está siempre metido en todo - suelto una carcajada y él también. — Estuvo bueno, muy bueno - muevo la lapicera que está en mi m