—Traerlas aquí —estira el cuello y ordena a Zio. —Sí Alpha —Zio desaparece de mi lado y gira a la derecha desde el final de la sala de estar. Alan se deja caer en el sofá blanco y apoya los brazos sobre el reposacabezas, estirándose de nuevo. ¿Está dispuesto a darme un azul inexistente? ¿Pelotas? Me muevo de un pie a otro incómodamente. —Ven aquí —su voz suena cansada y agobiada. Ahora, cuando finalmente puedo volver a pensar racionalmente, no puedo evitar notar ciertas cosas. La mirada en el rostro de Alan y la forma en que está actuando... es casi como si dudara o se sintiera culpable. ¿Acerca de? no puedo decir. Me acerco a él con pequeños pasos. Agarra mi mano y me hace sentar en su regazo como un niño. Jadeo, pero no lucho por salir de su agarre cuando envuelve su brazo alrede