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La Mate Del Alpha

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Blurb

El infierno arderá cuando el demonio mas peligroso pose sus ojos en ellas, bastara solo una noche de pasión y locura.

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Principio
Sus ojos aguamarina llenos de calidez siguen a su amada gata hasta que ésta desaparece detrás de la pared. Sus suaves rasgos se vuelven firmes, no lo suficiente como para mostrar su seriedad, mientras la reina se pone de pie y se gira para mirar a su asistente. En el momento en que sus ojos se cruzan con los de él, Sir Ansel endereza su columna ligeramente torcida e inclina la cabeza con respeto. Siempre ha admirado a esta mujer parada frente a él. Vestida con el vestido dorado y rojo, parecía una rosa delicada, hermosa y fascinante, pero el parecido termina ahí. Su apariencia ha engañado a muchos haciéndoles juzgar erróneamente como débil. Y quienes lo hicieron todavía se arrepienten. Quienes tuvieron la oportunidad de conocerla lo saben mejor que nadie. Con sólo veintiseis años, la mujer se ha convertido en el mejor ejemplo de empoderamiento femenino. Tiene nervios de acero y un cerebro tan afilado como una navaja. Es testaruda, segura de si misma y una verdadera gobernante. —Prepare una lista de sus demandas. Me gustaría repasarlo antes de la cena —la orden salió flotando de su boca con facilidad como si lo estuviera haciendo durante años, una verdad que no puede ser cuestionada —Si, majestad —el hombre se inclina ante ella y se hace a un lado para darle espacio para pasar junto a él. También siente lástima por la mujer que más admira porque nunca había visto a una persona tan sola y tan triste. Espera que su pareja le quite todo el dolor que ella se esfuerza tanto por ocultar. Si tan solo Sir Ansel lo supiera. La leve conmoción en la corte se apaga en el momento en que el locutor anuncia la llegada de Queen. Los miembros instantáneamente se ponen de pie para saludar a la Reina de Avalon, cuando ella entra al local. Ella asiente con la cabeza a sus subordinados que se inclinan y después de sentarse en su trono, les ordena a todos que se levanten. Tiene una sonrisa mesurada pero significativa en su rostro mientras contempla a sus sujetos con majestuosa elegancia. Uno de sus asesores se levanta de su silla y se dirige al centro de la cancha. Queen fija su atención en el hombre que debe tener unos treinta y tantos años. —Su majestad —el hombre se inclina ante ella. le hace un gesto al hombre para que proceda.. El hombre se levanta en toda su altura y comienza a informarle sobre los beneficios que su nueva política económica traerá al sector oprimido de la sociedad. Ella escuchó atentamente su informe y también hizo algunas preguntas. La reunión se prolongó durante algunas horas. El último en levantarse fue Hendrix, el ex beta y el asesor más confiable de su difunto padre. Su interés se despertó instantáneamente y su sonrisa se amplió un poco cuando el mayor de la corte se acercó al centro, se inclinó sobre un palo e hizo una reverencia frente a ella. Ella le hizo un gesto para que hablara. —Su majestad, anoche recibí una información de uno de mis pájaros. Según la información, los chupasangres están en camino con la intención de acabar con nuestra r**a hasta la extinción. Ya han desatado la destrucción en el Reino de Gharangum. Por desafortunado que sea, el otrora poderoso reino ahora no es más que un montón de polvo —advierte Hendrix con un dejo de frustración en su tono. Últimamente, esas sanguijuelas se han convertido en una fuente constante de molestia para todos. Por muy inquietante que sea la notícia, Rosalie la toma con una actitud serena. Un gobernante nunca debe dejar que la inquietud aflore a su rostro, sin importar cuán grave sea la situación, porque el público lo admira con esperanza. Tan pronto como Hendrix terminó de hablar, los otros miembros comenzaron a dar su granito de arena sobre cómo acabar con esas sanguijuelas Rosalie los escuchó a todos y, por último, se volvió hacia Hendrix. —¿Te gustaría decir algo? —le preguntó. Hendrix abrió la boca para hablar. —Es evidente que los reptadores nocturnos se han vuelto más poderosos con el tiempo. Nuestra fuerza puede detenerlos durante algún tiempo, pero no es lo suficientemente fuerte como para destruirlos por completo. Tenemos guerreros que matan para ganarse la vida, pero en este momento necesitamos guerreros que maten para vivir. Los que no conocen la piedad sólo pueden hacer de esta guerra un ejemplo para esas sanguijuelas —sus ojos llenos de sabiduría permanecieron fijos en el rostro de la reina. Ella asintió pensativamente. —¿Qué propones? —ella lo instó a decir lo que pensaba —Lo que propongo es que formemos una alianza con el clan más temido que existe. Lucharán por nosotros, morirán por nosotros y, a cambio, ofreceremos a sus hijos educación, terrenos para la agricultura y acceso a nuestros ríos —respondió Hendrix misteriosamente. Este fue el primer caso en mucho tiempo en que una emoción parpadeó en sus ojos siempre estoicos. No fue confusión sino aprensión porque había sentido las siguientes palabras de sus más célebres asesores Ella pensó que ya estaban acabados. Le tomó años acostumbrarse al corte mortal que él le había hecho en el corazón cuando se fue sin mirar atrás. Le tomó años hacer las paces con la verdad de que él la había rechazado y que no volvería ahora. Las palabras cortan más profundamente que un cuchillo. Deseó que él la hubiera apuñalado con su espada en lugar de destrozarla con sus duras palabras. Él la había roto hasta el punto de que perdió las ganas de vivir. Ella le rogó que se quedara y le suplicó que no deshonrara su vínculo de pareja, pero él la apartó y se alejó como si ella no fuera nadie para él. Ella no era nadie para él, sólo que le costó mucho darse cuenta. Dejó escapar un suspiro, se acercó a su ventana y miró hacia la capital que ella gobernaba. La había dejado hecha pedazos, tal vez con la esperanza de que muriera pronto. Pero en cambio, se fortaleció y se hizo mucho más fuerte. Como un Fénix, se levantó de las cenizas y se elevó Siente un profundo odio por los bárbaros, más aún después de lo que él le hizo. Son monstruos con piel de lobo. Son salvajes crueles, desalmados y engañosos. Confiar en ellos es como pegarse un tiro en el pie. Pero por el momento les faltaban opciones. Pero ella puede hacer esto, ¿verdad? Habían pasado siete años y ahora no sentía nada por él excepto un odio ardiente. El amor que sentía por él se había extinguido mucho tiempo atrás en el proceso de construcción. Soltó todas las cargas que la retenían, incluido el maldito vinculo de pareja. Su lobo fue el que resultó más herido, pero tampoco estaba exenta de orgullo. Con el tiempo, aprendió a vivir sin su pareja. Su padre siempre le dijo que ella estaba destinada a gobernar y eso es lo que haría. Un suave ronroneo desvió su atención hacia la cola que se movía debajo de su cama. Sus labios se abrieron en una suave sonrisa y se agachó para agarrar al pequeño gatito. Gloria ronroneó cuando la levantó y la puso en su regazo. La rascó detrás de la oreja. El se rió cuando el gatito ronroneó y se relajó en su regazo. Ella fue el último regalo que le dieron sus padres antes de perder la vida en un ataque rojo. Al ser hija única, la responsabilidad del Reino recayó sobre ella. Todavia se estaba recuperando del rechazo de su pareja cuando nuevamente fue golpeada. Esa noche lloró hasta el alma. -- Me he estado moviendo de un lado a otro en mi habitación después de tomar una ducha y mirar la marca de mate sobre mi cuello durante una hora entera. Al principio, traté de tapar la marca con un cuello alto, pero cuando me di cuenta de que era pleno verano y solo iba a hacer que todos sospecharan con él, lo quité y cubrí la marca con muchas capas de ocultador. Me gusta creer que puedo mantenerlo en secreto, pero mi mente está a punto de estallar de ansiedad. Primero, tengo que averiguar quién era ese hombre. Por dos, tengo miedo de morirme esta noche. Por tres, si no muero, mi papá me matará con sus propias manos después de descubrir que me acosté con un hombre que era un extraño. Todo esto me está agobiando y no hay nada positivo en lo que pueda pensar en este momento. —Natalia. La puerta de mi habitación se abre y Emilie entra sin permiso. Trago mi saliva y pregunto. —¿Qué deseas? Aunque trato de parecer intrépido y tranquilo, sé que ella puede ver a través de mí. —¿Es verdad lo que dice mamá? —ella agita sus pestañas inocentemente. Mamá debe estar escuchando. Por eso habla con tanta dulzura. Aprieto mis labios, eligiendo permanecer en silencio. —Creía que cambiarías, pero tú... tenías que dejarte atrapar y lastimar a mamá de esta manera —su voz tiene toda la simpatía y el dolor que puede reunir. Y todo lo que puedo hacer es ver sus labios mostrando una sonrisa de suficiencia y sus palabras volviéndose más dulces para que mamá pueda escuchar lo buena que es para mí. —¿Por qué siempre haces esto? Mamá y papá ya están decepcionados de ti —ella suspira, fingiendo llorar cuando no le caen lágrimas por los ojos—. Emilie... Por favor, déjame en paz —susurro, deseando que se vaya de mi habitación. —Pero yo... estoy aquí para ti. Por favor, háblame. Por favor, dime por qué no puedes simplemente esperar a tu pareja —su voz sigue siendo comprensiva, pero su sonrisa solo se ensancha. Ella me está provocando. Ella es... cierro los ojos, respiro hondo para calmarme, pero es imposible. Dentro de mí se cuece una lava que está a punto de explotar como siempre. —Natalia... Papá será... —ella comienza y olfatea. Mis ojos se abren de golpe, ardiendo hasta el punto que siento como si la sangre estuviera a punto de salir de ellos. —¡FUERA DE MI HABITACIÓN! —termino gritándole. La puerta se abre de golpe una vez más y esta vez, la persona que entra me da un susto de muerte. —Papá... puedo... —tartamudeé sobre mis palabras, tropezando hacia atrás. —¿Por qué le gritas a tu hermana? —Papá pregunta con calma por una vez. Aunque sus ojos negros habituales brillan dorados debido a la ira, está tratando de preguntar cortésmente. —Papá... solo traté de hacerle entender que lo que está haciendo está mal, pero no quiere escucharme —Emilie no pierde ni un segundo y corre a sus brazos, quejándose y llorando al mismo tiempo. Mi mirada cambia entre Emilie y la figura de mi papá con incredulidad. —¿Qué hizo ella mal? —Papá hace la temida pregunta. Camino hacia atrás, sacudiendo la cabeza. —Papá, puedo explicarlo... lo juro —trato de hacer que su corazón cambie. —Se acostó con un extraño ayer por la noche —Mamá da la noticia desde fuera de mi habitación. Mi sangre se congela en mis venas. Emilie me mira y sonríe oculta a los ojos de mis padres. —Fue un m-error —eso es todo lo que puedo decirle. —Natalia... —la voz de papá baja unas octavas. Sus ojos desaparecen en esos familiares ojos dorados ardientes de su lobo. Tropiezo hacia atrás una vez más, sacudiendo la cabeza de izquierda a derecha. —Lo siento. Lo siento, papá. Nunca lo volveré a hacer —grito en el momento en que empuja a Emilie a un lado y camina hacia mí amenazadoramente. Antes de que tenga la oportunidad de defenderme, la mano de papá se extiende hasta mi cuello. Lo aprieta tan fuerte que se me saltan los ojos. A pesar del dolor que me hace retorcer, mi mente va a la marca que está en mi cuello. Se quema brillante. Mi alma se aparta de mi cuerpo ante la idea de que alguien se entere. Agarro la mano de mi papá mientras mi cuerpo se agita incontrolablemente. —Has decidido arrastrar mi reputación por el barro. ¡No permitiré que esto suceda! —se burla cerca de mi cara. Lágrimas en mis ojos ya que se me hace imposible respirar. —¡Voy a matarte! —aprieta su agarre alrededor de mi cuello y grita. Mi cabeza golpea la pared detrás de mí y puntos negros comienzan a aparecer en mi vista. —¡Nilo! Déjala. Ella realmente morirá —Mamá entra corriendo, agarrando los brazos de mi padre para apartarlo de mí. Mi mente comienza a perder el enfoque en todo debido a la falta de oxígeno. Mi agarre alrededor de las manos de papá se afloja. —Papá. Le haré entender. No lo volverá a hacer. Déjala, por favor —Emilie no se queda atrás y viene en mi ayuda para que pueda verlo suceder una y otra vez. No me dejan vivir, pero tampoco me dejarán morir. Mis manos caen a mi lado, mis ojos rodando hacia atrás en mi cabeza. Antes de que pierda el conocimiento, papá libera mi cuello de su agarre mortal. Caigo al suelo, tosiendo y jadeando por aire. Me duelen los pulmones, me arden los ojos, me palpita la cabeza. Toda la energía ha abandonado mi cuerpo, dejándome solo con la agonía y la sensación de ardor de la marca del mate. —Si descubro que has vuelto a hacer algo así... te mataré, Natalia. Te mataré antes de que alguien más se entere de tus vergonzosas acciones —Papá me amenaza antes de salir de mi habitación, seguido de mamá. Emilie aprovecha esta oportunidad para cerrar la puerta y venir a mí. Abro los ojos y la miro después de recuperar el aliento. —No-No le digas a Enzo —suplico. Mis ojos llorosos le suplican en silencio, mientras ella tararea mirándome maliciosamente. —¿Por qué no? —sus labios se transforman en una sonrisa. Me empujo sobre mis débiles rodillas. —Haré lo que sea —le digo. —¿Cualquier cosa? —ella inclina la cabeza, todavía sonriendo. Mi respiración se engancha en mi garganta, entendiendo lo que ella quiere esta vez. —Dámelo, Natalia. Realmente lo necesito —ella deja escapar en un tono azucarado. —Emilie yo... —me atraganto con la respiración. —¿Me estás rechazando? —su sonrisa se transforma en un profundo ceño fruncido. Mi corazón da un vuelco y niego con la cabeza de inmediato. —Te daré la pintura. Puedes usarla como quieras, pero por favor... por favor no... no le digas a Enzo. —¿Cómo puedo hacerlo? Eres mi hermana gemela, después de todo —la sonrisa venenosa regresa a sus labios. Emilie se da vuelta para irse y solo puedo mirarla con mis ojos llenos de odio y lágrimas. —Déjalo en mi habitación —me dirige, deteniéndose junto a la puerta. Al abrir la puerta, se vuelve hacia mí de nuevo. —Oh mi Diosa, Natalia. Tu cabeza está sangrando. Por favor, llévelo vendado al médico de la manada —su tono volvió a ser comprensivo y preocupado porque sabe que mamá y papá pueden escucharla ahora—. Sabes... no puedes curarte como nosotros, así que hazte el tratamiento. Y asegúrate de no decirle a la doctora Yoona cómo sucedió —ella tiene que agregarlo, para recordarles a mis padres que soy una decepción. Bajo los ojos al suelo y exhalo un suspiro pesado. Mis dedos tocan la marca ardiente sobre mi cuello. Al menos, no encontraron al respecto. Tengo que deshacerme de esta marca antes de que alguien tropiece con este secreto y se lo revele a Enzo. No puedo soportarlo, no puedo vivir sin Enzo. Él es el único que me comprende y me ama a pesar de mis defectos.

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